Cap 27

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La mañana siguiente me desperté con mi teléfono vibrando ruidosamente sobre mi mesita de noche. Lo busqué a tientas, derribando el despertador y lanzándolo estrepitosamente al suelo. Era Porter. Le fruncí el ceño al identificador de llamadas, tratando de entender por qué Porter estaría llamándome tan temprano un sábado.

No me había llamado en meses. Hubo un tiempo en el que me arrepentí de darle mi número. Mientras sus llamadas ocasionales empezaron de forma bastante inocente, como llamar para conseguir algo que se perdió de la clase, al final sus llamadas evolucionaron a divagaciones nocturnas, preguntándome si estaba lista para pasar el rato. Dejé de contestar mi teléfono hasta que captó la idea. Aun así, nunca había llamado tan temprano.

—Hola —proferí con voz ronca, tratando de no despertar a Sam.

—Um, hola Lix, no te desperté, ¿verdad?

—No. —No sé por qué mi respuesta automática a esa pregunta era siempre no, como si estuviera avergonzado de ser encontrada durmiendo, después de todo sólo eran las ocho de la mañana. Miré en la cama junto a mí, notando que Sam ya se había levantado. Aparté las sábanas de mis piernas y me estiré—. ¿Qué pasa?

—Bueno, esto va a sonar extraño, pero quería hablarte sobre Sam.

Oh Jesús, déjame en paz, pensé. No estoy interesado en ti, Porter.

—¿Sobre qué?

—En realidad, estaba esperando que te encontraras conmigo esta mañana para tomar un café, y así podría explicártelo.

—Porter, Pensé que lo había dejado claro, no estoy interesado.

—No es acerca es eso. Sólo... podría tener alguna información sobre Sam que deberías oír.

Mi estómago dio un vuelco.

—Ah, sí, claro. ¿Va bien en el Imperial Room?

—Por supuesto. ¿En veinte minutos? —preguntó.

—Te veo ahí.

Colgué el teléfono y me cambié. Después de cepillarme los dientes, encontré a Sam en la sala de estar poniéndose sus zapatos.

—Buenos días, ¿ya te vas? —pregunté.

—Sí. —Mantuvo baja la mirada y se puso el otro zapato. Oh. Me pregunté a dónde iba.

—Hay algo de lo que necesito ocuparme esta mañana —dijo, respondiendo a mi pregunta tácita—. Regresaré pronto. —Me besó en la mejilla y salió por la puerta.

Me quedé allí durante unos minutos más, un poco desconcertado ante el hecho de que ni siquiera había tenido que inventarme una excusa para salir.

Unos minutos después estaba fuera y me dirigía por la calle hacia él café. Porter estaba ya esperando adentro, en una mesa junto a la ventana de delante. Había una taza humeante de café enfrente de él y una taza alta con un café con leche en su sitio. Recordaba mi tipo de café; lo que era agradable, y además extraño.

—¿Esto es para mí? —pregunté mientras me acercaba a la mesa y retiraba la silla.

Porter asintió y comenzó a ponerse de pie, pero le hice una señal para que se quedara sentado.

Tomé un sorbo del café con leche, pero cuando descubrí que no estaba demasiado caliente, tomé un largo trago. Mmm. El expreso amargo y la espumosa leche caliente formaban una combinación brillante, que era justo lo que necesitaba para aliviar mis nervios por lo que fuera que Porter tenía que decirme.

—Así que... —comencé a decir.

—Así que... —Sonrió, haciéndose el inocente—. Por dónde empezar...— Trazaba el borde de la mesa con sus dedos.

Maniac || Hyunlix✔Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora