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· Aidan Aleix Davis ·

Esta vez he decidido no ir a casa y quedarme con mi hermano, Aiden, en la habitación que le asignaron. Aún no me siento cómodo dejándole solo por las noches en este lugar. Es muy grande el hospital y él no esta muy habituado a estas cosas.

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La primera vez que pise este hospital fue luego de saber lo que mi hermano intento hacer, luego de haber recibido la llamada de mi padre explicando la situación y pidiéndome que fuese de inmediato al hospital.

Baje del auto alterado junto a mi padre, preguntamos rápidamente sobre mi hermano y nos dirigimos al ascensor, nos bajamos en el piso tres, luego de verificar que aún no habían llegado a la unidad volvimos a tomar el ascensor para llegar a la azotea.

Y ahí la vi.

Desde esa primera vez que la vi llamó mi atención, todo de ella me llamó. Una luz iba enganchada a ella y emanaba pura tranquilidad aunque tenía una expresión de pérdida y soledad, y aún cuando mi cabeza estaba en otro sitio solo me fije en ella.

-¿Vas a salir o dejo que cierre el elevador? -sus ojos se alzaron del suelo lentamente cayendo sobre nosotros, no tardó ni un minuto en analizar la situación.

-Lo siento -fue lo único que salió de su boca y me quede preguntando porque lo lamentaba.

Sentí cuando sus ojos se clavaron en mi por un par de milisegundos. Y no pude evitar mirarla otra vez cuando dio su espalda.

Cuando susurró su voz me atrapó, sus ojos grises inigualables me imploraron algo que no entendí y que al parecer ella no notó. Los ojos son las ventanas del alma ¿Que tan real puede ser eso?

Mientras esa chica caminaba note lo delgada que estaba y no pude evitar preguntarme ¿Por que estaría aquí, en este hospital? ¿Que tendría? ¿Quién es ella? Pero todo eso se fue a un rincón cuando llegamos a la azotea y encontramos a mi hermano desmayado en brazos de mi madre, varios enfermeros y doctores ya se encontraban ahí, en la situación.

Luego le dieron una unidad para que se quedará en este hospital en lo que le trataban. El doctor dijo que Aiden no recuerda nada de lo que ocurrió en la azotea, no esta ni seguro de haber subido allí alguna vez. Eso es lo realmente extraño aquí, intento... Dios no quiero ni siquiera pensarlo, el intento quitarse la vida y dice ¿no recordar nada?

A mis padres les dijeron que esa puede ser una reacción casi normal, ya que después de el incidente su cerebro entró en estado de shock y la forma de protegerse fue evitando deliberadamente todo lo relacionado a ese asunto, como ellos decidieron llamarlo.

La doctora Ormon y el doctor Ludwig aseguraron que estaría bien y que después de su debido tratamiento podría regresar a casa. Cuando pregunté quién había intervenido en la azotea la doctora solo dijo;

-No tienes que preocuparte -ella le dio una mirada mis padres -Ninguno de ustedes deben hacerlo, ya todo esta bajo control y lo peor ya pasó.

No pregunté más a pedido de mis padres.

Ese mismo día volví a verla.
Y no mentí, realmente no se como llegue a su habitación. Estaba cuidando el sueño de mi hermano e ingrese al baño solo un momento, no hubo nada raro pero cuando iba de salida choque con ese delgado cuerpo.

Destinados a serWhere stories live. Discover now