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— Señorita Dan, ¿me haría un favor?

— ¿Que? —contestó de mala gana, pero ignoré.

— Quisiera hacer una comida para Namjoon, pero no hay los ingredientes que necesito.

— Ah, pues si no hay, ni modo.

— ¿Serias tan amable de ir a comprar lo que necesito? Iría yo, pero no conozco la ciudad, ni la zona.

— Pues no tengo tiempo, a demás solo obedezco órdenes del señor Kim. —se fue de la cocina.

Volví a mi habitación y tomé dinero del que me había pagado Dawoon y salí de la casa, caminé cerca para encontrar una tienda o un súper.

Pero era complicado, esta zona era residencial y no se veían tiendas cerca.

Seguí caminando, hasta el punto que me perdí, ya no sabía como volver.

Me metí en varias calles y no recordaba la calle de la casa de Namjoon.

Todas las casas casi son iguales, seguí caminando y llegué a un parque, me senté en una banca y descansé un poco, había caminado mucho.

Eran como las 4 de la tarde y el clima estaba lindo, había muchas familias con sus hijos, otras solo sentadas en el hermoso pasto.

Este lugar era muy lindo, disfrutaba ver a todas esas personas felices.

— ¿Será que si pregunto por Kim Namjoon, sabrán donde vive? —susurré.

En mi pueblo todos se conocen, si preguntan por una persona, les indican donde vive.

No creo que aquí sea igual, así que permanecí sentada, hasta que empezó a oscurecer y ahora si ya me preocupaba el hecho de estar perdida, soy nueva, extranjera y sin tener a la mano el número de Namjoon.

Volví a caminar por donde llegué y si conocí la calle por donde entré para llegar al parque, lo que no recuerdo es la calle para ir a casa.

Entré por una, luego por otra y no daba y quien sabe si ya pasé por la casa de Nam, así de tonta soy.

Namjoon

Al parecer Tn no quiso salir, toda la mañana y parte de la tarde esperé su llamada, pero nunca llegó.

Estaba por llegar a casa y vi a una chica caminando por una de las cuadras, se me hizo parecida a Tn, pero al verla bien, confirmé que era ella.

— Detente Gu —le dije a mi chofer.

Cuando el auto se detuvo bajé de el para hablarle a Tn, ella veía para todos lados como si estuviera desorientada.

— Tn —le hablé y ella me miró.

— Nam, que alegría verte. —me abrazó.

— Qué pasa, ¿saliste a distraerte?

— No, salí a buscar una tienda o un súper para preparar la comida, pero me perdí.

— ¿Y por qué no se lo pediste a Dan?

— Lo hice, pero ella se negó diciendo que solo obedecía tus órdenes.

— Está bien, vallamos a casa, ¿si?

Subimos al auto y Gu comenzó a conducir hasta llegar, tengo que enseñarle el camino por si vuelve a suceder este tipo de cosas, pero lo qué pasó hoy no se quedará así.

— ¿Desde a qué hora estás fuera de casa?

— La verdad no recuerdo, pero más o menos tengo como tres horas.

— Cuando lleguemos a casa no entres hasta que te diga.

— Si. —sonrió levemente.

Cuando llegamos bajamos los dos, pero ella se quedó afuera.

— Hola ya estoy en casa.

Dan salió de la cocina sin ninguna preocupación o sin ganas de decirme sobre Tn.

— ¿Donde está Tn?

— Ella, salió de la casa y no ha llegado.

— Dan, sabes que detesto que me desobedezcan y las mentiras.

— Lo se señor Kim, Jamás le he mentido.

— Por la mañana te dije perfectamente que Tn podía dar órdenes en mi casa, por qué carajos la dejaste salir si ella no conoce la ciudad, si Tn te pide que vallas a comprar algo, tienes la obligación de ir, por qué por eso te pago, vuelve a hacer eso y te despido Dan Nah.

— Si señor Kim.

Volví a salir y le pedí a Tn que entrara a la casa, se que ella no me dijo con la intención de acusar a Dan, pero estuvo bien que hablara, pudo pasarle algo en una ciudad que no conoce.

— Dan Nah, ven aquí.

— Si señor Kim.

— Pídele una disculpa a Tn. —la miré directamente a los ojos y no de buena manera.

— Lo siento señorita Tn. — dijo apretando los dientes.

— Descuida, ya pasó.

— Y tú Tn, no vuelvas a salir así, no conoces este lugar, aunque es seguro pudo pasarte algo, si vuelve a suceder algo así, llámame y vendré enseguida.

— Gracias Namjoon.

— ¿Tienes hambre? —quise cambiar de tema.

— La verdad es que si —sonrió.

— Arréglate, iremos a cenar.

— Si —dijo con algo de emoción.

— Señor pero hice su comida favorita.

— Puedes llevártela a tu casa, a partir de mañana si Tn quiere preparar la comida y no tenemos los ingredientes, tú irás al súper, para eso trabajas aquí.

— Si señor.

— Ya puedes irte a casa, hasta mañana.

Suelo ser cruel cuando se lo merecen, aunque con ella tuve un poco de consideración.

VENDIDAWhere stories live. Discover now