Capítulo 27, la brillante esperanza

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Nunca digas que te vas sin querer regresar

Cuando de ti me enamoré

Cuando cien años ya te amé

Llévame siempre al recordar


Sentí como el sueño iba alejándose de mi cuerpo de manera paulatina, me di cuenta de que había amanecido y bostecé para después estirarme.

Por primera vez, yo me despertaba antes que Isla y la observé a detalle mientras ella dormía relajada, su cabello caía sobre la almohada y noté como salivaba un poco por lo que reí con ternura.

Tenía planes para ambos, así que lo mejor era levantarme sin molestarla demasiado, fui a la cocina y preparé sanduches calientes y dos omelettes, preparé ese café de aroma fuerte que a ella le fascinaba y acomodé todo en la mesa del comedor.

Eso era algo que teníamos en común, éramos de sueño bastante pesado y no importaba el ruido que hiciéramos, el otro iba a seguir dormido de todos modos.

Me acerqué a ella y besé su frente con cariño- despierta cielo -le dije y ella se quejó acomodándose en la cama- vamos, el desayuno está listo -la moví un poco y suspiró abriendo los ojos

- ¿cómo sabías que estaba despierta?

- no lo sabía -le sonreí y ella besó mi mejilla

- te odio por obligarme a levantarme -dije

- sé que me amas

- te amo demasiado -se quejó

Salí de mi habitación hacia el comedor y empecé a comer mi sanduche, segundos después Isla me acompañaba con su cara lavada y su cabello recogido. Sus mejillas seguían un poco hinchadas por haber dormido tanto, pero me parecía lo más adorable del mundo y me incentivó a besar su mejilla.

- ¿a qué se debe esto? -preguntó curiosa

- ¿qué cosa?

- el desayuno -preguntó para después darle un mordisco a su sanduche

- siempre te hago el desayuno -reí

- siempre lo hacemos juntos -hizo un puchero- pero ahora me ofreces un banquete

- me gusta cocinar para ti -dije y ella sonrió satisfecha

- ya, pero es más divertido si peleamos por los platos, yo los lavo ¿sí?

- lavé la sartén

- la lavaste mal

- no la has visto

- no hace falta

Reí divertido por la pequeña obsesión de Isla con la limpieza en la cocina, a ella le divertía discutir sobre eso y a mí me divertía ver sus expresiones cuando yo le decía algo.

- tengo un plan para hoy, pero necesito que te pruebes algo que compré para ti -mencioné después de beber de mi humeante taza de café

- ¿qué es?

- ropa

- no puede ser gatito, apenas ayer lo hicimos y ya me estás comprando trajes eróticos -dijo entre risas y yo reí en respuesta mientras negaba con mi cabeza

- sé que amas los vestidos como los de tu Pinterest

- ¿estuviste viendo mi Pinterest? -preguntó curiosa

El club de los corazones rotos® || MYGWhere stories live. Discover now