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-¿Y ahora qué hacemos?
-Para empezar, dejar de ponerte cabezota.
-¿Eh?
-Tenemos que buscar un sitio donde escondernos.

Aida asintió.

-Bien, ¿pero como lo hacemos? Si es que es muy difícil, Lucía... Hazme caso y v...
-Como lo digas te doy una leche en toda la cara.
-Lucía...
-No, ven. -La tomó de la mano. -No te separes de mí, alteza. Te lo pido por favor.
-Solo intentó protegerte.
-Y yo a ti, y no me dejas. Tendrías que entenderme.
-Y lo hago pero...
-No hay peros. ¿Eso qué es?
-No creo que sea buena idea, Lu.

Lucía no la escuchó y siguieron caminando al interior del callejón.

-Lucía... esto me da muy mala espina.
-Shhhhhhh. Aquí seguro que no se nos ve a simple vista.
-Yo os veo perfectamente.
-¡AAAAH! -Gritaron tanto Lucía como Aida. Pero Lucía recuperó la compostura rápidamente.
-¿Tú quién eres?
-Me ofende que no lo sepas, la verdad.

La mirada de Lucía se dirigió a Aida la cual la abrazaba con demasiada fuerza.

-¿Qué ... qué pasa?
-Mi reina, creo que va siendo hora de que vuelvas a casa.

Sin pensarlo, Lucía colocó a Aida tras ella.

-No lo permitiré.
-¿Tú qué puedes hacer para evitarlo, Lucía Summers? Eres una simple chica de 21 años.
-¿Cómo sabes...?
-¿De verdad creéis qué estas semanas he estado mano sobre mano? Desde el principio le seguí la pista a Aida pero quise esperar a que fuerais vosotras mismas quiénes acabaseis aquí.
-No puedes hacerla esto.
-Claro que puedo. -Tendió la mano hacia Aida. -Ven por las buenas y prometo no hacerle daño a tu amiga.

Aida dio un paso hacia delante pero Lucía la cogió por el brazo y la obligó a retroceder.

-De eso nada. Esta chica no va a ninguna parte.
-Lucía...
-Me lo prometiste, Aida.
-Por que no te pasara nada rompería todas las promesas que hicieran falta.

Alejandro Montgomery se puso a aplaudir.

-Enternecedor. -Se burló. -Ahora ven aquí, mi reina. Una boda nos espera, boda que debió celebrarse hace casi 1 mes. Tu familia está preocupadísima por tí, especialmente tu hermanita Aroa. Bueno, miento en que toda tu familia está preocupada por ti, tu padre estuvo a punto de coronar a tu hermana pero le convencí de que esperase un poco más. La verdad, no creo que estuviera tan satisfecho con ella como lo estaré contigo. -Sus ojos la recorrieron de forma lasciva.

Lucía apretó los puños y caminó hacia él.

-¡Te voy a matar!

Aida la tomó por el brazo y la obligó a retroceder.

-Esto es lo que quiere, Lu. No se lo permitas, solo es un cabronazo.
-Esa boca, alteza. Pasar demasiado tiempo con gente de su clase te está haciendo perder las formas. Si tus padres te escucharan te lavarían la boca con jabón.
-Solo yo la llamo alteza, capullo.
-Mira, no tengo todo el día. O vienes por las buenas o vienes por las malas, tú decides.
-Solo te pido 1 minuto a solas con ella. -Le pidió Aida. -Sólo eso.

Alejandro Montgomery bufó pero después dijo:
-El tiempo corre, mi reina.

Aida sujetó a Lucía y la obligó a alejarse junto a ella.

-Déjame ir, por favor. No quiero que te pase nada.
-Haberlo pensado antes de haber acudido a mí.
-Lu...
-No. No puedes llegar a mi vida y de repente echarme de ella y esperar que te olvide.
-Lucía no es eso.
-Sí lo es. ¿Pero sabes qué te digo? Que si es lo que quieres que te den, egoísta de mierda. Lárgate. -La empujó por los hombros. -Eso sí, sí algún día decides volver a huir que no se te ocurra buscarme. Porque como lo hagas te encontrarás la puerta cerrada con llave, Aida Brooke y no pienso volver a abrírtela nunca.

Los ojos de Aida se llenaron de lágrimas.

-Lu, no me digas eso por favor.
-Poco te estoy diciendo para la rabia que estoy sintiendo por dentro, no te haces una idea. -Aida intentó acercarse pero Lucía se alejó. -Véte de una puta vez.

Aida la miró con dolor una última vez antes de caminar hacia Alejandro Montgomery.

-Nunca te olvidaré, Lucía Summers. -Susurró antes de permitirse ser arrastrada fuera del callejón.

Alejandro tenía una amplia sonrisa plasmada en el rostro.
Finalmente tendría a Aida Brooke y a su reino y había sido mucho más fácil de lo que se esperaba.

***

-¿Creéis que estarán bien? Lucía no ha escrito nada por el grupo y dijo que lo haría.
-No lo sé, Carla. Pero lo espero de veras.
-No me pongáis más nervioso de lo que estoy, por favor os lo pido.

El móvil de los tres sonó. Claudia fue la primera en cogerlo.

-Chicos, acaba de escribir. -Se centró en la pantalla, sus ojos se abrieron como platos. -Ay dios mío de mi vidaaaaa.

Pues al final sí me ha dado tiempo a escribir otro aunque sea un poco corto.
Me he puesto las pilas sobre todo porque mañana tengo el día ocupadísimo y no creo que pueda sacar tiempo para escribir.
Después de cenar quizá me ponga un poco si no me muero de sueño. Gracias siempre por leer.

La reina de Nordlichter Where stories live. Discover now