Cap 15

273 40 2
                                    

En los días que siguieron, Sam y yo caímos juntos en una rutina fácil. Siguió trabajando en el sitio de construcción cada día, excepto un día que llovió. Ese día había vuelto a casa temprano con un gato extraviado que había encontrado acurrucado afuera y una bolsa de comida seca para gatos, diciendo que el animal estaba abandonado, como él. Me rompió el corazón la manera en que se comparó a sí mismo con el gato callejero, como si realmente creyera que nadie lo quería. No pude decirle nada después de eso, y así fue como el maldito gato, llamado Tom por Tomás de Aquino, llegó a compartir el departamento con nosotros.

Tener a Sam viviendo conmigo tan estrechamente se había convertido rápidamente en algo cómodo. Era amable y atento, a menudo haciendo cosas por mí para mejorar mi día un poco, como tener mi café preparado y una pequeña cacerola de leche hirviendo cuando me levantaba de la cama. Me gustaba su lado educado, incluso si era parte de trabajar a través de su amnesia y una manera para él de sentirse como si estuviera contribuyendo de alguna manera. Luego de perder a mi mamá a una edad tan joven y crecer con un padre soltero, no había sido mimado o cuidado de esa manera... jamás. Parecía preocuparse genuinamente, a menudo preguntándome sobre mi día o sobre cómo estaba yendo mi investigación, y escuchaba atentamente mientras yo le respondía. Era lindo tener a alguien cerca. Estar juntos durante tanto tiempo significó que ahora éramos casi inseparables.

Me encontré extrañándolo cuando se iba. Comencé a cambiar mi rutina para poder irme a las mismas horas que él, optando por estudiar en la cafetería o en la biblioteca, así no tenía que estar solo en el departamento. Siempre había adorado mi soledad y prefería vivir solo, pero tener a Sam cerca alteró eso.

Tras las cenas, pasaba unas horas en línea intentando encajar las pequeñas piezas de información que teníamos sobre su pasado. Completó la prueba de Coeficiente Intelectual y un examen de nivel universitario como yo había sugerido, y lo hizo extremadamente bien en ambas. Busqué en

redes sociales por alguien llamado Sam en el área, pero había unos cientos de ellos, y no pude encontrar nada de interés. También continuó ayudando con las tareas, y pasando tiempo pintando después de que me fuera a la cama.

Esa noche de viernes completó su primera semana conmigo y, de lejos, sus pesadillas no habían cesado. Al principio, solía dormir con la puerta de mi habitación abierta, así podía ir hacia él y consolarlo en la noche cuando lo necesitaba. Las últimas noches, sin embargo, venía a mi cama y no podía rechazarlo. Lo quería cerca, también. Nos habíamos vuelto rápidamente cercanos —simplemente parecíamos encajar juntos.

Después de la comida para llevar y de ver una película en la televisión, ambos estábamos cansados de la agitada semana. Fuimos a la cama juntos, ya sin escondernos bajo el pretexto de armar el sofá para él.

Nos metimos en mi cama, cubriéndonos con las frescas sábanas. Suspiré y cerré los ojos, permitiéndome acurrucarme en sus brazos, sabiendo que eso era lo más lejos que él lo llevaría.

Jamás hubiera pensado que me sentiría tan cercana a alguien que había conocido durante tan poco tiempo. Normalmente era una persona que valoraba mi privacidad y tan cuidadosa sobre dejar a alguien entrar, que mi manera de abrirme con él me había sorprendido. Descansé mi mano encima de su corazón y simplemente disfruté de la sensación del golpeteo constante bajo mi palma. Lentamente, me permití caer dormida en sus brazos.

Sam gritó en sueños y se sentó en la cama. Abrí los ojos de golpe, despertándome abruptamente.

—Está bien. —Coloqué mi mano en su hombro, intentando calmarlo con caricias gentiles.

Su corazón estaba acelerado y su piel húmeda por el sudor. —¿Otra pesadilla?

—Era tan real. Estaba de vuelta en ese almacén. Recuerdo pelearme con él. Se sintió tan real, como si realmente estuviera allí. Tal vez todo pasó como dijeron que ocurrió.

Maniac || Hyunlix✔Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt