Capítulo. 15

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Mientras los dos pequeños están gustosamente disfrutando de su momento en otro lugar un hombre solitario y melancólico mira con frialdad la tumba de Takaba.

No sabe porqué está ahí llevando flores a un ser tan despreciable que jamás debió de existir.

Aprieta el ramo de flores, recordar el día que estranguló a Takaba con sus propias manos le hace hervir la sangre.

Takaba murió mientras se burlaba de Byacuya.

-jajaja.... jamás encontrarás a tu hijo, nunca debí tenerlo...

-el que no debería de haber existido eres tu maldito mal nacido.

-jajaja... Aunque me mates nunca lo encontrarás por qué yo...

Byacuya no quiso oír más las estupideces que decía Takaba. Apretó con más fuerza el cuello de Takaba mientras le dice: esperaste tanto tiempo haciéndote el dormido a que Asami Ryuichi viniera a verte y eso jamás pasó, porque a nadie absolutamente a nadie le interesas si vives o mueres, eres solo un maldito estorbo insoportable.

Sus ojos se abren enormes a pesar de ser estrangulado es por las palabras frías y llenas de odio que dijo Byacuya. Lucha para que el hombre lo suelte, por un instante deseaba que lo soltará Byacuya no quería morir, quería ver a Asami su único amor para él.

-mi hijo nacerá de cualquier forma, ya sea de ti o de alguien más.

-ngn... mng...

Aterrorizado movía sus manos rasguñando el rostro, brazos y manos de Byacuya para que lo soltará. Pero lo ignoró, siguió apretando con más y más fuerza el cuello de Takaba hasta que dejó de emitir algún sonido que saliera de su boca, sus manos dejaron de moverse.

Byacuya espero a que el doctor entrara para que lo revisen.

-¡señor Byacuya! El doctor exclamó mirando con pánico el rostro frío y sombrío del feroz hombre tragó saliva con solo verlo no se atrevía a decir nada.

-haga lo suyo. Dijo con voz cortante Byacuya y salió del hospital.



Han pasado los años y no ha encontrado a su hijo. Hay momentos que no desea continuar la búsqueda. Se siente cansado y agotado como para continuar.

Solo quiere saber si su hijo está bien, que no murió como dijo el estúpido de Takaba, que no es un niño que vive en las calles robando para sobrevivir, ni buscando comida en los basureros para no morir de hambre y estar durmiendo en las calles ni ningún techo que lo cubra del frío.

Su cabeza solo gira sin encontrar respuestas.

El frío viento sopla congelando al transeúnte que anda por las calles.

Para el hombre que está sentado en la banca mirando oscurecer el cielo no siente nada.

Las nubes cubren el cielo las gotas de lluvia son grandes en segundos se convierte en un torrencial, que parece que el cielo se está cayendo.

Es como una brisa suave para el hombre que permanece inmóvil sentado en la banca.

Sus lágrimas escurren en silencio mezclándoce entre las gotas de lluvia.

Así como cayó el torrencial así se disipó. Dejó de llover las nubes desaparecieron despejando el cielo, el sol irradia con todo su esplendor, su corazón se sintió en paz y no sabe por qué.

Suspiro con melancólica, cuando se dispuso a levantarse de la banca escuchó un sollozar, se quedó quieto para escuchar mejor, su cabeza resumba el sollozo de un niño.

Se levantó de la banca cuando el llanto fue más fuerte, volteo hacia la banca donde se había sentado una pequeña sombra se percibe debajo de la banca.

- ¡mamá dónde estás ven por mí! Papa no me dejes solo... Wuuu... Sshhh...

El llanto del niño es más fuerte. El hombre se agachó para mirar debajo. Es un diminuto niño llorando por sus padres ¿En qué momento este niño se perdió?

-niño puedes salir de ahí.

-yo... El niño se limpió sus lágrimas con sus mangas del suéter. Miro la mano del hombre quien la estiró para que el pequeño saliera debajo de la banca.

-anda sal, no te haré nada malo. Te ayudaré a buscar a tus padres.

El pequeño miró con ojos grandes aquel señor que le extendió la mano sin conocerlo su voz es suave y muy reconfortante cuando le hablo; sin dudarlo tomó la mano del hombre y salió de bajo de la banca.

El hombre miró con curiosidad al pequeño niño, está temblando todo completo, su ropa está mojada, su rostro es feo ya que está llorando sin detenerse. ¡Tiene miedo!

El niño levantó su carita para mirar al enorme hombre que lo va ayudar. Sus pequeñas manos aprietan su suéter el cual escurren unas cuantas gotas de agua.

Al ver al niño así le causó un poco de risa y de ternura. Se inclinó el hombre y lo tomó de su pequeña cintura lo levantó y cargó con cuidado.

El pequeño se aferró a la ropa del hombre.

Un aroma desprende el cuerpo de aquel hombre para calmar al pequeño lo cual funciono ya que el pequeño al ser envuelto por la feromona se quedó dormido en los brazos del alfa.

Al llegar a casa el alfa bajó del auto cargando aquel trozo de carne blanda que seguía aferrándose a las ropas mojadas del hombre.

Entró directamente al baño para preparar la tina con agua caliente, desvistió al pequeño niño asustadizo quién aún se encuentra durmiendo entre sus brazos.

Estando el agua caliente metió el pequeño cuerpo del niño al agua enseguida tomó la esponja vertiendo un poco de jabón para limpiar el cuerpo del pequeño.

El cual a sentir el rose de la esponja se despertó gritando por su mamá.

-tranquilo, no te espantes estás a salvo. Tranquilo, relájate.

Las feromonas del alfa calmaron de nuevo al pequeño se quedó quieto dejando que el hombre siguiera limpiando su cuerpo.

Por un segundo aquel alfa recodo cuando bañaba así al diminuto trozo de carne blanda como le decía a su pequeño retoño. Sus ojos se entristecieron de solo recordar aquel fragmento que vivió con su hijo siendo un bebé.

El ama a su hijo por eso le duele tanto su pérdida que no puede superarlo a pesar que los años ya han pasado.

Al sacar al pequeño de la tina y envolverlo en la toalla se apagó al pequeño a su pecho como solía hacerlo con su hijo sentir el calor del pequeño lo hacía sentir muy feliz más ese agradable aroma que desprendía su hermoso Omega. Aunque era un recién nacido sabía bien que era un Omega por el dulce aroma que desprendía.

Su corazón se hunde al saber que su hijo tuvo un final fatal por culpa de su ausencia.

El pequeño durmió profundamente en aquella bullida y enorme cama por la cual rodó toda la noche. Pareciera que estaba midiendo lo ancho de la cama con su pequeño cuerpo.

Eso le provocóemoción a Byacuya quien se encuentra sentado en el sillón observando al pequeñomoverse de un lado al otro mientras toma una taza de té.

BETA.Where stories live. Discover now