[UNO]

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Comencemos este amor al revés: dime adiós y entonces quédate para siempre.

ANNA BAHENA

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FIDEL

Cuando salgo de casa me permito respirar con libertad.

Mi madre ha llegado hace tan solo unas horas con pinta de haber estado de fiesta toda la noche y no me sorprende que sea de esa manera. Ella siempre, desde que tengo uso de razón, ha sido así. No puedo culparla precisamente. El haber gastado su adolescencia siendo madre y padre para mí es la excusa perfecta para vivir ahora como vive.

De fiesta en fiesta, con un hombre diferente cada semana.

Subo a mi coche y enciendo la música a todo volumen, así logro acallar los ruidosos pensamientos en mi cabeza, y entonces me dirijo a la escuela.

El pensar que este es el último año en la preparatoria y que después sigue la universidad, me enferma. Sobre todo teniendo en cuenta que no voy a entrar. Gracias a que mi madre es una mujer que gasta todo su dinero en alcohol y hombres aprovechados, mi fondo para la universidad ha sido derrochado.

Deberé trabajar durante algún tiempo para poder ahorrar lo suficiente y ser capaz de estudiar la carrera que quiero.

Suspiro cuando veo que me acerco al edificio escolar. Estaciono en el primer lugar vacío que encuentro y luego entro al edificio con mi mochila colgando del hombro.

—Hola.

La cara decepcionada de Asier, mi mejor amigo, me llama la atención. Podrá ser algo serio y bastante reservado, pero es demasiado raro verlo tan... derrotado.

—Hey, ¿qué sucede?

A pesar de que somos diferentes —él es el de la vida perfecta y yo no—, siempre está ahí para ayudarme y yo hago lo mismo por él.

Sacude la cabeza y suspira.

—Nada. Vi a Naira y yo... Nada. Solo olvídalo.

Estoy a punto de obligarlo a que me cuente cuando el timbre suena y nos encaminamos a la clase. Sigue luciendo apagado cuando toma asiento a mi lado y trato de pensar en lo que puede tenerlo así.

Dice que vio a Naira. Ha estado loco por ella desde que entramos a la preparatoria. A diferencia de las secundarias, de las cuales hay varias, solo hay una preparatoria en la pequeña ciudad donde vivimos por lo que todos los adolescentes venimos aquí.

Y él quedó prendado de la pelirroja bajita desde que la vio cruzar el patio con la vista fija en el suelo.

Le gustan como él, creo. Tímidas y reservadas. Solo le he conocido una amiga en todo su tiempo aquí: Kea. Esa chica fiestera y escandalosa que no se parece en nada a ella.

Esa morena me vuelve loco, y no en el buen sentido. Quiero decir, es guapa, pero siempre está metida con los peores chicos que puede haber. Parece tener un imán para los perdedores, justo como mi madre. Los rumores que corren sobre ella...

Sé que no es mala, de hecho es una buena persona, una amiga muy fiel, pero hubo un tiempo en el que se hizo mala fama entre los hombres.

Sonrío un poco al recordar el día en que se me acercó para pedirme que la ayudara a juntar a su amiga con mi amigo.

¿Quién lo hubiera dicho? Enamorados ambos, pero demasiado inseguros para dar el primer paso. Así que les dimos un empujoncito y... Bueno, todo parece ir muy bien. Ese fue el día en que me di cuenta de que hay más de Kea de lo que deja ver a los demás.

Besos que curan [ADL #2] ✔Where stories live. Discover now