20 | La fiesta.

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—¿Ya estás listo?— pregunté a Stan mientras estaba recostado y botaba una pelota de juguete contra la pared.

—Casi— se escuchó la voz del pelinegro a lo lejos.

Estábamos todos en la habitación de Stan esperándolo para salir directo a la fiesta en el auto de Randy.

Kenny fumaba un cigarro cerca de la ventana y expulsaba el humo hacia la calle.

Le decíamos que era malo fumar, pero no hacía caso y solo respondía un "Chicos yo también los quiero" entre risas.

Cartman tomaba una lata de soda ya algo cansado de esperar a mi mejor amigo.

—Mierda Stan, ¿acabaste de maquillarte? Llevamos esperando aquí años y aún no sales. — habló molesto.

Stan se asomó por un instante y le miró enojado. —Cartman vete a cagar, sin mi no tienen como ir, así que esperas—

—Como te odio cara de culo.

—Cállate de una vez gordo ¿tienes una cita o algo parecido?— pregunté burlón y regresando la pelota con el mismo movimiento.

—Algo así— contestó pícaro e inmediatamente todos lo miramos extrañados ante esa respuesta, Kenny incluso se quemó la mano con la ceniza del cigarrillo— Estoy jodiéndoles ¿saben?— respondió rápidamente Eric.

—Claro que estás jodiendo, jamás tendrías una cita, idiota— dejé de botar la pelota y me senté adecuadamente mirándolo divertido.

—¿Perdón judío? Tengo más probabilidades que tú ahora que lo pienso, cada chica que conoces huye de ti, termina con otros o acaba muerta— mencionó con los brazos cruzados y sonriéndome.

—Eres un pendejo, culón.— me paré inmediatamente luego de decirle eso para acercarme a él.

Kenny captó rápido lo que iba a ocurrir y se puso en medio de nosotros dos, tirando el cigarro fuera.

—Kyle, no caigas en lo que él quiere, tranquilo— se puso frente a mi tomándome de los hombros aún con su sudadera cubriéndole la mayoría del rostro.

—¿Lo ves? No tienes los huevos suficientes para pelear conmigo— se asomó por un lado y se quedó pensativo— y tampoco los tienes para invitar a ____ a salir.

—¿Qué dices? ___ es mi amiga— fruncí mis cejas.

Una vez dije eso Stan reía sonoramente en el fondo y salió por fin.

—Si, claro Kyle— dió un pequeño empujón a mi hombro y sacó un six de cervezas de bajo de su cama, Cartman reía ante ese gesto y solo rodé los ojos.

Kenny avanzó hacia el pelinegro y tomó una lata para luego abrirla. —Me empieza a gustar la noche— sonrió.

—¿Nos vamos señoritas?— dijo harto Cartman.

—Si, solo tomo las llaves y ya, Kyle toma las cervezas, papá me regañará si nota que las robé de su escondite— mencionó para luego entregarme las latas, las tomé con una mano y todos salimos de su habitación bajando silenciosamente hacia la puerta principal.

Una vez fuera, me recargaba contra el auto esperando a mi mejor amigo.

Kenny ya iba por la segunda lata y Cartman me molestaba como siempre con sus comentarios odiosos.

—Quítate la ushanka idiota, vamos a una fiesta.

—No quiero.— respondí a secas.

—Vamos hasta Kenny se vistió mejor que tú y él es pobre— inmediatamente el castaño dijo eso y Kenny levantó las cejas molesto.

Rizos Rojos | Kyle Broflovski x ReaderWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu