Desafiando al destino

8. "Enamórate y verás tu"

Estaba bostezando mientras veía como mi papá se reía con los del equipo.

—Val. —Me llama Pedri.

Lo miro y veo que están todos sentándose en un sillón del mismo restaurante. Voy hacia ellos y me siento apoyando la cabeza en su hombro.

—¿Tienen hagas de hacer una pijamada? —Pregunta Sira ilusionada.

—¡Si! —respondo igual que ella.

—¿Ya? ¿Ahora? —Pregunta Ferran con pocas ganas.

—Si estáis cansados no hace falta.

Ferran cambia su cara de aburrimiento al ver que a Sira verdaderamente le ilusionaba la idea.

—Mañana vengan a casa. —Digo. Es verdad que todos estaban muertos por el entrenamiento. —Vengan desde la tarde y podemos estar en la pileta. —Propongo.

—¡Vale! —Pedri sonríe.

—Mañana no se si podré, viene mi mejor amiga de Colombia. —Sira suspira.

—¿No queres traerla también? Digo, capaz solo queres estar con ella. —Aclaró para no ponerla en un compromiso.

—Si no les molesta sería Perfecto. —Sonríe mirando a todos.

—Es mi casa, no la de ellos. —Me rio. —Tráela.

—Val, nos vamos. —Avisa mi papá. —Gavi ¿te llevamos?

—Voy con Pedri, no os preocupéis. —Sonríe.

—¿Preocupéis? —Digo frunciendo el ceño.

—Sé que tú también te preocupas por mi. —Me guiña un ojo.

—Y después te caíste de la cama. —Me rio.

—Es muy tarde como para aguantar sus juegos. Vamos hija. —Suspira mi papá.

—Buenas noches, guapa. —Cuando paso por al lado de Gavi, me guiña un ojo nuevamente y yo solo volteo los ojos.

Nos subimos al auto y le cuento a papá el plan que hicimos para mañana, acepta y nos vamos a casa escuchando música.

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—Hagamos hasta acá porque si no me voy a volver loca. —Digo suspirando.

Otra vez le estaba enseñando matemáticas a Gavi y aunque la clase fue menos desastrosa que la última vez, no quiero hacerlo nunca mas.

—Vamos a la piscina porfa. —Pedri parecía que estaba apunto de morir de calor.

Todos le hacemos caso y nos quedamos afuera aprovechando el poco viento que corría hasta que tocan la puerta.

—Llegaron las verdaderas almas de la fiesta. —Dice Sira entrando seguida de Sofía y su amiga de Colombia. —Chicos, ella es Carola. —La señala.

—Pueden decirme Caro. —Sonríe.

—Bienvenida. —Le digo. —Puede que al principio te asustes con estos pero te acostumbras eh. —Digo señalando a los chicos.

—Pero estás loca, si somos un amor. —Sonríe Ferran.

—Estas caras de ángeles que tenemos no se consiguen en cualquier lado. —Frenkie le sigue la broma.

Sofía suspira mirándolo y yo me rio haciendo que ella se de cuenta y ponga cara de desentendida.

—No te hagas. —Le susurro riendo.

—No se de que hablas. Tienes mucho calor me parece. —Se encoge de hombros.

La empujó haciendo que se caiga al agua.