15 | Un día lluvioso.

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La tarde seguía entre libretas y anotaciones, una playlist de Kyle sonaba de fondo para distraernos un poco, la verdad me gusta su gusto musical.

Escribía unas últimas cosas extra para una buena calificación, Kyle mientras tanto ya había terminado, así que solo navegaba en su teléfono.

Hasta que noté su mirada por varios segundos, ¿será verdad todas esas cosas que decían las chicas sobre los sentimientos de Kyle hacía mi?

No pude evitar sonreír y mientras escribía las últimas palabras en mi cuaderno, mencioné:

—¿Kyle ya acabaste todos tus apuntes o por qué haz estado mirándome por minutos?— levanté mi mirada y lo volteé a ver directamente.

—¿Ah?— estaba nervioso, noté como sus mejillas pecosas se tornaban a un color rojo. —No, no, ya he terminado solo observaba lo que escribías— tartamudeó y negó con su cabeza ante lo que dije, sus rizos se movían de izquierda a derecha.

—¿Seguro?— pregunté con una sonrisa.

El seguía sonrojándose cada vez más que le seguía haciendo preguntas. —Em, claro, ¿qué más podría ser?— hablaba mientras jugaba con un rizo que caía sobre sus mejillas.

Era lindo.

Reí. —Bromeaba, ¿bien?—dije para tranquilizarlo, ya que lo vi un poco más nervioso. —Ah..— exclamó con una risita nerviosa.

—Tranquilo— sonreí. —Al fin, terminamos fue bastante sencillo, me agradó hacer este trabajo contigo— opiné mientras me estiraba y luego intenté agarrar mi mochila y Kyle me ayudó a alcanzarla.

—Gracias Kyle— dije mientras guardaba mis cosas.

—No es nada, ¿gustas cenar algo? Ya es bastante tarde.

El pelirrojo estaba apoyado en la ventana de su habitación con las manos en las bolsas de su pantalón cargo, observándome.

—Oh no Kyle, que pena, ya haz hecho mucho por mi hoy— respondí negando la invitación y me puse de pie a su lado, la diferencia de altura era notable.

—Déjame hacer algo último por ti ¿si?—me miraba fijamente.

—¿Como qué Broflovski?— hablé divertida esperando su respuesta y mirándolo a los ojos de igual forma, cruzando mis brazos.

—¿Me permitirías acompañarte a casa?— respondió con el mismo tono burlesco ofreciendo su mano hacia mi dirección.

—Es bastante tarde— continuó— no te dejaré ir sola— dijo para luego tomar su gorro, colocárselo y abriendo la puerta de su habitación. —¿Nos vamos?— sonrió.

—Solo por que me caes bien Kyle— dije burlándome y el rió.

Tomé mis cosas y salí de su habitación, bajamos las escaleras y me dirigí a su madre que estaba en la cocina.

—Señora Broflovski debo irme, muchas gracias por ser tan atenta, que tenga linda noche— le dirigí una sonrisa y ella respondió.

—¿Oh tan pronto? ¿No puedes quedarte a la cena?— secaba sus manos con una toalla y se acercó a mi.

—No, lo siento mucho, Kyle me ofreció lo mismo pero debo llegar ya a casa, será otro día con gusto señora— agradecí.

—Llámame Sheila, cariño, es una pena que no te puedas quedar— dijo para luego dirigirse a Kyle que estaba esperando apoyado en una barra de la cocina. —Kyle debes traerla más seguido, es una buena niña ¿oíste?— advirtió.

—Claro mamá, la voy a acompañar a casa, no tardo ¿bien?— luego Kyle tomó sus llaves. —Está solo a dos calles.

—Cuídate cariño, confía en Kyle, suele ser muy necio, pero es buen muchacho— dijo Sheila para luego darme un abrazo y nos despedimos.

Rizos Rojos | Kyle Broflovski x ReaderWhere stories live. Discover now