[CUATRO]

134K 9K 1.2K
                                    

Que alguien te haga sentir cosas sin ponerte un dedo encima, eso es admirable.

MARIO BENEDETTI

.

KEA

¿Alguna vez... te has sentido sola? Como si no tuvieras a nadie cuando en realidad estás rodeada de gente. ¿O triste? Sin embargo no tienes razón para estarlo. Te encuentras viva, sana, no te falta nada...

¿O alguna vez te has sentido débil? A pesar de ser el pilar que sostiene a otras personas. Tú eres esa persona que los hace reír y con quien pueden llorar sin sentirse juzgados. Puedes darte cuenta cuando algo en ellos está mal, pero... ellos no ven a través de ti. No pueden notarte tan rota y desesperada. No se dan cuenta de que a veces quisieras escapar a alguna parte, o tal vez a ningún lado, solo deseas desaparecer.

¿Cómo es que no pueden darse cuenta? La respuesta es muy fácil.

Eres una experta fingiendo, disimulando, haciendo ver a todos lo que quieres que vean en ti.

Es tan fácil fingir, tan sencillo engañar a la gente para hacerla creer que estoy bien... Y no sé si debo estar feliz por ser tan buena actriz, o sentirme herida porque nadie me conoce lo suficiente como para darse cuenta de que no estoy completamente bien.

Dudo mucho que mi mejor amiga lo note. Quiero decir, sé que puedo contarle todo, desahogarme con Nai tal y como ella lo hace conmigo, pero no quiero preocuparla con mis problemas. De igual manera no puede hacer nada por mí.

Froto mis ojos que de repente se han puesto un poco húmedos y giro a ver a Fidel quien no ha dicho nada.

—Por primera vez en mucho tiempo siento que alguien me ve de verdad, que me ves —admito—, que te preocupas de algún extraño modo por mí y... no quiero perder eso. No cuando hacía ya bastante tiempo que no lo sentía. Es reconfortante sentir que no estoy tan sola después de todo.

Hago una mueca por lo cursi que he sonado y él suspira removiendo sus manos sobre el volante.

El silencio se apodera del interior del auto y solo deseo regresar diez minutos atrás y mantener la boca cerrada. ¿Se ha asustado por lo que dije? ¿Acaso me hice parecer como una loca desesperada por atención?

—Tienes razón —murmura después de un rato.

—¿En qué?

—En que yo... me preocupo por ti.

Me obligo a mirar mi regazo y me encojo de hombros sin querer sonreír.

—Lo sé. Digo, he notado que estás al pendiente de lo que hago y... Bueno, no sé cómo explicarlo. Al principio solo pensé que eras un entrometido, pero durante la semana noté que... sí te preocupabas y me arrepentí de haberte hablado así.

Muerdo mi labio inferior con fuerza al recordar cuando le dije que yo hacía lo que quisiera con mi vida.

—Bueno, yo tampoco traté el tema de la mejor manera. Puede que haya sido algo... brusco al sacarlo a colación.

Hace énfasis en la palabra brusco y yo resoplo.

—Un poco —concuerdo—, pero... gracias. Por tratar de cuidarme o lo que sea que hagas. —Sonrío viéndolo directo a los ojos y Fidel asiente una vez.

—No hay por qué. —Mira el edificio desolado ante nosotros y entonces se remueve incómodo en su asiento—. ¿Es todo lo que querías decirme? Digo, ¿no hay nada más?

Besos que curan [ADL #2] ✔Where stories live. Discover now