CAPÍTULO DIECISIETE: REGRESIONES Y PROMESAS

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Un sinfín de imágenes sin aparente sentido golpearon a JungKook tan fuerte que se sintió horriblemente aturdido, su cuerpo entero entumecido como si flotara mientras su cabeza corría a mil por segundo.

La taquicardia que se producía en su corazón por lo que estaba pasando le recordaba que seguía vivo mientras escuchaba la voz de HyeRin avisar que seguramente se sentirían mal emocionalmente o un poco mareados, pero que era normal, así que él trató de no hacer un escándalo al respecto.

Sin embargo, la melancolía mezclada con la tristeza y el dolor retumbaron en su pecho tan fuerte que sintió que podría desmayarse de la impresión, la regresión y el proceso de la misma calando tan fuerte en el que se sentía más dormido que despierto, pero entremezclado con un efecto comparable a la de estar corriendo una maratón. Fue en ese momento que las imágenes azarosas comenzaron a aparecer y su lobo lo hizo reaccionar como si todo lo que estaba viendo atravesar su cabeza fuera perfectamente reconocible, y es que lo era, lo que significaba que lo que decía la bruja no era puras habladurías y JungKook de hecho sí estaba viendo sus vidas pasadas como si de una película a velocidad máxima se tratara.

Se sentía irreal de alguna manera, tenía que serlo. Fue como una epifanía, como el recordar algo yacía siglos olvidado, pero lo que producía en su persona le daba la idea de que todo eso era demasiado para él.

Entonces, cuando su cabeza comenzó a doler, las imágenes se detuvieron de golpe.

Ahora, en el escenario estático que los recuerdos de su alma le brindaba, él miraba la luna llena en el cielo, tan cerca y tan brillante como nunca la había visto antes mientras las más hermosas estrellas decoraban el firmamento. JungKook podía jurar ver un par de galaxias a lo lejos que deleitaron su visión como si estuviera presenciando la más hermosa obra de arte, pero el cuadro se vio interrumpido cuando un rostro apareció en su campo de visión; no lo reconoció al principio, pero tenía la certeza de saber quien era, como si tuviera el nombre en la punta de la lengua. La mano cálida de aquella persona ahora acariciaba su mejilla con adoración y supo que se trataba de HoSeok, o al menos de quien debió ser HoSeok en ese momento.

Sus ojos brillaban dorados, su cabello desordenado y un poco más largo a comparación de cómo lo tenía en la actualidad, luciendo un precioso color gris entremezclado con mechones más oscuros; se asemejaba al pelaje de un lobo y no sería sorpresa para nadie que así fuera. Después de todo, antes, los humanos tenían la capacidad de tomar la forma de su animal espiritual, pero JungKook pensaba que eran sólo mitos.

Bueno, ya se había dado cuenta de que todos los mitos que conocía pues no lo eran del todo.

«¿Te encuentras bien, mi querido alfa?», preguntó dulce aquel joven sonriente, amoroso en su tono, pero su voz lejana. JungKook asintió sin siquiera pensarlo, siendo un espectador de las acciones de un cuerpo que no controlaba. «Has dormido mucho, el ritual debió ser un golpe fuerte para tu lobo», supuso.

«Aun así, no me siento en absoluto arrepentido», pronunció Jeon con letargo y con el mismo tono de enamorado, notando entonces que su cuello ardía, específicamente en ambas zonas en las que conectaba con sus clavículas.

«Yo tampoco», una tercera voz se hizo oír a su lado y cuando JungKook giró su cabeza, se encontró con un alfa que debía ser TaeHyung. Su cabello corto color negro y ojos brillantes color plata llamaron su atención. En su rostro había una sonrisa suave dedicada a ambos, mientras su mano encontraba la de JungKook para entrelazar sus dedos. «Aunque mi cuerpo queme como el sol, está jamás habrá sido una mala decisión para mi».

La sensación de familiaridad lo golpeó fuerte, la realización aún más. El pecho del otro yacía descubierto, brillante por la luz de la luna sobre él, luciendo una desnudez llena de marcas que JungKook también notó en su propio cuerpo. Así mismo, notó el par de mordidas rojas que decoraban el cuello del alfa a su lado, aquel con rostro distinto al que conocía, pero con la misma aura y esencia de su alma. En su propio rostro se extendió una sonrisa y su mano apretó la de aquel alfa que debía ser TaeHyung, alfa que no demoró en devolverle el gesto mientras el omega a su lado besaba su rostro con cariño.

Un poco común triángulo amoroso ♡ vhopekook ❀ omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora