24. "creo que está ocurriendo"

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Narra Valentina.

Bueno, eso de convencer a mi papá para ir a Argentina no salió como queríamos, pero habíamos arreglado que el año que viene lo haríamos si o si.

Entendía que quisiera pasar las fechas importantes acá, ya que hace años que no veía a mi familia paterna.

La que si se había ido a Argentina era Sofía, ella y su mamá se habían ido porque tenían a sus tías allá. La extrañaba mucho, pero volvería para año nuevo.

—Feliz Nochebuena mi vida. —Mi abuela me abraza felizmente.

—Igualmente nana. —Sonrío.

—¡Momento de abrir los regalos! —Mi hermana aplaude emocionada y yo rio.

Nos sentamos en el salón y comenzamos a intercambiarnos lo que compramos.

—¡Mira Val! ¡Una camiseta firmada por Iniesta! —Dan me muestra contento.

—Pero que maravilloso. —Sonreí.

—¡Si! Porque la mía se había roto ¡Gracias Papi! —Mi hermano abraza a mi papá fuertemente.

—Tiene que darle las gracias a Gavi, fue él quien te la regalo. —Aclara de papá.

—¡Val luego déjame tu teléfono para agradecerle! —Sonríe el pequeño.

—Bueno, ahora viene mi regalo, este es para papá. —Anuncié.

En los últimos días había tenido muchos sustos con respecto a la noticia del mundial. Sabía que mi papá lo sospechaba, así que decidí hacerle un regalo el cual lo confirmaba. Luego tenía que obligarlo a no decir nada.

Además, necesitaba mucho sus consejos. El cómo manejar los nervios, como prepárame antes de una gran competición, y todo eso. Que aunque Evelyn me ayudara, necesitaba a mi papá.

Él comienza a abrirlo, mientras yo me apresuraba a poner el móvil a grabar. Era una caja que tenía muchas golosinas, una carta y después un vale por, el cual ponía
"Vale por un viaje a Madrid para ver a tu hija competir en el mundial"

Y fue simplemente el momento más lindo.

Me miró con el ceño fruncido y luego miro a mi mamá la cual asintió felizmente mientras se sacaba algunas lágrimas.

—¿Qué dice? —Pregunta mi abuela.

Mi primo lo lee y se queda incrédulo.

Papá se soba la nariz ya que había empezado a llorar y viene rápidamente a abrazarme.

—Lo sabía. —Murmura.

Yo solo reí.

—Buah, no me lo creo. —Dice de la misma manera.

Se separa de mi y vuelve a mirar el papel, como si todavía no se lo creyera.

Suspiro y me abrazo nuevamente.

—Estoy orgulloso de ti.

Esas fueron las palabras que me hicieron romper en llanto a mi también. Que tu papá, que sabe lo que se siente querer algo y no conseguirlo por mucho tiempo hasta el punto de querer rendirte, te diga esas palabras es emocionante.

Desafiando al destino Where stories live. Discover now