[CATORCE]

98.1K 7.2K 938
                                    

Me pasé la vida imaginándote. No es tiempo de ser cobarde.

GUSTAVO CERATI

.

KEA

—¿Estás bien? —pregunta Diego una vez que ya hemos recorrido una gran parte del camino a casa.

Sé que está preocupado por mí, por la situación que se ha estado desarrollando en casa. Si supiera que eso no duele ni la mitad de lo que lo hicieron las palabras de Fidel al clavarse en mí.

«No somos nada.»

¿Por qué me sorprende? Era solo cuestión de tiempo para que algo así pasara.

Suelto una risa seca y sin humor al tiempo que me enjugo una lágrima que ha escapado sin permiso. No pienso llorar por él. Es un idiota y no merece ni un segundo más de mis pensamientos.

Mira que ilusionarme, hacerme creer que sí quería algo conmigo, y después salir con esa excusa barata... Eso no es de hombres, es de cobardes.

Me obligo a asentir y a aparentar tranquilidad.

—Sí, todo bien —respondo con una pequeña sonrisa.

Diego me lanza una dura mirada, pero no flaqueo. Sé que no se lo ha creído ni por un momento, pero no me presiona para que le diga la verdad. Solo deja que el silencio se instale.

Recargo mi cabeza en el respaldo del asiento y miro el paisaje pasar por la ventana. Aunque no quiera, todos los acontecimientos pasados comienzan a desarrollarse en mi cabeza; desde la pelea de mi padre con Diego, hasta Fidel rechazándome. Porque eso es lo que hizo, me rechazó. Pero... ¿qué fue lo que le hizo cambiar de opinión? ¿O acaso lo había planeado desde un principio?

«No tengo por qué darte explicaciones.»

Muerdo mi mejilla en un intento por aliviar algo de mi dolor interno.

Dios, todo me ha estado saliendo mal esta semana. Mi papá se ha ido a no sé dónde desde su disputa. Diego tampoco está mucho en casa, por lo que casi no lo veo, y Naira está más enamorada que nunca.

Sonrío.

Me alegro de que por lo menos ella esté teniendo una bonita historia. Se ve que Asier la adora y es lo menos que ella se merece. Siempre tan linda, tan dulce e inocente, Nai es de las pocas personas en esta vida a las que quiero. Tan sincera y pura.

Solo... a veces me gustaría que se diera cuenta de que no todos tienen una vida color de rosa. Que mi vida no es color de rosa.

Cierro los ojos cuando Diego conecta su celular al sistema de sonido y una letra conocida empieza a manar de las bocinas.

Aquí estoy de nuevo
A mil millas lejos de ti
Un caos roto,
tan sólo piezas dispersas de quien soy yo.

Esa canción... la reconocería donde fuera. Pieces de Red. Diego solía escucharla cuando salía con Nai.

Tú pronuncias mi nombre
Voy hacia ti hecho piezas
Así tú podrás recomponerme

—Todavía la quieres, ¿no? —me atrevo a cuestionar. Giro mi rostro para verlo apretar la mandíbula y darme una mirada por el rabillo de su ojo—. Ella ya es feliz con alguien más —digo cuando no hace amago de responder.

Sus dedos se aprietan alrededor del volante.

—Me fui, pero ahora he vuelto. Voy a pedir perdón de rodillas si es necesario. La tendré de vuelta. Voy a recuperarla —musita aparentando seguridad.

Besos que curan [ADL #2] ✔Where stories live. Discover now