Un poco común triángulo amoroso ♡ vhopekook ❀ omegaverse

CAPÍTULO NUEVE: SOSPECHAS ACERTADAS

Los sábados implican relajación, descanso de una agotadora jornada de estudio o de trabajo, engloba lo que cualquiera podría considerar como un respiro de la agotadora existencia misma y JungKook no podía creer que lo estuviera desperdiciando en la casa de sus padres.

Claro, él no tenía muchas otras cosas que hacer aparte de dormir y de preguntarse por qué su vida estaba teniendo tantos altibajos, pero lo que menos quería era estar en el mismo lugar que sus tías metiches que no dejaban de interrogarlo con cosas que no venían al caso.

—¿Ni siquiera una novia conseguiste estos días? —preguntaba su tía Sue, la mayor de las hermanas de su madre. Sus labios siempre estaban ligeramente fruncidos como si acabara de chupar un limón y se sentaba con las manos cruzadas al igual que sus piernas, levantando siempre su mentón como si quisiera verse superior al resto.

Jeon suspiró, negando, y esperando volverse uno con el sofá individual en el que estaba sentado para así quizás no escucharla más. Ambas habían adquirido la manía de preguntar por sus parejas desde que cumplió dieciocho años y para este punto él sólo asentía o negaba con la cabeza, escuchando el discurso que tuvieran preparado aquella vez y esperando a que se aburrieran lo suficiente de él para que se callaran.

—Aigo, a tu edad yo ya había conocido a tu tío —empezó ella hablando del difunto—. Él estaba con una chica, eran pareja, pero yo fui una omega mucho mejor —levantó un poco el mentón, regocijándose de su propia historia, una que el menor había escuchado desde que tenía memoria—. Las omegas van a pelearse por ti, tienes que conseguir a una que te dé buenos hijos, no puedes estar ahí perdiendo el tiempo —señaló con tanta seguridad que casi lucía ofendida.

Él suspiró, asintiendo.

—Tiene razón, Jungie —secundó su tía Cho, la hermana del medio y una mujer con tres matrimonios fallidos. Ella siempre lo llamaba así y él lo odiaba—. Sin embargo, tienes que recordar que muchas te van a querer sólo por tu dinero, así que debes ser un buen alfa y encontrar a aquella que se haga respetar.

El alfa se preguntó si hablaba de sí misma, ya que en los divorcios ella siempre se había quedado con la mayoría de las cosas, pero no dijo nada, sólo formó una pequeña expresión de disgusto que ninguna de las dos mujeres notó.

—Exacto —continuó la mayor—. Ella debe ser de buena familia, buenos modales, buenas caderas —palmeó las propias—, para los bebés.

JungKook apretó sus labios mientras soltaba aire por su nariz y miró hacia la entrada de la cocina, esperando a que su madre saliera de ella para poder comenzar a comer y tener una mejor excusa para quedarse callado.

Aquel sábado era cumpleaños de su tía Sue y no podía no ir, la mujer haría un escándalo si así fuera y él no tenía energía para lidiar con ello. Así que después de dormitar en su cama durante la mañana, se vistió decentemente y fue a casa de sus padres en la tarde para festejarle un feliz cumpleaños a la viuda de su tía, esperando que la reunión no se alargara demasiado en la noche porque quería regresar a su cómoda cama y morir.

Le molestaba un poco ser el muñeco de las fiestas, uno que sólo asentía y sonreía mientras los "adultos" hablaban, pero no podía participar en sus conversaciones porque ellos lo veían como un niño y él no estaba interesado en ellas de todas maneras, sus temas siempre giraban en torno a los logros de sus hijos, el trabajo y sus planes de retiro, así como anécdotas viejas que él no recordaba porque era un bebé o bien, hacían chistes que no le generaban gracia en absoluto.

Lamentablemente, al ser el menor de los exitosos primos que vivían fuera del país, JungKook estaba solo, y mientras su tía Sue se regocijaba de que su su hijo mayor estuviera comprometido y su hijo menor estuviera estudiando en el extranjero, él masticaba su almuerzo con lentitud, concentrado en ello mientras trataba de pensar en alguna otra cosa mientras los demás conversaban.