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NATALIE POV

Caminar por las calles de Alemania, lejos de Leipzig, generó un nudo en mi estómago y miles de pensamientos rodeaban mi cabeza, nublaban mi vista y me destruían. Ahora el lápiz y el papel se adueñaron de mi y de mis sentimientos, de mis vacíos emocionales causado por Bill. Aunque sé que no era la única en ese estado tan deplorable, sabía que mi odio hacia su persona fue inexistente. ¿Qué estará haciendo ahora? Es la pregunta que inunda mi mente mientras escribo en mi cuaderno:

“y mientras divagaba por una respuesta de cómo olvidarte, recordé que existía la bella lobotomia. ¿Será que servirá para calmar las ansias de volver a tenerte, y olvidarte finalmente? No aguanto el hecho quererte y no poder estar a tu lado para amarte incondicionalmente..”

Rompí en llanto al volver a leer todo, pero sabía que mi mano tenía razón y no quería volver a pensar, no quería pensar que Tom se había adueñado de lo que tanto anhelé tener y de igual forma dejó ir, lo dejó ir tan fácilmente que ni yo pude despedirme de él. Oh, Bill, espero que te encuentres bien. Y en esos pensamientos, me recosté en mi cama cerrando los ojos y abrazando lo único que me quedaba; su peluche favorito, que Tom le había dado cuando teníamos tan solo 7 años y que para Bill, era su mayor adoración.

Y desperté por una llamada telefónica, una que me dejó descolocada y respondí de forma inmediata.

– ¿Hola? ¿Con quién tengo el gusto de hablar? – pregunté adormilada.

– ¿Supiste dónde estaba enterrado? Sé que lo sabes y quiero que me lo digas, Natalie. – Suspiré al escuchar la voz de Tom estando ebrio.

– ¡Él no está muerto, joder! Bill jamás estaría muerto. ¡Él amaba vivir! – Otra vez las lágrimas llenaron mis ojos y se adueñaron de ellos.

Estaba tan enojada, no podía creerlo. Bill, ¿De quién te enamoraste? Ni siquiera te conoce y es tan, tan igual a ti que eso me impide odiarlo.

– No lo menciones, perra. Supe que él era un drogadicto, su vida era miserable, Natalie. ¡Dime en dónde se encuentra! – Comenzó a gritarme, a insultarme nuevamente por él.

– No puedo creerlo, Kaulitz. Aunque ahora mismo no sepa su paradero, sé que no estaría drogándose o muerto por eso. ¡Él solamente moriría por ti! Maldito estúpido. – Mi voz estaba entrecortada, él solamente se reía a carcajadas, no lo entendía.

– Te encantó follarlo, ¿No? Ahora mismo de seguro te estás follando a su maldito cadáver. Eres tan pervertida y morbosa, perra Natalie. – Y le colgué en ira. Tom era tan, pero tan imbécil que me hacía enloquecer.

Y miré la foto que estaba pegada en mi pared, la única foto que tenía con él y solamente teníamos nueve años. Claramente estaba Tom, quien nunca se separaba de él, a menos que Simone se llevara a Bill y Tom se quedaba en casa de su padre. Cosa que nunca entendí a la perfección porque jamás vi a Tom pegada a ella.

Y volví a recibir una llamada, quité las lágrimas que quedaban en mi mejilla y contesté alterada.

– ¡Déjame en paz y fóllate a una de tus putas, Schwein! – Y sí, ese era el apodo que se me había ocurrido para él cuando era pequeña y significaba cerdo, un asqueroso cerdo. Pero él nunca lo sabría, Tom nunca sabría por qué le decía cerdo.

– Hey, Natalie. Soy Gustav, creo que Tom te hizo enojar, tranquila. – Y me avergoncé como nunca. Suspiré y hundí mi cara en la almohada. – Bill está por acá, se dice llamar Trümper. No sé por qué.– Me senté rápidamente.

– Trümper es el apellido de Simone, es el apellido que siempre odió Tom. Es el apellido que mantenía con esperanzas a Bill de poder seguir con Tom. – Miré nuevamente la foto y mi dedo pulgar se guío al rostro de Bill.

durch den monsun ( bill y tom k )Where stories live. Discover now