Sanar

488 66 1
                                    

—¿Qué haces aquí, spreen?

Estaban afuera de la casa de roier, el pelinegro había vuelto después de mucho tiempo.
Su impulso lo llevó directo a la casa del menor.

Impulso o costumbre, no lo sabe bien.

Pero ahí estába.

—Yo... no lo sé—lo sabía, claro que lo sabía. Pero la cobardía siempre le había ganado en este tema.

—Basta porfavor, basta de hacerme daño—No quería llorar, pero le era imposible—se supone que el tiempo iba a curarme, que debo odiarte y no sentir nada por ti. Déjame sanar.

Su voz sonaba a suplica, él en verdad estaba intentando sanar, de hecho estaba conociendo a un lindo chico. Quién a contrario del oso, le correspondía sus sinceros sentimientos.

—Roier, yo siempre fui claro contigo.

—No, nunca lo fuiste. Tu boca decía una cosa y tus acciones demostraban otra muy distinta—dijo ya cansado—Ya pasó un año, spreen.

—Lo siento, no sé porque hago esto. Te extraño, te necesito. Este año fuera de aquí fue una mierda, esta es mi casa, aquí, contigo.—confesó.

—Hace un año dejaste muy claro que no querías estar aquí, spreen.

—Estaba confundido, me sentía asfixiado, sentía que no merecía el amor que me dabas.—se acercó.

—Y no lo merecías, con el tiempo lo entendí. Estoy conociendo a alguien, estoy rehaciendo mi vida.

El pelinegro volvió a alejarse al escuchar esas palabras. Dolía tanto. Quemaba.

—Podemos ser amigos otra vez, como antes. Antes de todo. Quiero estar cerca tuyo, me haces bien, —insistió.

—No, Spreen. Tu y yo nunca podríamos ser amigos. Te conozco y me conozco, somos nuestra debilidad. Terminaríamos igual que como estamos ahora.

—¿Cómo?—cuestionó.

—Haciéndonos daño, igual que siempre.

Spreen sabía que era verdad, que lo de ellos fue un amor doloroso desde el primer día. Que las peleas eran más grandes, y que jamás funcionaría.

Pero... lo amaba tanto, le hacía tanta falta.

Nunca reemplazaría el tiempo juntos.

—Es mejor que te vayas, spreen. Dame y date a ti mismo la oportunidad de ser feliz, encuentra a alguien que te complemente, que no te asfixie, como lo hacía yo.

—Pero, yo te amo a ti—lloraba él también.

—Y yo a ti—susurró—pero el amor no es suficiente para nosotros, spreen.

Se miraron como lo hacían antes, se abrazaron fuerte. Apretado. Un abrazo lleno de amor, dolor y despedida.

Dejaron todo lo que tenían en ese abrazo.

Después cada uno dio la vuelta en una dirección contraria.

Era lo mejor.

Debían ser felices, y juntos no podían.

૮ ˶ᵔ ᵕ ᵔ˶ ა

PERDÓN 😭

Goma de mascar | spiderbear oneshotsWhere stories live. Discover now