Capítulo 6

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-NARRA AITANA-
En el camino Pedri intentó sacarme conversación, y aunque quería hablar con él y arreglarlo todo, también quería dejarle claro que me había hecho daño y que no iba a perdonarlo como si nada.

- ¿Puedes decirme de una vez a donde vamos Pedro? -pregunté
- Que impaciente eres ardillita
- No estás en condiciones de llamarme así
- Pues deja de llamarme Pedro
- No hasta que se me pase el enfado
- Muy bien -sonrió

Rodé los ojos y apoyé la cabeza contra la ventana. Llevábamos más de media hora de camino y empezaba a aburrirme y a desesperarme por saber a donde íbamos.

- ¿No tienes que atender a tu novia o que? -dije
- Que mala eres
- Solo pregunto
- Le he dicho que pasaré el día contigo
- Oh, seguro que ya me ha echado un mal de ojo con sus poderes diabólicos
- Aitana

Quiso parecer serio ante ese mini regaño, pero la risa que se le escapó en medio de mi nombre me hizo reír a mi también.

- Tenemos toda la tarde para nosotros -dijo
- Que guay

El resto del camino nos lo pasamos en silencio, solo oyendo la música de Taylor que Pedri me dejó escuchar durante todo el trayecto solo para que mi enfado disminuyese, puede que lo hiciese un poco. Finalmente llegamos a una especie de prado, donde Pedri aparcó el coche y acto seguido se desabrochó el cinturón para girarse en su asiento y mirarme.

- Tienes que taparte los ojos -dijo
- ¿Qué dices?
- Venga, hazme caso
- Ni de coña
- No te voy a raptar, tus padres saben demasiados datos sobre mi familia -rio

Hice una mueca con la boca y terminé haciéndole caso, tapándome los ojos con una venda que Pedri llevaba en la guantera.

-  Solo espero que esto valga la pena -dije
- Claro que sí, quejica

Escuché como bajaba del coche y abría mi puerta. Sentí su mano coger la mía, y tuve que intentar olvidar como mi corazón enseguida empezó a latir con fuerza. Pedri me guió con su mano, agarrándome cuando había algún obstáculo en el camino y repitiéndome que todo valdría la pena una vez que destapase mis ojos.

- Ya queda menos -dijo
- A saber a dónde vamos
- A un lugar que te va a encantar y por el que me amarás toda tu vida

Si supiese que lo amaré igual lleve donde me lleve.

Por fin nos detuvimos después de caminar a través de lo que parecía un camino de tierra y piedras. Sentí a Pedri colocarse detrás de mi y como sus manos desataban el lazo de mis ojos.

- Ya está -dijo

Pestañeé varias veces para acostumbrarme a la luz del día, hasta que mis ojos vieron por fin con claridad lo que había ante mi. Un enorme campo lleno de flores de colores apareció ante mi vista, tantos colores como los de un arcoíris. Pétalos de todos los tamaños y tonalidades adornaban ese enorme paisaje que se extendía hasta más allá de lo que podíamos ver.

- ¿Y esto? -sonreí emocionada
- Para que llevarte cuatro flores, si puedo traerte a donde hay miles

Puede que en este punto mi enfado estuviese casi casi a punto de desaparecer. Pedri me había traído a un campo lleno de flores, de lo que más me gustaba en el mundo junto a la medicina.

- Es increíble Pedro -sonreí- no me puedo creer que hayas conducido hasta aquí solo para que yo lo viese
- ¿Para que lo haría si no es para verte feliz?

Lo miré, le dije todo lo que sentía a través de mi mirada, todo aquello que no era capaz de decir con palabras. Por estas cosas es que nunca podría olvidarme de él, porque cuando menos me lo esperaba y cuando pensaba que todo estaba perdido, Pedri venía y me hacía sentir más especial que nunca.

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