32. "¿Cita?"

254 14 0
                                    

Narra Valentina.

Pablo me había dicho que como compensación de que el otro día nos interrumpieron todos nuestros amigos íbamos a ir a comer hoy.

Pasé a buscarlo por su casa, aunque haya luchado por venir él le dije que todavía no estaba muy listo para probar conducir, y menos que menos solo.

—Esto es una mierda, así no puedo hacerte sorpresas. —Se queja entrando en mi auto.

—Hola cómo estás Valen, me alegro yo también estoy bien. —Digo irónica.

—Lo siento, hola. —Dice dejando un beso cerca de las comisuras de mis labios, haciendo que todo mí organismo salte de alegría. —Y tú estarás bien, porque yo no.

—¿Por qué no? —Me interese arrancando.

—Porque esto es una mierda Valen, ni siquiera puedo caminar solo. —Suspira. —Además duele como no te imaginas y hace más de 60 días que no juego fútbol.

—Sé que es feo... pero no hay mucho que se pueda hacer. Tampoco te tortures, volverás pronto.

—Pues vaya mierda.

Sonrío triste y cambio de tema. Rápidamente llegamos al restaurante.

—Buenas noches, ¿Valentina verdad? —Pregunta el mozo.

—Así es. —Sonreí y nos acomodó en una mesa algo apartada.

Al final yo elegí pasta para comer y él se permitió copiarme por esta vez.

—¿Sabes que lo más duro de jugar otra vez va a ser volver a comer bien? —pregunto riéndome.

—Que exagerada, apenas como mal pero hoy es un día especial.

—¿ah si? —Sonreí.

—Mhm. —Asiente tomando su bebida.

—¿Y por qué?

—Porque es nuestra primera cita.

—¿Cita? Yo no recuerdo que me hayas invitado a una cita. —Me hago la tonta.

—¿No crees que era obvio?

—No, la verdad. —miento.

—Pues bueno, ya me tocará invitarte bien a una cita.

—Quizá no acepte.

—¿Segura? —Me miró fijamente y supe que no podía seguir más con esta broma.

—No. —Me rindo y él se ríe.

Nos traen la comida y comenzamos a hablar luego de que el mozo haya pedido una foto con Gavi.

—¿Sabes? Los doctores han dicho que quizá vuelva antes. —Suelta.

—¿Qué? —Digo asombrada. —Pero eso es muy bueno ¿no te ilusiona?

—Si... pero ya sabes, primero te dicen una cosa y luego tres distintas. Así que intento no pensar mucho la verdad.

—En realidad si que pensas mucho, tienes hasta los días contados. Pero estaría bueno que confíes en lo que te dicen, por lo menos es una opción. Además no te lo dirían si no fuese algo probable.

—Quiero volver a jugar Val, soy solo un crío que eso es lo único que lo hace feliz. —Su labio comienza a curvarse en una especie de puchero así que acaricie su mano en forma de apoyo. —No importa. —Respira ondo. —cuéntame algo de ti.

—¿algo de mi? —Pregunto confundida. —¿cómo que? Si ya sabes todo.

—No todo, ¿qué tal tu vida en Argentina?

Desafiando al destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora