36 | Shelly n' Roses.

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23:39 p.m

Tocaron la puerta del clóset tan fuertemente que ambos nos exaltamos.

Mis manos se posaban en la cintura de ella.

Mierda, mierda, ¡MIERDA!

Volvían a tocar con insistencia.

Nos separamos mirándonos a los ojos, sus pupilas estaban dilatadas.

—Déjalos Butters— era la voz de Stan por fuera.

—Han pasado buen rato ahí, ¿que tal si se asfixian? O sucede algo..— habló con un tono persistente.

Ambos comenzamos a arreglar nuestra ropa, recogí mi ushanka y le pasé su suéter tejido a ___, ella al instante se lo puso.

Coloqué mi gorro haciendo cubrir mi cabello, el cual estaba alborotado.

Ella hizo lo mismo con sus mechones, los peinó apresuradamente.

—Agh, está bien— contestó Clyde.

Escuchamos los pasos de Donovan acercándose, abrió el clóset, y a primera vista estaba Butters, Stan y Clyde mirando por dentro.

La mayoría se quejó y preguntaron sobre qué ocurrió, simplemente ambos respondíamos que nada y que no nos sentimos cómodos con la idea de besarnos.

Aunque algunos no lo creían.

Craig me miraba de lejos levantando una ceja, Stan y Cartman igual.

Y ni hablar de las chicas.

Y pensar que aquellos besos fueron una prueba de que ambos sentimos lo mismo en ese clóset.

Ella lo sabe, esas caricias fueron la prueba.

Una vez que salimos, ___ se dirigió a sus amigas, que seguro le harán una encuesta de lo qué pasó, ella me dió una última mirada y se alejó sin decir nada.

Miré bien a mi alrededor, Kenny se hallaba dormido en aquel sillón marrón con una botella en mano.

¿Le afectó tanto?

—¿Cómo te fue, tigre?— susurró mi mejor amigo con un tono travieso, dando un empujón.

—Dios santo— bufé —No pasó nada Stan— volteé los ojos—Ya lo dije cientos de veces— metí mis manos a mi hoodie.

—Claro, ¿y mi mamá es una puta?— apareció Cartman sonriendo.

—De hecho, tu mamá es una puta— respondí imitando su gesto.

—¡Hey judío de mierda! ¡Mi mamá no es una puta!— contestó molesto.

Reí por aquello, estaba feliz, quería compartirles lo ocurrido pero prácticamente le hice una promesa a ___.

—Bien bien, si no quieres hablar de ello está bien Kyle, pero déjame decirte que nadie de aquí cree un carajo que no pasó nada entre ustedes dos ahí dentro— opinó Stan apoyándose en mi hombro.

—No importa amigo, no pasó nada en verdad— contesté y me dirigí por una soda.

Stan río por mi respuesta. Me contó que solo jugaron a lo mismo por 10 minutos, luego platicaron un poco de escuela, maestros, padres y ese tipo de cosas.

Cartman seguía insistiendo en que le contara mientras jugaba con Butters en aquella Play 2.

No pasó nada ojete— dije harto mirando la pantalla.

Rizos Rojos | Kyle Broflovski x ReaderWhere stories live. Discover now