Capítulo 8

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Era hora de regresar

Estaban todos subiendo al Jet, Jimin estaba muy feliz de que Jeon viajaría con ellos, pero Tae... él usaba unos lentes obscuros ocultando sus ojos hinchados, había llorado hasta la madrugada mientras Hoseok acariciaba su espalda consolándolo, cuando por fin se durmió fue el fin de su llanto y Hoseok se alegró por ello pues sentía que su pequeño se deshidrataría si seguía llorando de ese modo.

- ¿Cómo estás mi amor? - Hoseok se acercó a Tae pero este no le contestó solo lo esquivó. - ¿ahora que hice? - Jimin que vio todo desde su asiento solo negó y tomó a su amigo del brazo y se lo llevó al baño del jet.

- ¿Me puedes decir qué diablos te pasa? ¿Por qué te estas portando así con Hoseok?

- Tengo miedo mochi.

- Miedo de que.

- De que ahora que volvimos a ver a Gin el...

- ¿Te deje? - el castaño asintió. - eres un tonto - el rubio lo abrazó - Hoseok te ama Taehyung.

- Pero...

- No pienses en eso, Hobi, como le dices tú, te ama, cuando salgas míralo, mírale la cara que tiene por tu rechazo, ahora ve con tu esposo y déjame disfrutar del tiempo con Jeon que esta como para montarlo todo el día y toda la noche.

- Eres un sucio. - Tae seco sus lágrimas y sonrió

- ¿Y cuál es la novedad? Anda, vamos, tú con tu esposo y yo con mi futuro juguete sexual.

- ¡Jimin! - el rubio se carcajeo y ambos salieron del baño. Jimin se fue a sentar frente a Jeon el cual se sonrojó y Tae se dirigió hacia donde estaba su esposo con una mirada de preocupación y cuando lo vio acercarse sonrío pero en su sonrisa había duda así que se sentó en sus piernas.

- Perdóname. - susurró Tae en cuanto el pelinegro lo aceptó en sus piernas y enseguida llevó su rostro al cuello del castaño.

- Solo quiero saber que tienes - dejó un beso en la piel del cuello.

- Inseguridades. Me imagine que ahora que volvimos a ver a Gin... tu... tú me ibas a... - Jung tomó el rostro del contrario y lo hizo mirarlo fijamente.

- Jamás te dejare. Ya no eres solo mi esposo de nombre, también lo eres en cuerpo y alma, jamás te dejare mi amor, ya no podría. - se besaron dulcemente y el resto del viaje con Tae en las piernas del mayor, incluso cuando la azafata le pidió que se sentará, pues Jung casi le gruño a la mujer y le dijo que no era necesario que el cuidaría de su esposo, una hora después de despegar el menor cayo rendido en los brazos de su esposo.

Jung intento dormir pero le fue imposible cuando escucho risitas y supo que eran Jeon y Jimin. Abrió los ojos para ver al rubio entrar al baño del jet, y segundos después Jeon se levantó de su asiento dispuesto a seguirlo pero la mano de Jung lo detuvo.

- ¿Qué diablos piensan hacer?

- Es obvio.

- No en mi jet, esperen a llegar y vayan a un hotel o a tu apartamento.

- Oh vamos amigo, este chico me está tentando desde que lo conocí ayer y hace un rato me...

- No quiero saber sus marranadas gracias. Está bien, pero no ensucien.

- Te lo prometo amigo.

- Y protégete. - el menor no dijo nada solamente le guiño el ojo y caminó hacia el cubículo, Jung prefirió forzarse a dormir no quería verlos salir después de su encuentro.

Cuando aterrizaron en Corea Tae estaba ya demasiado cansado el viaje había sido muy largo y cansado, el solo quería llegar a casa y dormir. Se despidieron de sus amigos en el aeropuerto, Jeon se había ofrecido a llevar a Jimin a su apartamento y Tae le agradeció pero Jung por dentro sabía que lo de Jeon no era mera amabilidad, se iban a seguir con lo que habían comenzado en el jet. Antes de subir al auto le indico a la azafata que desinfectara el baño no quería que quedaran rastros del viaje. Lee los recibió con una sonrisa y los dirigió a la mansión Jung.

En Su Lugar Where stories live. Discover now