Bebé manipulador [민성]

Jihun 4

"Que calientito está este hombrecito"

Me remuevo un poquito sobre mi lugar en su pechito y suelto una risita para hacerlo feliz. Eso funciona porque su olor se dispara y ya estoy ronroneando por el hecho.

—Que lindo bebé, el solo quiere un poco de mimitos, ¿no es así?

"No puedo responderte chocolate, pero sabes que sí. A ver, me voy a pegar más a tu pechito y... ¿dónde está papá?"

Levanto mi cabeza a regañadientes y con los ojitos un poco adormilados, buscó a mi guapísimo papá.

Le escuchó carraspear y me reviento una sonrisa de comercial.

"No te enfades papi, es que este Omega es súper bonito y tiene olor a mamá y pues bueno, ¿qué querías? Si hasta me hizo llorar."

—Siento... siento la actitud de mi cachorro, normalmente no es así.

"¿Por qué estas nervioso pá?"

—No hay problema, en realidad yo lo siento.

Regresó la mirada hacia el blanquito cuello frente a mí y entierro la nariz de nuevo.

"Yo quiero dormir, arreglen el problema y papi, que ni se te ocurra molestar porque te hago un berrinche que te cagas."

—No debí tomar a su cachorro en la presencia de su Omega, es de mala educación.

"¿De qué hablas chocolate? Papá no tiene Omega, pero... espera... Jaja, acabo de batear a Jeno."

—No tengo Omega. —Minho se apresura a decir.

"Mírenlo, más rápido que los días en que se le hace tarde para ir a trabajar, más rápido que cuando se me acaba la fórmula, más rápido que los golpes en la cabeza al tío Changbin."

La fea Omega que acompaña a papá de repente tiene un ataque de tos mal fingida y yo cierro mis puñitos de bebé para evitar abrir los ojos y rodarlos.

—Osea, mi compañera... es que yo...

El olor a cítricos de papá me hace sollozar bajito y las tiernas palmaditas en mi espalda me reconfortan.

—Entiendo. Por eso es por lo que este dulce bebé está olfateando.

"Que pillin, ¿no?"

—Su olor reconforta al bebé. —Jeno puta está diciendo algo inteligente por primera vez en su perritzima vida.

"Huele a lechita. ¿Tiene lechita para mí, señor chocolate?"

Soy un bebé que toma lo quiere cuando lo quiere y es por eso que, sin contemplaciones, mis manitas palpan el pecho del dulce Omega e inclino la cabeza lo máximo que puedo hasta rozar el lugar justo donde mi lechita debe estar.

Pero hay tres problemas;

La ropa que tiene puesta. El jadeo incrédulo de parte de mi papá y la tierna risita del Omega que solo me hipnotiza para ser un bebé más tonto de lo normal.

—¡Cachorro! —Ese es papá escandalizado.

—Dulce bebé, no tengo leche para ti.

"Así que chiste. Está bien, ve por una mamila con fórmula, me acomodas en tus brazos y me das mimos mientras me alimento, por fa."

—De verdad que lo siento, yo... debería tomar a mi bebé y...

"Si papá, ahorita me desprendes de chocolate."

Suspiro despacio, preparo mis cuerdas, cierro mis manos, tenso el cuerpo y... ¡Llanto descontrolado!

Mis gritos resuenan por todo el lugar, mientras el dulce Omega me mece en sus brazos y deja pequeños besitos en mi cabeza que intentan frenar mi llanto. Incluso puedo jurar que papá está por entrar en crisis.

—O quizá quieras... ¿Tomar un café? Puedo hablar con tu jefe.