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-¡Chicas! -Gritó Carla.

Claudia sonrió con nerviosismo y se levantó de la cama de inmediato al escucharla.

-¡Carla! ¿Qué haces aquí?
-Tú me pediste que viniera por... ya sabes.
-¡Ah! Cierto, cierto. Que cabeza la mía. -Rio con nerviosismo. -He cambiado de opinión, lo mejor es dejarla sola.
-¿En serio?
-Sí, sí. Está cansada y mañana querrá morirse de la resaca, dejemos que duerma.
-Em... de acuerdo, tiene sentido.

Claudia empujó a Carla fuera de la habitación antes de que Aida pudiera despertarse y cerró la puerta.
Suspiró aliviada.

Probablemente Aida nunca recordaría el beso, estaba muy borracha, y ella jamas diría nada, eso por supuesto. Aunque el beso había estado demasiado bien, no había sido correcto. Si lo pensaba bien, se había aprovechado de Aida en su vulnerabilidad al echar tanto de menos a Lucía.
¡Estaba borracha, por el amor de Dios! ¿En que estaba pensando al devolverla el beso?

-¿Clau? ¿Estás bien?
-¡Pues claro! Yo también he bebido y creo que algo me ha afectado, me voy derechita a la cama.
-Bueno...
-¿Qué pasa?
-Creía que tú y yo podíamos...
-Carla, estoy muy cansada, de verdad. Necesito descansar.
-Claro...

Carla bajó la cabeza decepcionada y Claudia se sintió mal por ella pero no podía estar precisamente con ella en esos momentos, la haría sentir más culpable por lo que había hecho. Simplemente necesitaba olvidarse de todo lo que había pasado echándose un buen sueño, descansar la mente.
Mañana sería un nuevo día.

***

-¡Lucía!
Sofía se abalanzó sobre ella en cuanto la vio aparecer.

-¡Hey, Sof!

-¡Lucía!
Otro cuerpo impactó con el suyo.

-¡Gabi!

Estuvieron un rato abrazadas, Lucía no se había dado cuenta de cuanto las había echado de menos hasta ese momento.

-¿Y papá y mamá?
-En el coche esperando.
-Bien, vamos.
-¿Nos vas a contar qué tal en Miami?
-¡Sí, Lu! ¡Has tardado más en volver de lo qué dijiste!
-Es una historia muy larga, chicas y ni siquiera creo que me creáis cuando os la cuente...

Sofía y Gabriela intercambiaron una mirada confusa.

-¿Y eso por qué? -Preguntó Sofía impaciente.
-Mañana con papá y mamá, chicas. Estoy que me caigo.

Gabriela y Sofía resoplaron pero asintieron.

-Pero prometes contarlo mañana.
-Sí, lo prometo.
-Bueno, vale. Pues arreando al coche. -Gabriela la cogió de la mano. -Que si no papá y mamá se van a preocupar.
-¿Ahora te ha entrado prisa, enana?
-Calla y tira. -Está vez fue Sofi.

Lucía se dejó arrastrar riendo.
Sus hermanas eran un caso.

***

En cuanto se dejó caer en la cama, Lucía se echó a llorar.
Se había contenido mucho tiempo y ya no podía más, necesitaba desahogarse.

-Te quiero. -Susurró a la oscuridad mirando hacia la pancarta de ella y Aida. Gracias a un leve hilo de luz que se colaba por su ventana podía apreciar sus figuras. -Mañana prometo escribirte, mi amor. Hoy no podía porque si lo hacía... -Bajó la cabeza y se quitó las lágrimas con las palmas de las manos. -No me iba a ir, alteza y si no me iba... si no me iba ambas íbamos a acabar echándonos en cara demasiadas cosas. Nadie lo entiende, pero tú sí y esa es una de las tantas razones por las que te quiero.

Y entonces su móvil sonó indicándola que tenía un nuevo mensaje.
Lo cogió rápidamente y miró la pantalla. Era Claudia.

-Espero que hayas llegado a Texas y que no vuelvas nunca.

El ceño de Lucía se frunció.

Claudia era rencorosa pero nunca hubiera esperado que llegara a tanto y menos aún con ella.

-¿Por qué me dices eso, Clau? Sé que no me entiendes pero...

-Simplemente Aida está mejor sin ti.

Lucía apretó la mandíbula y los puños.
Dejó el móvil sobre la cama para no lanzarlo por los aires e inspiró hondo.

Su psicóloga la había dicho que cuando sintiera que podía darle un puñetazo a alguien se apartara e inspirara hondo y que si lo necesitaba, golpeara algo que no se rompiera.
Tomó la almohada entre sus manos y comenzó a lanzar puñetazos contra ella.
Estuvo un buen rato hasta que toda la tensión abandonó su cuerpo y entonces, hundió la cara en la almohada y gritó contra esta.

Volvió a coger el móvil.

-Solo me lo creeré cuando me lo diga ella a la cara, Claudia.
-Esta noche estuve en la habitación con ella y me lo confesó, me dijo que se había dado cuenta de que que te fueras había sido lo mejor y que realmente esperaba que no volvieras.
-No te creo.
-Tú sabrás. Cuando vuelvas y la veas con otro o con otra, que no te extrañe, yo te he avisado.
-Buenos noches, Claudia.
-Descansa, Lu.

Lucía dejó el móvil sobre la mesilla.
No pudo dormir en toda la noche pensando en Aida con otra persona.

Realmente, ¿Aida sería capaz de ello? Necesitaba hablar con ella.

A las 8:00 de la mañana, no pudo aguantarlo más y volvió a coger el móvil.

-Alteza, buenos días.

Estuvo mirando la pantalla durante más de 20 minutos. Nada.

Suspiró y dejó caer el móvil sobre el colchón.

Entonces se acordó.
Claudia la había dicho que se había puesto borracha así que tendría resaca. ¡Era eso por supuesto!

Volvió a coger el móvil.

-Mi amor, hoy quédate en cama tranquila y bebe mucha agua. Las resacas son lo peor.

Sonrió.
La hubiera gustado ver eso.

-¿Lucía? -Carmela llamó a la puerta. -Lucía, mi amor.
-Pasa.
-Buenos días.
-Buenos días.
-No has dormido nada, ¿verdad?

Lucía negó con la cabeza.

-¿Vas a contarme que pasó en Miami?
-Cuando estén todos, no quiero repetir la misma historia más de una vez...
-¿Es dolorosa?

Lucía asintió con los ojos llenos de lágrimas.

-¡Ay, mi pequeña!

Carmela la abrazó contra sí mientras la susurraba palabras de consuelo.

-¿Quién es ella?
-¿Qué?
-La chica por la que lloras, cariño. No llorabas así desde...
-La conocí en Miami. Preciosa, amable, delicada, adorable,... habría muchas palabras que la describieran y ninguna hará que te imagines... -Sollozó. -Tuve que dejarla...
-Volverás a verla, cielo. Ya lo verás.
-Las relaciones a distancia no funcionan, mamá y lo sabes. Tendría que elegir entre ella y vosotros, jamas podría.
-Bueno, volvamos al presente. Vamos a desayunar y cuando se despierten, nos cuentas todo.


Buenos días, chicos.
Supongo que habréis leído todos que Lucía y Aida ya no están juntas... es una noticia que ha impactado bastante.
Por respeto a ellas, terminaré esta historia y en principio no subiré ninguna más sobre ellas. Quizá con el tiempo, si lo haga. Todo depende.
¡Muchas gracias por leer y ánimo a todos!

La reina de Nordlichter Where stories live. Discover now