❝ We Can Solve For X ━ SAHYO | adaptación & traducción. ❞

19: Sincerity and Possibility.

— ¿Cómo va el proyecto? — preguntó JiHyo mientras tomaba otro trozo de pizza.

Hacía un mes que se habían hecho oficiales y desde entonces la chica de pelo rosa prácticamente vivía en casa de Sana.

— Está bien, es difícil revisitar todos mis momentos más oscuros, pero también es terapéutico en cierto modo. ¿Cómo va tu música, has estado trabajando en algo nuevo? — dijo la nipona.

JiHyo se bebió todo el vaso de coca—cola para contestar, ya que tenía la boca demasiado llena de comida para hablar. — Sí, va muy bien. He escrito bastante, y hace poco terminé una canción llamada Gold que envié a algunos bares y cafeterías de la zona. Ya sabes, para empezar poco a poco, pero para ver si alguien me dejaba tocar. — Dijo la muñeca.

— ¡Eso es genial, Hyo!... ¿Están enfadados tus padres? 

—Bueno, no lo sé, no he hablado mucho con ellos, la verdad...— Dijo JiHyo, sonando un poco molesta

— Lo siento, cariño, estoy segura de que entrarán en razón — Sana consoló, colocando un beso en el hombro de la otra chica.

— Está bien, o no, pero no es culpa tuya. Pero sigo en la escuela, así que seguro que al menos están contentos por eso — Dijo la chica de ojos marrones, encogiéndose de hombros.

La nipona asintió con la cabeza, sin saber qué podía decir o hacer para mejorar la situación.
— ¿Cómo ha ido la escuela? 

— Bien, es un poco más fácil concentrarse ahora que no estoy constantemente buscando gente para follar entre clases. — La coreana dijo sin rodeos, rompiendo a reír segundos después, Sana se unió y golpeó el muslo de la chica mientras reía.

— ¿Sabes lo que me encanta de ti? — Sana le preguntó a la chica una vez que la risa se apagó.

— ¿Qué? 

— Eres tan honesta y directa. Siempre dices verdades sin rodeos. Nunca hay segundas intenciones ni juegos. No eres como nadie que haya conocido, y eso me encanta. He necesitado a alguien como tú en mi vida durante mucho tiempo. La gente con la que he estado siempre ha filtrado sus declaraciones y me ha hecho tener que diseccionar cada una de sus palabras, pero tú eres tan directo y abierto. De alguna manera me entiendes y si hay algún problema, me lo dices. Me veo enamorándome de alguien como tú. — La chica de ojos verdes se sinceró, siguiendo el ejemplo de la chica del pelo de algodón de azúcar y hablando sin filtros.

JiHyo envolvió a la rubia en un abrazo antes de apartarse para mirar los ojos verdes como laguna de la chica, los brazos de la chica de pelo rosa permanecieron alrededor del cuello de la rubia. — Yo también me veo enamorándome de alguien como tú. — Dijo la muñeca con lágrimas de cristal amenazando con derramarse de sus ojos mientras se inclinaba para besar a la otra chica.

JiHyo realmente podía verse a sí misma enamorándose de Sana.
JiHyo incluso se veía a sí misma envejeciendo con Sana.

Nunca podría expresar lo mucho que la castaña significaba para ella cuando hablaban, y por eso se esforzaba al máximo por plasmar cada pensamiento amoroso en la letra de su canción. Pero tenía la sensación de que, aunque sumara todas las palabras que sabía, nunca podrían transmitir el lugar que Sana ocupaba en su corazón.
La chica de ojos verdes había empezado a consumir todos sus pensamientos, sustituyendo la lujuria infinita por una cursilería ridícula. Todos los deseos sexuales de JiHyo se transformaron en cosas que quería probar con la castaña, pero cosas con las que ahora quería tomarse su tiempo. Antes se habría sentido inquieta si no se hubiera acostado con alguien al menos cada dos días, pero ahora se conformaba con que el sexo surgiera de forma natural como una extensión de su cuidado mutuo.
Sana la había sacado de su oscuridad y le había hecho darse cuenta de lo que realmente necesitaba, y de repente todas las emociones de las que había estado huyendo ya no le parecían tan aterradoras.

Ahora podía verlo.
Podía verlas en un pequeño pueblo, pasando las noches contando las estrellas en el cielo.
Podía ver las vallas y cómo cortaban el césped.

Y por alguna razón, ahora quería todo eso.
Todas esas cosas ridículas que antes consideraba tan repugnantemente domésticas.

JiHyo sonrió a Sana, la castaña la miró confundida ya que la chica de pelo rosa la había estado mirando durante un rato. — ¿Qué? ¿Qué pasa? — cuestionó Sana.

— Nada, simplemente me gustas. — la coreana respondió, la castaña rompiendo a reír con la otra chica pronto siguiéndole la corriente.

Las cicatrices de su pasado se curaban con la esperanza de un mañana feliz.

1 / 5