38. "Mala semana"

149 10 1
                                    

Narra Valentina

Llevaba una semana evitando por completo a Gavi.

Me habían llegado docenas de llamadas pero no atendí ninguna ni respondí ningún mensaje.

Fer me había contado que Pedri y Pablo no se hablaban pero mi mejor amigo me había dicho que si.

Obviamente le creía a Fer. Pero me sabía mal que se peleen por esto.

—Tía, deja de llorar ya. —Sira entró a mi habitación y me destapó mientras Sofi abría la cortina.

—Déjenme en paz. No tengo ganas de salir. —Lloriqueo.

—No nos importa Valentina, levántate de esa cama ya porque nos vamos a ir de compras y a merendar. —Sofi se cruza de brazos.

—De verdad que no tengo ganas. —Suspire.

—Ya, pero es que no vamos a dejarte aquí. —Sira se niega y tira de mi brazo para levantarme.

—¿Me dejan bañarme por lo menos?

—Si. —Responden al mismo tiempo y cuando voy al baño las escucho organizar mi habitación.

Frente a Pedri me mostraba fuerte; que no me había afectado y que no habíamos sido nada. Pero lo hacía porque sabía que si me veía mal se pelearía más con Pablo y tampoco quería generar más tensión de la que había.

Terminé de prepararme y nos fuimos al centro comercial.

Entramos a Zara y nos pusimos a ver toda la colección nueva.

—Miren este. —Muestro un jean negro lleno de brillos.

—Es precioso. —Sira abre la boca sorprendida.

—¿Y si nos lo compramos a juego? —Sonreí.

—Opino que si. —Sofi agarra uno de su talle al igual que la española.

Salimos y nos dirigimos a tomar algo.

Por primera vez en la semana me está riendo sin recordarlo a él.

—¿Qué van a pedir? —Mi mejor amiga suspira viendo la carta. Siempre le costaba decidir porque decía que todo estaba rico.

—Yo un café con donas. —Sonreí. —Las de acá están buenísimas.

Mis amigas se miran con los ojos muy abiertos y yo frunzo el ceño.

—¿No las probaron? Son riquísimas de verdad. —Digo extrañada.

Ninguna de las dos me contesta solo miran detrás de mi.

Cuando me estoy a punto de voltear ambas de agarran el brazo y comienzan a hablar de cualquier cosa.

—¿Está él no? —Digo ya sabiendo la repuesta.

Sira suspira y asiente.

—Mientras no se acerquen no pasa nada. —Admite Sofía.

Desafiando al destino Where stories live. Discover now