Todo comenzó como un juego de hermanos pequeño, pero acabo en un país totalmente diferente, estos hermanos deben atravesar grandes obstáculos y llevarse algunos con ellos. Marianela Listing junto a su hermano Nicolás, descubren lo que es vivir en un...
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Tenía la necesidad de descargar la bronca con la primera persona que se me cruzara, siendo así la muchacha que había cacheteado a mi primo recibió una enorme cantidad de golpes de mi parte. Eran precisos y fuertes por lo cual la piba no tenia el control de poder defenderse de ellos y una que otras veces pudo atacarme, pero si no fuera por sus agarres de pelo y el intento de hacerme caer quizás hubiera ganado, sin embargo, la pelea tenía un fin completamente diferente.
-¡QUE TANTO TE HACES LA CANCHERA, HIJA DE RE MIL PUTA, VENI QUE TE REVIENTO A PALOS! -grité en español en cuanto unos brazos me tomaran de la cintura y pudiera hacer que la soltara.
A ella la tomaron de la misma manera cuando por un segundo quiso aprovecharse de que me sacaron de encima suyo y intento acercarse para pegarme en la cara, pero unos chicos la detuvieron en el momento y solo opto por bardearme en alemán, yo en cuanto los brazos me sostenían la miraba cagada de la risa por su pelo alborotado y viendo lo baqueteada que la deje.
Al momento de separarnos y alejarnos mire a todos lados buscando a mi hermano mientras Gus revisaba mis heridas y me acomodaba para ya irnos, pero no lo iba a hacer sin Nico, porque en ese momento el dolor era inexistente y aunque la adrenalina era demasiada tenía que saber de él.
-¡BIEN QUE A TU NOVIA LE ENCANTO CUANDO LE COMÍ LA BOCA! -A tan solo unos metros me encontré a Nico siendo sostenido de los brazos por Tom y bardeando al pibe con el que estaba peleando segundos antes, sonreí apenas lo vi y empuje a Gus para poder ir hacía ellos.
Al pibe lo estaban sosteniendo unos 3 chabones y en cambio a mi hermano solo lo sostenía Tom mientras Georg trataba de que no avanzara, pero siendo que Nico no puede ser feliz si no provoca a la otra persona las cosas no iban a terminar nunca, por lo cual el chabón quería seguir peleando y Nico igual. Pensé las maneras de poder pararlo, pero no tenía idea, la cabeza ya no me daba más y sentía como si todo fuera tan lento como también divertido. A mi lado la postura de Gustav se acerco, sostenía en sus manos su teléfono e enseguida lo llevo a su oído mientras tomaba su cabeza con su otra mano y me miraba asustado.
Una molestia en mi labio me desconcentró por lo que comprobé si traía algo, la sangre en mis dedos me sorprendió, había creído que la piba no pudo golpearme, pero al parecer si.
-¡Eu mar! -mi cuerpo ya no era tan fuerte como para resistir mi peso por lo que los tambaleos llamaron la atención de Gus- ¡Mar, Mar! -llamaba con desesperación tratando de mantenerme, mi vista continuaba en la sangre de mis dedos, pero unas vez cayendo note como los gritos a mi alrededor acabaron cuando aquellos en conflicto me vieron.
Los brazos de Gus me abrazaron en ese instante, podía sentirlo, pero no verlo, todo a mi alrededor se había oscurecido al caer y tan solo podía escuchar los gritos de desesperación de mi hermano y Tom, ambos iguales de alterados acusaron a Gus de desprotegerme al exclamar sobre mis heridas como también el desmayo, mientras tanto mi primo trataba de comunicarse conmigo, sin embargo, las palabras no salían de mí.
-¿CÓMO SE TE OCURRE DEJARLA SOLA?
El frio en mis piernas me decía que me encontraba en el piso, sentada sobre Gus y siendo abrazada por él.
-¡MAR!, ¡MAR! -escuche los gritos de Nico cerca mío y deduje que se trataba de él cuando tomaron mis cachetes- ¡MAR, LA PUTA MADRE! ¡DECIME ALGO! -podía sentir mis ojos abiertos, pero aunque intentara no veía nada- ¿QUÉ TE PASO, NENA? ¡DALE! -me pego un par de cachetadas para que reaccionara, pero nada funcionaba.
Lo último que pude escuchar antes de perder la conciencia fueron los gritos de Bill pidiéndole a Nico que se calmara, mientras Georg mando a uno de ellos que me levantará.
Sentía como todo se me removía del lugar, como si estuviera volando en un avión con turbulencia. Refregué mi cara y tape mis oídos sintiendo como mi alrededor se me encimaba junto a los grandes gritos que me rodeaba, revise mi alrededor encontrándome con la borrosa mirada que papá me dedicaba al estar conduciendo el auto, en el demostraba su desesperación con furia y preocupación al verme a mí y a alguien más al que apuntaba frecuentemente mientras peleaba con el copiloto. Mire mis manos teniendo en ellas grandes marcas rojas y un poquito de sangre, esto mismo hizo que me cuestionara todo lo que había sucedido en la ausencia de mi conciencia. Al estar procesándolo sentí un grande dolor de cabeza el cual ocasiono que me estremeciera en mi misma suplicado que parara, eche la cabeza hacía atrás tratando de descansar y perdí noción de donde me encontraba por algunos segundos.
-Hey, hey, hey -sentí como sostuvieron mi cabeza obligándome a levantarme, pero el cansancio me ganaba lo cual no me permitía ni siquiera poder abrir mi ojos- Mar, no te duermas. Ya llegamos.
-Un ratito, me pesan los ojos.. -susurre sintiendo las manos frías en mis cachetes, fruncí el ceño por un momento y lo relajé en cuanto me acostumbre a su temperatura.
-Mar, quédate conmigo -su voz sonaba tan suave, pero asustada a la vez- Por favor, Mar...
Aquella voz trataba de mantenerme despierta, pero sin importar cuanto más intentara no funcionaba. Poco a poco deje de escuchar sus palabras y me sentí en completa relajación en cuanto mi alrededor se silenció y los movimiento bruscos no importaron, pero el acido de mi garganta no me dejo descansar, con disgusto me queje e intente volverme a mi posición echando la cabeza hacia atrás nuevamente y una vez más me removí al tener una pequeña arcada teniendo una sustancia subiendo por mi garganta.
-¡MAR LEVANTATE! -su grito reboto por toda mi cabeza haciéndome responder en un quejido de dolor, pero en cuanto tocaron mis hombros levante la cabeza asustada y deje salir la sustancia vomitándolo dentro del auto de mi viejo, con los ojos aún cerrados y llorando del dolor escuche como todos ellos empezaron a pelear con más intensidad.
-¡TOM MANTENELA SENTADA, QUE NO SE DUERMA! -pude escuchar de mi padre, su tono de voz me hizo saber que él estaba triste, desesperado, por lo que me preocupe.
No podía mantener mis ojos abiertos, pero estaba atenta a todo, cuando me levante para verlo note como se veía nervioso por nosotros mientras manejaba, quise tocar su brazo, pero los brazos de Tom me volvieron a recostar y esta vez sobre su pecho, no pelee por ellos, es más preferí quedarme a su lado abrazando su torso mientras este acariciaba mi espalda y su calidez me relajaba, sin embargo, no podía ignorar como su pecho subía y bajaba con rapidez, tenia las manos frías y la respiración entre corta, quería poder calmarlo por lo que lo único que pude hacer fue levantarme de su pecho y mirar su rostro.
Enseguida entramos en un túnel donde las luces iban y venían e estas me permitían ver muy poco su rostro, pero pude hacerlo, lo primero que pude notar fue el color rojizo de su mejilla, como si lo hubieran golpeado, mientras tanto su labio se veía igual de lastimado, pero con un poco de sangre en el y en cuanto note sus lastimaduras las luces de las calles iluminaron sus ojos cristalizados. Apenas vi que una lagrima bajo por su cachete tome la iniciativa de limpiarlo y entonces sus ojos chocaron con los míos demostrándome el miedo que sentía.
Tom estaba llorando y yo era quien intentaba calmarlo.
Nuevamente caí sobre su pecho y me acurruque en él acariciando su mejilla, poco a poco fui presenciando como su respiración volvía a la normalidad por sus largos suspiros. Su mano entonces empezó acariciar mi espalda, mientras con la otra subía mis piernas a su regazo y acariciarlas de igual manera, de pronto los gritos a mi alrededor se fueron con las luces del túnel y ahora solo me relajaba el solo tenerlo cerca.
