Capítulo 2

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-NARRA PEDRI-
A la mañana siguiente me levanté con la intención de hablar con Aitana y pedirle perdón. Quizás sí me había pasado un poco, la dejaba tirada y encima me enfadaba porque ella decidía no esperarme.

Me vestí lo más rápido que pude y bajé a la cocina, esperando encontrármela desayunando con Fer. En su lugar, solo encontré a mi hermano.

- ¿Y Aitana? -pregunté
- Se ha ido
- ¿Ya? Si aún es temprano. Además siempre la llevo yo ¿se ha ido andando?
- No, ha venido Laura a buscarla
- ¿Por qué?

Fer levantó sus cejas como si yo fuese idiota.

- Ya -dije- No quería hablar conmigo
- No
- Genial
- Yo me voy, tengo que hacer cosas
- ¿Tú también estás enfadado o qué?
- No estoy enfadado Pedri, pero deberías abrir un poco más los ojos. Es Aitana, y la has dejado tirada cien veces. No esperes que siempre te perdone como si nada
- Lo sé, pero es que Bárbara...
- Bárbara y más Bárbara -me cortó
- Vale que la odiéis, pero es mi novia
- Quizás deberías replantearte el porqué la odiamos todos

Fer me dejó con la palabra en la boca y cogió su teléfono de la mesa para irse. Escuché la puerta principal cerrarse y suspiré frustrado.

Mientras preparaba el desayuno, cogí el teléfono y le envié un montón de mensajes a Aitana. Quería hablar con ella y no iba a dejar que me ignorase todo el día, porque sabía que eso era exactamente lo que pensaba hacer.

No hubo respuesta a ninguno de mis mensajes y tampoco a las llamadas. Se me hacía tarde, así que cogí las cosas y fui hasta el campo para el entreno.

Una vez en el vestuario, dejé la bolsa al lado de la de Gavi, donde mi amigo hablaba con Araujo. Al darse cuenta de mi presencia, giró la cabeza y me miró con una sonrisa.

- Buenos días Pepi -dijo
- ¿Por qué te fuiste ayer a cenar con Aitana?
- Mm porque la dejaste tirada, quizás
- Iba a compensarselo cenando con ella
- Ya, pero no es justo que esté todo el día esperando a que tú decidas cuándo volver
- Es mi mejor amiga, no la tuya

Gavi arrugó las cejas y acto seguido soltó una risa ronca.

- Pues si tan mejor amiga es, deberías hacerle más caso y valorarla más. Aitana solo hay una, Bárbaras hay miles

Gavi cerró la taquilla con fuerza y salió del vestuario con otros compañeros. Respiré hondo, enfadado. Vale que a veces no me portaba bien con Aitana y que tenía que gestionar mejor mi tiempo, pero Bárbara era mi novia y tenía que estar con ella.

Aitana no dio señales de vida en todo el día, no a mi. Lo único que supe es que de noche iba a salir con sus amigas.

-NARRA AITANA-
Me miré en el espejo de la habitación de Laura por decimoquinta vez. Odiaba como se veían los vestidos sobre mi piel, no me gustaba que me apretasen y se notase mi figura. Aunque todos decían que tenía un cuerpo precioso, me sentía incómoda con este tipo de ropa.

- Joder Aitana, estás preciosa pesada -dijo Lucía- en serio, te queda perfecto
- Es que me aprieta mucho el culo y las tetas
- De eso se trata -rió Laura
- Me incomoda
- A ver

Laura se puso detrás de mí, mirándonos al espejo. Puso las manos en mis hombros y sonrió al verme.

- Estás preciosa Aiti -dijo- pero si no estás cómoda con él, ponte otra cosa, no pasa nada, tengo vestidos más sueltos
- Preferiría ir en vaqueros
- Bueno, eso no -rió
- Mira -dijo Lucía- pruébate este

Me lanzó un vestido rosa, muy bonito. El problema es que siempre me parecían bonitos desde fuera, pero al ponérmelos los descartaba. Salía poco de fiesta, casi nada, pero cuando lo hacía recurría a mis amigas porque en mi armario había entre 0 y nada de vestidos.

You belong with meWhere stories live. Discover now