Capítulo 19

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-NARRA AITANA-
Todas las miradas estaban sobre mi hermano, y la de Adri sobre Pedri. Lo miraba tan serio, que podría haberle hecho un agujero en medio de la frente.

- ¿Qué acabas de decir Fermín? -dijo Adri.
- Yo... -Fermín parecía haberse arrepentido de soltar esa bomba, sobre todo delante de mi hermano.
- ¿Es cierto, Pedri?
- Adri -dije.
- No hables Aitana, quiero que me responda él.

Miré a Pedri. En sus ojos había terror. Adrián lo quería, pero si a Pedri se le ocurría admitir que me había ido de casa por su culpa y que había acabado en urgencias, mi hermano lo mataría.

- No fue así -dijo Pedri- ¿podemos hablarlo en otro momento?
- Una mierda.
- Adri, por favor -dije.
- Creo que nosotros debemos irnos -dijo Gavi.
- ¡No! Adri, déjalo, eso ya pasó, estamos bien.
- ¿Me estás diciendo que te echó de casa y estáis bien? ¿Qué cojones? ¿Fer?

Esta vez los ojos de mi hermano se posaron sobre Fernando. Este agachó la cabeza avergonzado, sabiendo que mi hermano no le perdonaría que no le hubiese contado nada.

- Pedri, vamos a hablar arriba -Adri se levantó.
- Tenemos invitados, por dios Adri déjalo estar.
- ¡No voy a dejarlo estar Aitana! ¡Que me diga a la cara que te echó de tu casa!
- No la eché -dijo Pedri- se fue ella.

Técnicamente era cierto. Y el resto de la historia solo lo sabía Gavi, así que nadie podía destapar la mentira que fuese a soltar a continuación.

- ¿Por qué? ¿Qué le hiciste?
- Le dije que no la creía. Bárbara entró en su habitación y leyó una cosa, llegué y estaban discutiendo. No creí a Aitana, así que se fue enfadada.

Todos nos miraron atentos. Eso técnicamente también era verdad. A medias. Se había ahorrado la parte de que le lloré casi de rodillas. Creo que así era suficiente para que Adri quisiese partirle la cara, mejor que no supiese los detalles.

- Chicos -me levanté- ¿os importa que dejemos esto para otro día?

Todos negaron, levantándose a toda prisa. Normal, yo también querría huir de esta situación. Mis amigas me abrazaron antes de irse y Fermín me dio un beso en la mejilla. En tres minutos estábamos los cuatro solos en el comedor.

- ¿Y tú no me dijiste una mierda? -Adri me miró- te vas de casa y te lo callas.
- Fue complicado -habló Fer- pero ya están bien.
- Tu hermano llama mentirosa a mi hermana, y están bien.
- No la llamé mentirosa -dijo Pedri- joder. Ni siquiera es cierto que no creí a Aitana. Sí la creí, pero sabéis que mi relación es complicada, no podía decirlo delante de mi novia y hacerla quedar a ella de mentirosa.
- Es mejor pisotear a mi hermana delante de tu puta muñeca plástica -soltó mi hermano.
- Adrián -lo regañé- no te pases.

Los tres me miraron asombrados al haberla defendido. Una cosa es que la odie por como es, otra es meterme con su físico, que encima es espectacular.

- Por favor -dije- déjalo estar. Estamos bien. Lo hemos hablado y ya está. Volví a casa hace días.
- Adri -dijo Pedri- ya le pedí perdón a tu hermana.

Pedri intentó acercarse a mi hermano, pero este puso la mano al frente para impedírselo.

- Como te acerques, te suelto un puñetazo.

Pedri retrocedió dos pasos.

- Por esta vez, lo dejaré pasar. Pero como me entere que vuelves a hacerle daño a mi hermana porque tú y tu novia sois unos gilipollas, te romperé las pelotas.
- No tengo cinco años -me crucé de brazos.
- Me da igual. Nadie va a pasar por encima de ti mientras yo viva. Que te quede claro, Pedri. Y ahora me subo a dormir.

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