⩩🕷️| 𝙏𝙖𝙧𝙖𝙣𝙩𝙪𝙡𝙖 {𝐇𝐎𝐁𝐈𝐄 𝐁𝐑𝐎𝐖𝐍}

⩩ 18. 𝙋𝙖𝙧𝙖 𝙢𝙞 𝙘𝙝𝙞𝙘𝙖

"Estamos en el libro correcto
Incorrecta la sección."

Miro los papeles que están frente a mí en silencio. O hago que los miro de algún modo, puesto que mi cabeza aún no deja de rondar en lo que había pasado hace una semana con Hobie. El beso que me dió y como me pidió que no hablásemos de ello de nuevo. El sentir sus labios carnosos junto a los míos me dejó totalmente paralizada y solo puedo sentir un cosquilleo en el abdomen al recordarlo.

¿Cómo se supone que no hable de ello?

Intento mantener mis ojos sobre la hoja de papel, leyendo línea por línea. Estoy sentada en mi oficina después de casi un mes entero de remodelaciones en el edifico, por fin todo parece volver a la normalidad. Más o menos. He vuelto a mi oficina de trabajo, las cosas con Hobie han quedado bien después de todo, el señor McLean ya no lleva su yeso, si no una manga médica y creo que lo que más paz me da: ya nadie menciona el tema de papá. Mi cabeza se aligera y desde que he vuelto al trabajo, siento como se ha desvanecido una enorme nube gris de mi vida. Me siento incluso renovada.

He alzado la mirada por un momento, con un semblante de ligera felicidad y he mirado a Esther, quien estaba frente a mí. Naturalmente, ella estaría temblando de miedo y totalmente asustada en el momento en el que las dos intercambiamos mirada; sin embargo, hoy parece extrañada, tal vez por mi buen humor. Sin embargo,  puedo sentir algo de remordimiento aún en sus acciones,  su sonrisa nerviosa y sus manos tiemblan un poco.

— ¿Y bien? ¿Qué le parece, señorita Sánchez?— Pregunta Esther esperando una respuesta. Veo de nuevo la hoja de papel y he tomado un bolígrafo.

— Podrías cambiar algunas palabras por aquí, me permites? — Le he respondido y ella ha asentido, por lo que hago algunos tachones sobre la hoja de papel y escribo sobre las líneas unas sugerencias. — Es un tema de buscar sinónimos, así no tienes que repetir la información una y otra vez con las mismas palabras.

— ¡Oh! ¡No me había dado cuenta! — Me dice con la voz temblorosa en cuanto le entrego el papel y sonríe al ver las modificaciones. — ¡Gracias! Vendré con una edición en limpio para la tarde. — Le he asentido y ha salido de mi oficina.

He suspirado con algo de alivio, abriendo mi computadora y revisando los documentos que me enviaban los superiores sobre si aceptaban o no algunos documentos que ya había corroborado por mi parte. Escucho como alguien toca la puerta y me he levantado de mi asiento para abrirles de forma calmada. Era el señor McLean, quien tiene ese semblante que siempre lleva al trabajo. Una sonrisa gentil con unos ojos que penetran e intimidan a quien él desee. En su mano tiene un sobre de color amarillo y uno de color blanco más pequeño, le he hecho un gesto para que entre a mi oficina y se ha sentado.

— ¿Todo bien, señor McLean? — He preguntado mientras cerraba la puerta en silencio.

— Por supuesto. Vine a darte la recopilación de las noticias del trimestre. Necesito que le des un ojo. — Al escucharle he vuelto a mi asiento y me ha entregado el sobre amarillo. En su interior, tenía un grueso folleto con todas las noticias de nuestro departamento. Estiro el cuello de mi camiseta un poco, respirando hondo mientras leo cada titular.

— Parece estar todo en orden, a mi opinión. ¿Por qué me pide que mire estos documentos? — Le pregunto de forma más baja, a lo que su semblante se vuelve serio, clavando sus ojos en mí.

— ¿No se da cuenta, señorita Sánchez? — Ha preguntado mientras cruzaba su pierna despacio. — Los reportes que se han hecho de hace siete semanas para acá no son más que noticias vagas. — Su voz se ha puesto firme y pese a que siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal, cierro los ojos para mantener la calma y pongo el folleto en mi escritorio por un momento.