CAPÍTULO DOCE: MIEDOS

169 36 3
                                    

A pesar de que HoSeok le insistió en que se quedara en casa hasta que se sintiera mejor, JungKook necesitaba estar solo para intentar recomponerse, por lo que la pareja dejó de oponer resistencia a sus pedidos aunque sus lobos aullaban y lloriqueaban por el más joven.

JungKook ni siquiera fue capaz de recordar el lapso de tiempo que le tomó llegar a su casa o de cómo fue que llegó exactamente sin llorar en absoluto, lo único que sabía era que se encerró en su habitación a penas llegó y se acurrucó en una de las esquinas de su cama pegada a la pared, tratando de contener las emociones en su pecho mientras su cabeza era un tornado de pensamientos negativos que lo tenían tan aterrado y agobiado como nunca antes había estado.

¿Sus padres deberían saber lo que sucedía? No, claro que no, él no podía hablarles al respecto, ellos lo matarían, ¡él era literalmente todo lo que ellos odiaban! No sería capaz de verlos a la cara luego de esto, simplemente no. ¿Cómo se supone que lo resolvería? No tenía idea, ¿a quién pedir ayuda? Alguien que no fuera ninguna de las dos personas que lo habían metido ahí para empezar.

Estaba solo.

Repentinamente, mientras pensaba en cuál amigo de su reducida lista podría acudir para al menos desahogarse, un recuerdo de sus años de secundaria lo invadió, amargando aún más el momento de desespero que estaba experimentando.

—¿Has visto a ese chico? —fue una pregunta de parte de Kim YuGyeom, el amigo más cercano que tuvo en la secundaria. Sus padres siempre habían dicho que lucían como hermanos gemelos y, en su recuerdo, él estaba comiendo un sándwich de jamón mientras se encontraba sentado en su propio escritorio, señalando con un movimiento de su mentón a un chico que estaba hablando con uno de sus compañeros en la entrada del salón, ambos riendo risueños.

JungKook recuerda haberlo mirado sin detallar demasiado en él, ignorante de lo que sea que provocara la expresión de asco de parte de su amigo alfa.

—Sí, ¿qué pasa con él? —de su compañero sabía un par de cosas, como que era el más inteligente de la clase y que era un omega llamado JiHoon. Le agradaba hasta cierto punto ya que no habían hablado mucho, pero del otro chico no tenía idea.

YuGyeom se inclinó hacia su escritorio, acercándose a su oído para soltar el jugoso chisme del cual parecía haberse enterado recientemente.

—Se llama SoonYoung, es un año mayor, dicen que lo vieron besándose con JiHoon —JungKook recuerda haber formado una expresión de sorpresa absoluta, mirando a Gyeom como si le estuviera diciendo que a los cerdos volaban, y es que no podía ser cierto, no cuando el porte y el aura de ese tal SoonYoung delataban que también era un omega.

Ambos eran omegas.

De repente, se dio cuenta de que las sonrisas risueñas parecían coqueteos y las mejillas de ambos se encontraban medianamente tinturadas con color rojo.

—¿Puedes creerlo? —su amigo continuó, recostándose sobre su asiento mientras chasqueaba la lengua—. Qué horror, en serio. Tantos alfas y vienen estos a juntarse, ¿quienes se creen que son? —se oía altamente ofendido, pero JungKook no encontraba palabras para decir, mirando a ambos con una duda infinita brillando en sus ojos, su curioso lobo escudriñando la imagen—. Aunque admito que sería divertido estar entre ambos, ¿te imaginas? Lubricante por todas partes, whoa —rió, tomando otra mordida de su sándwich, hasta que de repente comenzó a golpear a su amigo en el pecho para llamar su atención, provocando que Jeon se desconcentrara y lo mirara sin entender—. El porno de omega y omega sí es excitante, no te lo puedo negar —su expresión, en ese momento, hizo sentir incómodo a JungKook.

—No me interesa —espetó con tono harto antes de regresar su atención a su cuaderno sobre la mesa, considerando que estaba presenciando algo incorrecto y lo hacía sentir enfermo.

Un poco común triángulo amoroso ♡ vhopekook ❀ omegaverseWhere stories live. Discover now