[VEINTISIETE]

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CANCIÓN: They don't know us - Borgeus
***

Ella es locura, cordura. Ella es infierno, y paraíso.

CHARLES BUKOWSKI
...


KEA

No sé de dónde vino aquel repentino temor.

Un día estaba bien con Fidel, y al siguiente yo ya me hallaba saboteando lo que teníamos. Alejándome de él, escondiéndome nuevamente sin ponerme a pensar en cómo se sentía él. Así soy yo; ciega, a veces egoísta. A pesar de que no me daba motivos para desconfiar, yo lo hacía. Desconfiaba, temía, lo evitaba... y él terminó por frustrarse.

Sé que me quiere. Quiero decir... me lo demuestra siempre, sin embargo yo soy insegura, creo que ya lo he dejado en claro, y a veces no sé qué creer ni cómo actuar.

¿Cómo hago para dejar de estar muerta de miedo?

Diego quería a Naira, la amaba de hecho, y la dejó sin siquiera despedirse. Mi madre amaba a mi padre... y no quiso luchar más; también lo dejó. ¿Qué puedo esperar yo de Fidel, quien tiene solo unos cuantos meses conociéndome bien?

Nada. Eso es lo que espero de las personas. De mi hermano, de mi padre, incluso de mi mejor amiga. Si espero algo, terminaré desilusionada, lo sé.

Trato de no pensar más en esto. Sé que terminaré igual de confundida que antes, si no es que peor, y prefiero concentrarme en la sensación de Fidel besándome. El roce de nuestros labios juntos siempre logra hacerme sentir mejor. Me abandono a la sensación que crece en mi interior y sonrío al oírlo hacer un sonido ahogado; me hace sentir poderosa.

Es gracioso cómo al sentirlo así de cerca creo que todo está bien, pero cuando la realidad se impone, esa burbuja estalla a mi alrededor y me hace ver que todo es falso. Esa sensación de seguridad es falsa porque sé, una vez que llegue a casa, todo lo que está mal volverá para aplastarme.

El amor no desvanece todos tus problemas. Puede que los haga más llevaderos, que los cubra y te haga creer que desaparecen por un momento, pero no se van. Nunca se van.

Nuestras bocas se separan después de escasos segundos —el tiempo besándonos nunca es suficiente para mí— y lo siento sonreír contra mi boca mientras me acaricia la mejilla.

Abro los ojos con lentitud y me encuentro con que los suyos están clavados en mí.

—Deberías dejar de ser tan insegura —murmura.

Cierro los ojos y exhalo al escucharlo. Sé que tiene razón, debería dejar de serlo; tan miedosa, tan insegura, pero no es tan fácil. Así soy y no puedo cambiar de un día para otro. Toma tiempo cambiar... pero voy a tratar de hacerlo. Por mí, por él; por nosotros. Merecemos estar bien, ¿no?

—Lo intentaré —digo abriendo los ojos, temerosa, sincera.

Una de esas sonrisas que tanto me gusta se hace presente en su rostro y luego vuelve a besarme.

—Te quiero —susurra pasando un dedo por mi mejilla. Yo no contesto.

Ataca mis labios de nuevo y le devuelvo el beso sin muchos ánimos. Una sensación nada agradable, un mal presentimiento, se ha instalado en mi pecho y no encuentro la manera de disimular.

Cuando hace amago de retirarse una vez más, lo tomo por los hombros y no le permito alejarse. Quiero que me distraiga, que me haga creer que, en este momento, no hay nada malo en la vida; que él me quiere y nada más importa.

Besos que curan [ADL #2] ✔Where stories live. Discover now