Episodio 48

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Este capitulo es dedicado a @historiashel9, por ser la lectora que comento de primeras esta humilde historia.








Después de que Molly habia regañado fuertemente a los gemelos, decidió que cenaríamos en el jardín ya que adentro no cabían once personas. Como bien lo habia advertido Ron, Percy uno de sus hermanos mayores empezo a presumir en donde trabajaba. 

Apenas habían dado unos pasos cuando Crookshanks, el gato color canelay patizambo de Hermione, salió del jardín a toda velocidad con su cola decepillo enhiesta y persiguiendo lo que parecía una patata con piernas llenas debarro. Perseguía a un gnomo. 

Al mismotiempo, desde el otro lado de la casa llegó un ruido como de choque.Comprendieron qué era lo que había causado el ruido cuando entraron en eljardín y vieron que Bill y Charlie blandían las varitas haciendo que dos mesasviejas y destartaladas volaran a gran altura por encima del césped, chocandouna contra otra e intentando hacerse retroceder mutuamente. Fred y Georgegritaban entusiasmados, Jane explotaba por sus carcajadas, Ginny se reía y Hermione rondaba por el seto, aparentemente dividida entre la diversión y la preocupación.  

La mesa de Bill se estrelló contra la de Charlie con un enorme estruendo yle rompió una de las patas. Se oyó entonces un traqueteo, y, al mirar todoshacia arriba, vieron a Percy asomando la cabeza por la ventana del segundopiso.

—¿Queréis hacer menos ruido? —gritó Percy desesperado, este Weasley nunca me cayó tan bien como los demás. 

Volvió a cerrar la ventanadando un golpe. Riéndose por lo bajo, Bill y Charlie posaron las mesas en elcésped, una pegada a la otra, y luego, con un toquecito de la varita mágica, Billvolvió a pegar la pata rota e hizo aparecer por arte de magia unos manteles.A las siete de la tarde, las dos mesas crujían bajo el peso de un sinfín deplatos que contenían la excelente comida de la señora Weasley, y los nueveWeasley, Harry y Hermione tomaban asiento para cenar bajo el cielo claro, deun azul intenso. Para alguien que había estado alimentándose todo el veranode tartas cada vez más pasadas, aquello era un paraíso, y al principio Harryescuchó más que habló mientras se servía empanada de pollo con jamón,patatas cocidas y ensalada. Jane masticaba como loca colocando de todo lo que pudiera haber en la mesa en su plato, según ella no morirían porque Voldemort los matara, si no por desnutrición

 Al otro extremo de la mesa, Percy ponía a su padre al corriente de todo lorelativo a su informe sobre el grosor de los calderos.

Antes de que tomaran el postre, helado casero de fresas, el señor Weasleyhizo aparecer mediante un conjuro unas velas para alumbrar el jardín, que seestaba quedando a oscuras, y para cuando terminaron, las polillas revoloteaban sobre la mesa y el aire templado olía a césped y a madreselva. Harry y Jane habían comido maravillosamente y se sentía en paz con el mundo mientrascontemplaba a los gnomos que saltaban entre los rosales, riendo como locos ycorriendo delante de Crookshanks, quien aun no lograba atraparlos.

—Miren qué hora es —dijo de pronto la señora Weasley, consultando sureloj de pulsera—. Ya tienen que estar todos en la cama, porque mañana se tienen que levantar con el alba para llegar a la Copa. Chicos, si me dejan lalista de la escuela, les puedo comprar las cosas mañana en el callejón Diagon.Voy a comprar las de todos los demás porque a lo mejor no queda tiempodespués de la Copa. La última vez el partido duró cinco días.

—¡Jo! ¡Espero que esta vez sea igual! —dijo Harry entusiasmado.

 —Bueno, pues yo no —replicó Percy en tono moralista—. Me horrorizapensar cómo estaría mi bandeja de asuntos pendientes si faltara cinco días deltrabajo. 

Competitive Lovers {Oliver Wood}Where stories live. Discover now