✧ ⎯ uno

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el comienzo





























— Ada's life

Ada Listing vive en Potsdam, Alemania, con su padre Dedrick desde que se divorció de su madre cuando ella tenía tan solo 2 años. Tiene un hermano dos años mayor que ella, Georg, solo lo ve en Navidad ya que no le permiten saber nada de él ni su madre. Tras una pelea con su padre, ella se escapa de casa para ir a vivir con Heidi, su madre.

Ada es solista, canta, toca la guitarra y compone sus propias canciones, es bastante reconocida en Alemania y eso a Dedrick no le parecía tan mala idea hasta que se volvió 'famosa' y empezaron a recibir algo de acoso. Su padre quería que Ada fuera dentista al igual que él, pero al ver el dinero que podían ganar por la fama cambió de opinión. Todo era perfecto hasta que esta querida fama de la que tanto se aprovechaba Dedrick le empezó a presionar: entrevistas, giras, fans en la puerta de su casa, paparazzis, acoso... Eso eran algunas de las cosas que recibía Ada. Su padre no quería que estuvieran tan expuestos así que le dijo que dejara de cantar, a lo que ella se negó, causando una pelea que acabó en irse a vivir con su madre y hermano.


















































¡Si vives bajo mi techo, vives bajo mis normas!

—¡¿Tanto te molesta verme feliz?! —gritó mientras las lágrimas se deslizaban por su cara, humedeciendo la piel a su paso.

—¡¿Feliz?! ¡¿Cómo puedes ser feliz con toda esa gente pendiente de nuestras vidas?!

—¡Pendientes de mí! ¡De mi vida, no de la tuya! —corrigió.

—¡Basta de tonterías, Ada! ¡Si tan mal te parece mi forma de educarte, ya te puedes ir yendo de esta casa!

Pudo notar una parte de su corazón romperse. Su padre lo era todo para ella, era su ídolo y lo quería como a nadie. Pero no dejaría que le quitara lo que más feliz le hacía, cantar.

No lo pensó dos veces y, con un nudo en la garganta, asintió furiosa y fue directa a su habitación a hacer las maletas. Sentía demasiadas cosas para pensar con claridad, así que guardó algunas camisetas, pantalones, faldas y maquillajes en su gran maleta roja, cogió una chaqueta holgada de color negro, su mochila con sus cosas básicas, y se marchó de aquel lugar al que solía llamar hogar.

Podía oír los gritos de su padre tras ella diciéndole que estaba loca, que como podía irse sin más, que a donde pensaba ir... Le daba igual, ella estaba segura de que seguiría cumpliendo su sueño.

Cuando estaba lo suficientemente alejada, se metió en un callejón y dejó caer su cuerpo en la pared. Se colocó mejor la chaqueta y sacó su mechero de la mochila junto a un paquete de cigarrillos. Cogió uno y empezó a fumar mientras pensaba que haría ahora.

El día era lluvioso, una típica llovizna veraniega. Llenaba de humo sus pulmones a la vez que tapaba su cabeza con la capucha del abrigo para no mojarse al salir del callejón. Su cigarrillo se apagó por la lluvia así que lo tiró al suelo. Sacó su teléfono del bolsillo de sus holgados pantalones y llamó a su madre. Después de contarle lo que acaba de pasar con su padre, le preguntó si podía quedarse con ella y su hermano. Heidi aceptó y salió rápidamente de su casa para viajar Potsdam a por su hija.

( . . . )

Ada se encontraba en el coche de su madre, estaba empapada y muerta de frío. Tenía la mirada perdida y se sentía incómoda por el silencio que había. Apoyada en la ventana del vehículo comenzó a llorar por tercera vez en lo que iba de viaje, todavía no podía creerse lo que había hecho, se había escapado de casa.

—Cariño, no llores, ya verás que todo saldrá bien... —le dijo su madre con un tono suave, intentando que se calmara—. Cuando lleguemos a casa llamaremos a tu padre y hablareis mejor las cosas, ¿vale?

—No quiero hablar con papá, no quiero volver a esa casa... —contestó con un hilo de voz.

—Sigue siendo tu padre, seguro que está muy preocupado. Además, vives con él, no puedes evitarle eternamente.

—Pues ya no quiero vivir con él —aclaró. Se incorporó y miró a su madre—. Mamá, ¿puedo mudarme contigo y con Georg? Por favor.

Los ojos de la madre se abrieron de par en par, no sabía que responderle. No tenía ningún problema con esa idea, pero las cosas no eran tan fáciles y su padre tal vez no estaría de acuerdo.

—Sé que es muy precipitado y que estas cosas no se pueden hacer tan... de repente. Pero, por favor, déjame quedarme contigo... —suplicó nuevamente.

—No lo sé, cielo... —respondió dudosa—. Ya te lo he dicho, cuando lleguemos a casa lo hablamos más tranquilas.

Ada chasqueó la lengua y volvió a apoyar su cabeza en la ventana del coche, ninguna de las dos volvió a hablar en lo que quedaba de camino. Heidi le lanzaba miradas tristes a su hija de vez en cuando pero ella seguía en la misma posición de adolescente deprimida.

El viaje duró 2 horas desde Potsdam a su tal vez nuevo hogar en Magdeburgo. Llegaron bastante tarde, por lo que ambas estaban muy cansadas. Al salir del coche Ada contempló una gran casa blanca de dos plantas, cuando se adentraron en esta, se quedaron inmóviles al ver a cuatro chicos en el salón principal jugando y viendo la televisión.




 Al salir del coche Ada contempló una gran casa blanca de dos plantas, cuando se adentraron en esta, se quedaron inmóviles al ver a cuatro chicos en el salón principal jugando y viendo la televisión

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Hola chiquis :)

¡Espero que os haya gustado el capítulo! 🫶

( Los demás capítulos son mucho más largos y mejor desarrollados, esto es más bien una intro, así que dale una oportunidad a mi fic y no seas malo 👹 )

Afri se despide <3

Votad y comentad, no quiero lectores fantasmas 🤗

@scretafri — 963P
07 / 03 / 2023

👁️‍🗨️

CANCELADA! ⋆ 𝐩𝐨𝐥𝐚𝐫𝐨𝐢𝐝 ⋆ tom kaulitzWo Geschichten leben. Entdecke jetzt