❝ Dónde Sana conoce en rehabilitación a una chica bastante curiosa. ❞
✦ › Fluff, smut, angst, humor, y mencion de adicciones.
✦ › Portada de: beazyo
ׅ ۟ 兼 ָ֢ ֹ
❝ La historia original no me pertenece, sólo me he encargado de trad...
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Los dos días siguientes JiHyo estuvo trabajando duro, ignorando ecuaciones y fórmulas, ya que toda su atención se centró en trabajar en la canción que había empezado en los días posteriores a su primera cita con Sana. La canción había estado dando vueltas en su cabeza, pero hasta ahora no había encontrado la forma de continuarla. Había pensado en todo lo que quería decirle a Sana. Cómo quería asegurarle que, aunque recayera, JiHyo seguiría a su lado. También quería escribir sobre su propia adicción, sobre todo después de haber reflexionado sobre cómo intentó ignorar sus primeros signos de verdaderos sentimientos por Sana todas aquellas semanas atrás saliendo a beber y acostándose con una mujer cualquiera.
Así que allí estaba, sentada en el sofá de Sana, rasgueando su guitarra y esperando a que Sana llegara a casa para poder tocar su nueva canción para la chica.
— ¡Hola Shiba!— dijo JiHyo emocionada al oír abrirse la puerta.
— ¿JiHyo? Dios mío, qué agradable sorpresa, pensé que estarías ocupada—. Sana dijo felizmente mientras se acercaba a besar la parte superior de la cabeza de la chica. JiHyo se había quedado en su dormitorio en modo concentración total, alegando que necesitaba estudiar, así que Sana apenas la había visto.
—Ven, siéntate. Tengo algo para ti, es un regalo, podría decirse—. Dijo la muñeca, palmeando el lugar a su lado en el sofá. La chica de ojos verdes lo hizo de inmediato, curiosa por aquel regalo tan abrupto.
— ¿Qué es? — Preguntó Sana con curiosidad.
—Bueno, ¿recuerdas cuando te dije que tenía que quedarme en mi dormitorio para estudiar?
—Sí, lo recuerdo, eso fue literalmente hace como dos días—. La mujer de ojos verdes respondió con una carcajada, haciendo que la muñeca sonriera cálidamente porque sólo ver sonreír a Sana era suficiente para alegrar todo su mundo.
—Bueno, sí, como que no he estado estudiando, he estado escribiendo. He estado escribiendo una canción. En realidad, la empecé hace mucho tiempo, pero no le encontré el sentido hasta nuestra conversación del otro día. Y sí, realmente quiero tocarla para ti—. dijo JiHyo, con los nervios a flor de piel. Quería desesperadamente que a Sana le gustara la canción y temía la posibilidad de que a la chica no le gustara.
— ¿Me has escrito una canción? — preguntó Sana sorprendida.
—Sí, también es un poco sobre mí, pero sí sobre todo acerca de ti.
—Oh Dios mío, eso es realmente... eso es increíble, me siento honrada... realmente. ¿Puedo grabarlo? No en video ni nada, pero me gustaría tenerlo—. Dijo la chica de ojos verdes.
—Claro, solo espero de verdad que te guste... Pero sí, puedes grabarlo si quieres—. JiHyo respondió, sintiéndose bastante tímida mientras la otra mujer pulsaba grabar en su teléfono, con una brillante sonrisa en sus labios rojos. —Está bien... allá va—. La chica de ojos marrones dijo mientras sus dedos empezaban a rasguear la intro, su mente se concentraba en la letra y su significado mientras empezaba a cantar.
