4. "Tu eres Valentina?"

353 16 0
                                    

Narra Valentina.

—¿quieres más ensalada? —Mi papá le pregunta a mi mejor amiga.

Ella asiente y todos seguimos comiendo riéndonos de los chistes de mis hermanos.

Hace dos días que habíamos llegado a España, Sofía y su mamá habían encontrado una casa en venta, no muy grande pero perfecta para las dos.

Papá quería llevarnos a Sofía y a mi al entrenamiento del lunes por la mañana.

—Después de la escuela vamos. —Aseguró.

Nos habíamos anotado en una escuela privada bastante cómoda ya que nos quedaba cerca a las dos para terminar nuestro último año.

Terminamos de comer y cada quien se va a su casa.

—Después del entreno no hagas planes porfa, voy a necesitar que te lleves a tus hermanos contigo. —Me pide papá antes de subir e irse a dormir.

•••••••••••

—¿No es un poco ilegal lo que estamos por hacer? —Pregunta Sofía.

—Un poco. Tengo el registro de Argentina. —Me encojo de hombros.

Las dos nos subimos al auto de papá y nos dirigimos a la ciudad deportiva.

—¿como se supone que vamos a entrar? —Pregunto cuando llegamos.

—No se, pero hay mucha gente, nos van a descubrir en nuestra ilegalidad. —Se ríe Sofía.

—¿intentó pasar? Tal vez papá le dijo al guardia que vendríamos.

—No perdemos nada con intentarlo.

Cuando acelero para dirigirme a la entrada el guardia mira la patente del coche y me sonríe dejándonos entrar.

—Que bueno está el guardia eh. —Sofía mira hacia atrás viendo bajamos.

—Por dios. —Me rio. —Cuentos años tendrá.

Se encoge de hombros y empezamos a caminar hacia el campo.

Al llegar vemos a todos corriendo y haciendo un par de pases con las pelotas.

—Me canso solo de verlos correr. —Me rio.

En el momento que nos estamos riendo un balón llega a nuestra dirección y un jugador lo viene a buscar.

—¿Que hacen aquí? —Pregunta mirándonos.

¿Y este quien se cree?

Vinimos con-

—No damos autógrafos ahora. —La interrumpe este chico a Sofía. —Pero pueden esperar afuera como los otros.

—No queremos tu autógrafo, idiota. —Le digo poniendo cara de confundida.

—¿Y entonces? Ahh ¿que trabajan aquí?

—Tampoco.

—Bueno lo que sea, este entrenamiento es privado. —Sonríe. —No cualquiera puede estar aquí.

—¡Valen! —Mi hermana pequeña corre hacia a mi y me abraza.

—Hola Bonita. —La alzó.

—¿Eres Valentina? —Me pregunta el chico sorprendido.

—Si. —Sonrio falsamente. —¿Y vos sos...? y en ese momento lo reconozco, era el chico que Pedri me había mostrado aquel día de la videollamada.

—Gavi. ¿Por que?

Desafiando al destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora