9

134 21 1
                                    

BILL POV

Hace mucho tiempo había dejado Leipzig porque sabía que, si seguía al lado de Tom, iba a terminar hundido. Jorg, ni siquiera sé si pueda denominarlo como mi padre, había discutido conmigo antes de yo irme y dejar al ser que tanto amé, aquella discusión se había tornado un tanto sombría, porque Jorg me había dicho que Tom tenía un plan; Él quería vengarse de haberme ido con nuestra madre, Tom quería destruirme y eso había generado una inestabilidad en mí, porque no lo entendía y me asustaba. Jorg constantemente me lo aseguraba, discutíamos cada vez que Tom se iba a jugar con Georg y Gustav. Cuando él me dijo que Tom ya estaba con otras chicas y me llevaba a escondidas en donde él estaba metido hablando con ellas, y podía entender cada vez lo que Jorg me aseguraba antes de irme a casa de mi madre; Tom nunca me había visto ni siquiera como alguien al cual podía apreciar, todo lo que alguna vez había dicho, fue más que hirientes mentiras. Yo quise arrancar, le exigí a mi madre Simone irme y ella había aceptado gustosa aunque no entendiera bien la razón, pero ambos nos estábamos quedando ya que yo no podía alejarme de Tom. Lo amaba tanto.

Al dejar la casa en la cual estaba viviendo con mi madre, sentí tanta tristeza y decepción, no quería despedirme de nadie, ni siquiera de Tom. Me sentía asqueado por mí, por haberle querido tanto y más allá del lazo que teníamos. Sabía que Jorg se iba a hacer cargo de mi supuesta despedida, sabía que él estaba feliz de que con mamá nos fuéramos, porque lo pude ver a través de mi ventana; su patética sonrisa.

Cuando nos mudamos en Hamburgo, mamá nunca permanecía en casa, por lo que nunca supo del por qué lloraba siempre, o por qué no comía nunca, ella no estaba para mí porque estaba concentrada en su trabajo, debido a que era demasiado difícil criarme a mi y mandarle dinero a Jorg por Tom. Siempre estuve solo. Y cuando empecé a ir a la escuela, tuve miedo, mucho miedo porque los acosos empezaron a aparecer, y a pesar de eso, me hice amigos, me hice amigos de mellizos; Adal y Arno.

Siempre estuvimos los tres juntos, eran unos chicos fantásticos y cuando les conté lo que pasé en Leipzig, ellos me comprendieron aunque me hiciera sentir asqueado el hecho de contarle; aunque seguiera teniendo un amor hacia Tom. Ellos siempre estuvieron para mí.

Ya cuando cumplí los 18 años, pagué un departamento en Berlín, cerca de Alexanderplatz, había trabajado a escondidas para eso y fue únicamente para estar alejado de todo, para no ser una carga más a mi madre. También, no quería permanecer en Hamburgo por el acoso y burlas constantes, sentía que era mucho y necesitaba mi paz. Los mellizos cuando supieron de mi partida, dijeron que irían conmigo, yo me sentí acompañado y acepté gustoso aquello. Sin embargo, cuando era hora de irme, mi madre me había dado una cuenta de ahorros que era para mis estudios y me sentí mal por dejarla, porque ella no tenía a nadie más que a mí. Le expliqué del por qué de mis decisiones y ella lo había entendido, me había pedido disculpas por no ser una buena madre, cosa que yo había comprendido siempre. Nunca fue culpa de ella.

Y ya cuando nos encontrábamos en Berlín con los chicos, en mi departamento y aunque fuese demasiado pequeño, decidimos adaptarlo a nosotros y de forma inmediata me fui en busca de trabajo. Había empezado a trabajar en dos cosas mientras también me dedicaba a estudiar en una universidad la cual se hallaba en Potsdam, cosa que me había complicado porque me era difícil adaptarme y además, había empezado a usar el apellido de mi madre porque eso era lo último que me había pedido ella. A pesar de todo, mi vida estaba yendo fenomenal.

Al pasar el tiempo, supe que en algunos callejones se nombraba a un supuesto jefe o algo por el estilo, cosa que no le encontraba sentido hasta que un señor se había acercado a mí en busca de ayuda. Me había dicho que alguien quería matarlo y lo acepté en mi departamento, los chicos habían quedado confundido y yo tuve que explicarles que aquel necesitaba ayuda.

– El señor Kaulitz quiere asesinarme... Yo no pagué porque no tengo nada de dinero... – Tragué saliva confundido al escuchar ese apellido.

¿Jorg era un mafioso? No podía ser, él era demasiado estúpido para asustar tanto a este señor. Algo estaba mal.

El señor empezó a contar que un chico con rastas se había adueñado de todo, de cada callejón, de cada barrio y que nadie podía pararlo porque era el único que podía generar una verdadera seguridad, pero a costa de eso, la gente debía pagarle y ese señor no lo había hecho, cosa que su vida empezó a poner en juego. Yo seguía perplejo con todo lo que me decía. Poco a poco empecé a comprender que de quién se trataba y quise ocultarme aún más.

Empecé a usar más mi apellido, oculté mi identidad para no pagar esos estúpidos impuestos y para protegerme a mi con los mellizos, creamos a "Devilish", cosa que era únicamente para los que pasaban la misma situación que el señor. Para que dejaran de pagar impuestos a un descerebrado y seguir con seguridad, muchos chicos se ofrecieron a resguardar todo y así comenzó.

– ¿Por eso aquel sujeto se tatuó tu memorable estrella? – Preguntó Gustav con curiosidad, a lo que yo son un fuerte sonrojo asentí.

– Silencio, Gustav... Aún no termino con lo que sucedió. – Metí un trozo de galleta a la boca de él, para poder seguir contándole.

Cuando supe que Tom había empezado a generar más miedo, yo opté por saber en dónde se situaba, qué hacía y demás. Quería saberlo todo. Incluso supe que estuvo en tratamiento porque me veía y claro, me gustaba joderle la mente porque me era alfo satisfactorio, sabía que nadie iba a creerle porque yo mismo me encargué de que se mi supuesta muerte.

Los mellizos no sabían muy bien lo que ocurría realmente, yo no los tenía al tanto de que Tom era mi hermano gemelo, solamente sabían que fue un sujeto que me había dejado roto por completo. Entonces, por eso molestaron a Tom sin saberlo y fueron golpeados por ese animal.

Me dió demasiada rabia, porque Arno había quedado realmente mal. Tuvieron que hacerle puntos en su rostro, al igual que a Adal. Sentía tanta pena y rabia por ellos que quise destrozar a Tom. Él debía entender de una vez por todas que no podía seguir dañando a la gente, por lo que, hice una llamada. Llamé a alguien que siempre estaba pendiente a Tom y me dijo que había matado al señor, cosa que me tomó por sorpresa y quise llorar, mis ganas de derrumbarlo fueron más grandes. Primero había sido tan descarado como para matar a Heinrich que tanto aprecio le tenía y lo tomaba como un padre, y luego casi mata a mis amigos, ya había hecho suficiente. Me había enloquecido y por eso fui en busca de él.

Tomé otra copa de champagne, estando ya ebrio y con mi frente apoyada en en mi mano. Me sentía colapsado del estrés, no sabía en qué me había metido.

– Bill... Dios, lamento que hayas pasado toda esa mierda. – Sentí la mano nuevamente de Gustav en mi hombro y yo lo miré, llorando porque realmente me sentía asustado. – Yo creo que lo mejor sería que te fueras con Simone nuevamente... –

– ¿Qué? No, no pienso volver ahí... Ahí me detestan, Gustav. – Pasé mi mano por mis ojos, quitando mis lágrimas. – Tengo que afrontarlo, ya le declaré la guerra. Hay mucha gente que la pasa mal por él... –

– Estás jodido. Tom te ve caminando por las calles y va a querer matarte. – Veo que Gustav se levanta. – Me tengo que ir, Bill. –

No quería que Gustav se fuera, no quería sentirme mal nuevamente. Los mellizos estaban mal y ahora sí me sentía desprotegido nuevamente.

Opté únicamente por pasarle un trozo de papel con mi número de teléfono y lo abracé con fuerza en forma de despedida, viendo así como aquel se iba.

Ahora debía esforzarme en no llorar enfrente de Tom, en no seguir siendo un cobarde y mantenerme firme.

¡Tú hijo siempre será un maricón, Simone! No lo quiero cerca de Tom o se volverá como él” Había subido a mi habitación con la botella de un vino recién abierto y me había recostado en mi cama, mientras bebía sin parar de el, con lágrimas en mis ojos y cayendo dormido por lo ebrio que empecé a sentirme.

durch den monsun ( bill y tom k )Where stories live. Discover now