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—Últimamente es difícil encontrarte Pollet.

—No sabía que estuvieras buscándome —respondo sentándome en la banca que siempre me siento, aún sin mirarlo.

—Pensé que me estabas evitando.

—Estás pensando mucho Aleix —él no respondió nada. —¿Quieres sentarte?

Llevé mis ojos hasta él, siendo atrapada por su inusual mirada. Lleva uno de esos trajes y es... atractivo si lo ven con la luz de la mañana.

¿Atractivo?

—¿Estás siendo amable? —se acercó lentamente, como pensando cada paso.

—¿No debería serlo? —pregunto susurrando.

—Creí que no te agradaba del todo.

—Crees cosas que no son del todo verdad —me salió una pequeña risa. —Aleix si no me agradaras no hubiera accedido a salir contigo, no estuvieras aquí hablando así conmigo.

Aleix se sento a mi lado y solo ahí fue cuando me di cuenta que tiene con él una funda con lo que parecen ser tres cajitas, creo que son de la cafetería.

—¿Qué es eso?

—Lo compré para ti.

—¿Las tres? —pregunté sin creerlo, el asintió ofreciéndome la funda con las cajitas, las tomé con cuidado rozando sus manos por un momento, sintiendo así el calor de su cuerpo ingresar al mío, calentando cada rincón, cada espacio de mi. —¿Qué es?

Quité mis manos queriendo permanecer así más tiempo.

Creo que si necesitas ayuda Pollet, te esta gustando él.

No interrumpas con tu voz.

—Probé algo de la cafetería y pensé que también deberías probarlo además la señora dijo que eran las últimas porciones —su voz no me dejó perderme en la mía.

—Entonces decidiste traer las tres —comencé a abrir una de ellas y ya me puedo imaginar que es, el gran Alaska al horno de Margarita. —Es helado —dije sonriendo.

—No solo es helado, y la mezcla de sabores es increíble.

—Gracias por esto —levanté la cajita, la cual ya tenía una cuchara pequeña justo a un lado así que la tome para probar esto que se ve bien.

Partí un pedazo nerviosa, sintiendo la mirada expectante de Aleix sobre mi. Lo probé y realmente es muy bueno, la parte del merengue es caramelizada, el helado es napolitano y la fina capa de bizcocho hace una mezcla deliciosa.

—Esto —termine lo que tenía en mi boca. —Si es muy bueno.

Aleix solo asintió sonriendo.

—¿Y que haces aquí?

—Aiden tiene la revisión medica hoy.

—Por cierto, ¿cómo esta él?

—Cada día mejora más y suele preguntar por ti.

—¿Por mi? —sigo comiendo mientras el sigue hablando.

—Curiosidad de su parte por saber más sobre aquel día que aún no logra recordar.

—Entiendo...

—¿Cómo estás tú? —deje la cuchara en el aire y luego la baje, girando mi cabeza hacia él.

¿Debería decirle la verdad? ¿Contarle lo que en realidad sucede y no seguir más? ¿Dejarle las cosas claras y no hablar más?

¿Eso es lo que deseas?

Destinados a serWhere stories live. Discover now