Todo comenzó como un juego de hermanos pequeño, pero acabo en un país totalmente diferente, estos hermanos deben atravesar grandes obstáculos y llevarse algunos con ellos. Marianela Listing junto a su hermano Nicolás, descubren lo que es vivir en un...
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El dolor de cabeza con el que amanecí era inexplicable, pero el dolor de cuerpo superaba todo lo demás. Me removí en la cama queriendo estar cómoda y fue en vano ya que acabe siendo empujada por alguien más, me retorcí en el piso y me quede ahí estando más cómodo en la alfombra que compartiendo cama con la persona que estuviera en mi cama ahora mismo. Me volví a dormir, pues como nunca prefiero dormir antes que levantarme a hacer cualquier otra cosa y nadie podía hacerme cambiar de decisión.
-Mar... despertate, flaca -escuche la voz de Nico mientras intentaba moverme, pero mis ojos estaban demasiados cansados como para abrirlos.
-Nico, no me rompas las bola. ¡Tómatelas!
Lo empuje y me volví a acurrucar en mis brazos. De pronto sentí una almohada golpeándome la cara por lo que debí de ir a buscarlo y devolverle los mismos golpes.
-LA CONCHA DE TU VIEJA, ¡NICOLAAAS! -agarre una zapatilla que tenía a mi lado y se la tire por la cabeza.
No me hice problema por su golpe y me volví a acostar, pero ahora en mi cama con Bill, al recostarme a su lado no reaccione que era él, pero al sentir su brazo rodeándome analice todo lo que había pasado en mis últimos 5 minutos y de pronto el flash de Bill y yo besándonos hizo que me removiera en mi lugar algo sorprendida.
Mis recuerdos eran borroso y por cada intento que hacía para recordar la cabeza me dolía, tuve que volverme a dejar caer ante el dolor y mi única almohada en este momento era Bill.
A la fuerza tuve que bajar a comer, sin embargo, el buffet no estaba abierto por lo que tuve que ir acompañada de los demás a un restaurante a unas cuadras. Salimos del hotel con la ayuda de un guardaespaldas y unos que otros paparazis insistieron con sacarnos fotos, tuvimos suerte de que todos lleváramos lentes para que el flash ni la luz del sol nos lastimara.
Su llegada fue demasiada inesperada por lo que hubo muchas peleas entre los chicos y ellos, yo estaba demasiada cansada y adolorida para pelear con ellos por lo que deje que hicieran su trabajo mientras los empujaba a mis amigos para que dejaran de romper las bolas.
No se dan idea de lo molesto que era que pelearan con los paparazis, porque por cada pelotudez que ellos hicieran Nico o Tom se los bardeaban. Tome por los hombros a Nico quien avanzaba muy enojado a uno de ellos puteándolo y le pegue una cachetada en la cara para que dejara de joder. Estando en el restaurante nos sentamos lo más lejos de la entrada para no llamar la atención y que no nos molestaran, mire al espejo a mi lado bajando mis anteojos para poder verme.
-Uff... estoy hecha mierda, pero ando linda que es lo importante. -dije con la voz débil, volví a ponerme los anteojos ya que al sacármelo no pude evitar sentir un gran dolor en la vista.
Me tire sobre la mesa para descansar hasta que el mesero se nos acercara y todos copiaron mi acción, en cuanto "descansaba" veía a los demás estando en mí mismo estado, todos igual de fisuras que yo.
