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TOM

¿Me puedo seguir complicando por él? ¿Debería realmente hacer las pases y tener una conversación? Realmente sentir miedo por su parte me genera más confusión. Yo debería temer ante su inseguridad y desconfianza, él fue quién me abandonó por completo y yo, como siempre, le esperé. También le busqué sin parar, todas esas temporadas de invierno en Leipzig, para verlo jugar con la nieve que tanto le gustaba y nunca llegó, nunca apareció.

Sé que ahora estoy calmado, no sé si es por el agua caliente que cae por mi cabeza, no sé si es porque estoy con Heidi o porque cada vez tengo a Bill más cerca. Heidi es estupenda en todo, pero sé que no es él y en parte me hace sentir culpable, porque quizás Bill está feliz con Natalie, y yo, debo ser feliz con Heidi. Quizás ese sea mi lamentable destino.

– ¡Amor! He hecho el almuerzo porque no comiste nada y bueno, yo debo irme a trabajar. – Al escuchar sus pasos apresurados al baño, me coloqué la toalla alrededor de la cadera para poder atenderla y cuando me dió un beso, se lo correspondí.

– Cuídate y yo haré la cena, para que estés tranquila. – Vi cómo ella asentía con una sonrisa y se iba.

Al momento de escuchar la puerta de la entrada cerrarse, salí para poder ir a vestirme a la habitación de la rubia y cuando vi por la ventana, pude ver a Bill junto a Natalie. No sabía cuánto tiempo me quedé mirándolos y bueno, sentí la mirada de Natalie; era una mirada de burla y se veía risueña, hasta que vi el dedo del medio que me estaba mostrando, y de pronto empecé a buscar a Bill con la mirada, estaba de espalda.

– ¿Qué mierda le pasa a esa demente? – La miré con confusión y me di la vuelta para dirigirme a comer la comida que había hecho Heidi, la cual estaba deliciosa.

Y claro, Natalie seguía siendo la misma de siempre. Ha intentado joderme desde que éramos adolescentes y cada vez que veía la oportunidad, se apegaba a Bill como chicle porque sabía que no podía hacer nada. Ella no sabía que estábamos juntos y que no nos amábamos como simples gemelos, eso nunca lo supo. Y por mi parte, yo sabía que algo fallaba en su cabeza porque cuando él se había ido, ella había estado buscándome sin parar, supuestamente porque estaba desolada y quería que la consolara. Y la había consolado pero no como la gente normal suele hacerlo y eso Bill no tenía que saberlo. No iba a romperle el corazón. Él se veia feliz.

•••

Había agarrado mis cosas y me subí a mi precioso vehículo, no sin antes ver si estaba manchado por lo que había ocurrido anoche y me coloqué más feliz que nunca al no ver nada, mi bebé estaba de maravilla. Sin embargo, mi felicidad se fue al carajo al ver a Natalie afuera del departamento, viéndome mientras se reía y se acercaba a la ventana del copiloto, pidiendo que bajara el vidrio.

– ¿No te bastó con levantarme el dedo? ¿O vienes para que te lo corte y se lo de a tu novio en una caja de cristal? Mira que tengo una cierra en la maleta. – fingí una sonrisa al verla tan risueña. Quise golpearle como nunca.

– Mira, Tomie. Para lo único que te levanté el dedo, es para que te lo metas en el culo...  Y sé de la cena de esta noche y me tienes harta. Quiero que nos dejes en paz, Bill está tranquilo conmigo. – Ella me había dejado algo envuelto encima del asiento. – Ahí tienes lo que Bill me ha hecho con muchísimo amor, él cocina de maravilla y yo no puedo estar más enamorada. Pero tranquilo, te lo daré a ti porque la baba se estaba cayendo cuando te vi a través de la ventana. – rodeé mis ojos enojado.

Agarré lo que me había dejado y lo abrí con cuidado, logrando ver a través del plástico una hamburguesa, a lo que reí a carcajadas.

– A ti te falla, Natalie. ¿Acaso no sabías que tu novio es vegetariano? Él no prepararía una hamburguesa en su vida y mucho menos si es de origen animal. – Le arrojé la hamburguesa en la cara. – También dudo que esté agusto comiéndose una perra en celo sin querer vomitar. Nos vemos en la noche, canina asquerosa.

Y encendí el vehículo para poder andarlo. Reía a carcajadas porque estaba completamente sucia por los condimentos que traía esa hamburguesa, pero también me di cuenta que había dejado el olor a grasa animal impregnado, lo que generó que dejara de reír y eso hizo que me frustrara. Tenía que llevarlo a que lo lavaran por completo.

– Si quieres seguir jodiendo, veamos quién gana. Pero recuerda que te fuiste a meter a mi cama y luego, fuiste a la de Georg, y dudo, pero dudo que Bill lo sepa. – Le grité por último para luego irme de ahí, viéndola por el espejo retrovisor, riéndome nuevamente al ver lo furiosa que se encontraba.

Hoy será la mejor cena del año. Bill, espero luego de esto te des cuenta con qué pedazo de animal te metiste.

BILL

Tenía que entregar trabajos en la universidad porque había tomado mucho descanso y necesitaba distraerme de forma inmediata. Ayer la charla con Natalie fue pacífica, le aclaré que no me gustaba pero que era atractiva porque claro que lo era y no se lo iba a negar, aunque igual me había sentido culpable por no poder corresponderle; ella era maravillosa. Sin embargo, también quedamos en seguir con el juego de ser novios, hasta que Tom me dejara tranquilo y poder saber qué era lo que pasaba, porque ni yo mismo sabía en qué había quedado todo.

Agarré mi mochila, las carpetas que debía entregar junto al casco y salí del departamento, colocándome así el casco y poder subirme a la moto, yéndome directo a la universidad.

Lo que sí me había resultado raro, era ver a Natalie hablando con alguien en un vehículo y me genero alivio, quizás le había parecido atractivo el chico. Pensar en eso me generaba satisfacción y la culpabilidad bajaba.

•••

Cuando llegué al lugar, caminé lo más rápido hacia la sala de profesores y entregar los trabajos que tenía pendiente, ellos me interrogaron demasiado, me habían mandado incluso donde el director y caminé hasta allá, era demasiado. Estaba tan apurado que solamente me dedicaba a pensar en la excusa perfecta que le pondría al Director, y maldije al momento de chocar con alguien.

– ¡Mierda! Perdón, dios... He estado despistado. – Me agaché para ayudar al chico, sus cosas estaba por todos lados.

– ¿Bill? – Y levanté la vista al escuchar mi nombre, quedándome congelado unos segundos. Ahora sí estaba perdido.

– Georg, hola... Tanto tiempo, ¿No? O sea, no nos vemos desde que habías amarrado al cachorro y sabes, estoy agradecido por eso. – Quise irme pero él agarró mi brazo deteniéndome.

– No sé qué haces rondando por acá, pero espero que sea la última vez que te vea caminando en esta universidad y más en esta área. Acá estudia Tom y si te ve, vas a aparecer en las profundidades mar tomando té con la sirenita. – Palmeé su brazo y negué.

– Tranquilo, Georgito... Yo, yo no estoy en esta área y solamente vengo a hablar con el Director. – Le sonreí nervioso. – Y recuerda mantenerte al día con las noticias del gran Tomie, él y yo vamos a solucionar todo. Pero ojo, si aparece con un brazo menos, es porque sigue siendo un mentiroso y farsante. Ahí tú deberías tener ojo con tus amigos.

Georg me miraba confundido y se cruzó de brazos, yo solamente le di un beso en su mejilla como despedida y corrí a la sala del Director.

Le había dejado todo y había respondido cada una de sus preguntas, también le había pasado un informe médico falso para poder justificar las faltas. Todo eso gracias a mamá, pero tenía que dejar de faltar y eso era un problema si hoy todo terminaba mal con Tom. Tú puedes, Bill. Serás un gran abogado.




durch den monsun ( bill y tom k )Where stories live. Discover now