Capitulo 22

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Shinichiro jamás se había sentido tan aterrorizado como entonces, habiendo perdido por completo la capacidad de moverse o decir palabra. Paralizado hasta en la última célula de su cuerpo. Mikey se apuntaba a sí mismo peligrosamente con una pistola, veía en sus ojos que nada le impedía en ese momento disparar y terminar con su vida. Comprendía en sus ojos la locura momentánea que le haría cometer tal cosa delante de ellos. 

Por eso su cuerpo no reaccionaba y sus palabras lo hacían muchísimo menos. Él no se daba cuenta pero sus extremidades temblaban estrepitosamente, la boca se le había quedado seca.

Izana ni siquiera tuvo tiempo para prestar atención a su hermano mayor o para querer darle la palabra, la desesperación tomó el control de la situación.

-Deja de decir estupideces y baja la pistola -pidió en su habitual tono de regaño, aunque el tono de voz ligeramente más agudo que de costumbre delataba toda la cordura que estaba a punto de perder si escuchaba el sonido de un disparo. 

-No... -Mikey negó lentamente con la cabeza y y sorbió por la nariz. Jamás en la vida había tenido algo tan claro, de verdad pensaba que terminar las cosas así lo arreglaría todo. ¿Sus hermanos dejarían de poner sus vidas en riesgo? ¿Dejarían de arruinar las vidas de otras personas? ¿Dejaría de sufrir por fin? ¿Dejaría de doler al pensar en su hermana, en su abuelo y en su mejor amigo? Quizás se le curaría el corazón. Quizás dejaría de llorar -. Si lo entendieseis... -susurró agachando la mirada momentáneamente -, si entendierais cómo me siento...

-¡Claro que lo entendemos! -Izana dio un paso al frente alzando un brazo hacia delante y deteniéndose cuando Manjiro volvió a mirarle -. Por supuesto que lo entendemos. Y siento mucho que te hayamos hecho creer que no lo hacemos, prometo que a partir de ahora mejoraremos las cosas. Solo baja el arma. 

-Solo prometéis y prometéis cosas pero todas esas promesas son vacías.

Todos a su alrededor estaban en completo silencio. Sanzu sujetaba su propia pistola en una mano la cual temblaba ligeramente al hacerlo. Bien es cierto que ese niño mimado siempre le había causado molestias, que era un niño contestón y que había perdido muchísimo tiempo útil cuidando su trasero privilegiado, pero no dejaba de ser el menor de los Sano. El hermano pequeño de Shinichiro, la persona a la que le había jurado su vida y su futuro, la persona a la que le había otorgado su más sincera y profunda lealtad. No quería tener que volver a ver a un Sano morir, no quería tener que enterrar a nadie más de esa familia a la que admiraba.

Y el resto de los hombres de Bonten que se habían acumulado en el espacio, inmóviles y perdidos con respecto a lo que deberían y no deberían hacer, contemplaban lo que sucedía con auténtica impaciencia. 

Takemichi, por su parte, había dejado de escuchar. Era como si los oídos le pitasen, como si todo lo externo fuese completamente irrelevante a pesar de que en algunas ocasiones fuese Mikey quien hablara. Contemplaba el arma de su pareja en silencio, tranquilo y como si fuese lo único a lo que podía prestarle atención en ese momento. No se sentía nervioso o asustado, extrañamente estaba tranquilo, porque sabía que si Manjiro apretaba el gatillo entonces él iría detrás inconscientemente. 

-Te prometo que arreglaremos todo, joder, solo tienes que darnos más tiempo... ¡Shinichiro di algo! -la frustración de Izana no era algo habitual. Todos estaban impactados no solo por la escena en sí sino por las reacciones tan poco usuales de sus líderes. ¿Izana dejándose llevar por sus emociones? ¿Shinichiro paralizado y en completo silencio?

Pero Takemichi siguió ignorándolo. De pronto sus ojos se encontraron con la pistola que Sanzu mantenía apretada en una de sus manos. No podía pasar por alto la inesperada tranquilidad de su corazón, ese aspecto delataba sus intenciones de mil formas, así que mientras Izana seguía pidiéndole a su hermano mayor que interviniera, mientras que Mikey temblaba aún con el cañón del arma pegado a su sien y mientras que todos a su alrededor tenían cosas más importantes a las que prestarle atención que a él, Takemichi se abalanzó hacia delante. 

El último baile [Takemichi & Mikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora