Cap 16

257 36 5
                                    

El sábado al mediodía era mi inquebrantable cita semanal para tomar café con Jisung, y mientras yopaseaba por nuestra cafeteríahabitual, cogí un pelo de gato de mi suéter negro. — Maldito gato —murmuré

—¿Tienes un gato?¿Desde cuándo? —dijo Jisung apareciendo detrás de mi. —Oh, bueno, sí. Tengo un gato esta semana.

El me analizó con curiosidad. —Bi-en. Pero odias los gatos. —Yo no odio los gatos. —En realidad los odiaba.

—Lo que tú digas. —Hizo rodar los ojos.

Ordenamos nuestro café y reclamamos los sillones de la parte trasera. Los ojos de Jisung estaban sobre mí desde el segundo en que me senté. — ¿Qué?

El ladeo la cabeza. —Algo está pasando contigo. —Tomó un sorbo de su Americano helado tamaño cubo, mordiendo la pajilla.

Traté de actuar de forma casual, pero mierda, una vez que Jisung estaba en el camino, no había nada que no quisieras que el supiera que pudieras guardarte.

—Estás guardándote algo. Has estado trabajando con Sam. El profesor Kim me dijo que se fue del hospital y tú sigues estando perdido en acción durante toda la semana. Y tienes que admitir que lo del gato es extraño.

Quité la tapa de mi café con leche, necesitando hacer algo con mis manos. —No, nada está pasando. Kim me devolvió mi tesis con toneladas de cambios, así que sólo he estado ocupado trabajando en eso. Y el gato... No es nada. No era más que un gato callejero cuando lo encontré.

El entornó sus ojos hacía mí. —¿Estas bromeando?¿Piensas que es tu trabajo arreglar a todos los hombres y animales callejeros de fuera? Cariño... —Negó con la cabeza—. Tienes que dejar ir esto.

Tomé otro sorbo de mi bebida, intentando pensar en una forma de cambiar el tema. Jisung tenía antecedentes de sonsacarme verdades que no necesitaba saber. Tal como mis hábitos de arreglo personal, o el hecho de

que no era dueño de los juguetes sexuales, hecho que cambiamos rápidamente en un viaje a la tienda de sexo hace varios meses. No es que yo lamentara esa intervención en particular. Pero aun así, ¿no tengo derecho a un poco de privacidad?

Además, se alteraría si se enteraba de que Sam estaba viviendo conmigo. Si se lo decía a Kim o a alguien más, no quería pensar en qué sería de mi beca para estudiar pacientes de amnesia. Seguramente esto estaba cruzando una especie de línea. Al menos no habíamos tenido sexo. Dios, si alguien pensaba que estaba negociando favores sexuales para la investigación académica... Me estremecí.

Jisung se dio cuenta, entornó los ojos mirándome. —Espera un segundo. —Levantó un dedo en el aire. —Uh-uh, no. De ninguna manera. —¿Qué? —Mi estomagó se llenó de nudos por los nervios. —Sigues en contacto con él, ¿Verdad?

—¿Quién?

—No te hagas la tonta. Sabes que estoy hablando de Sam. Aún debes estar hablando con él; de lo contrario estarías más molesto o parloteando de él sin parar.

—Tal vez.

—Chico, es mejor que lo sueltes en este momento.

—Para, Sung. —Miré mi bebida—. No hay nada que decir. —Aparte de que estoy deseando gravemente a un hombre enfermo, posiblemente violento, con un pasado en el que ninguno de nosotros sabe indagar. Oh, sólo eso.

El entrecerró los ojos, pero afortunadamente lo dejó pasar. Después de que Jisung y yo charláramos un poco más de tiempo, insistió en llevarme a casa, diciendo que quería conocer a mi gato. No importó que tratara de decirle que prefería caminar, o que me detendría en la biblioteca de camino, el siguió insistiendo, hasta el punto de que supe que si seguía inventándome excusas, el comenzaría a sospechar. Finalmente cedí.

Maniac || Hyunlix✔Where stories live. Discover now