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Me dijo Namjoon que hoy es su día de descanso, así que estaría en casa, en la mañana me di un baño y me puse ropa cómoda, bajé para desayunar algo y me encontré con Nam sentado en el sofá leyendo el periódico y una taza de café en la mesita de al lado.

— Buenos días Tn —dijo sin mirarme.

— Buenos días Namjoon.

— ¿Dormiste bien? —está vez puso el periódico a su lado.

— Si, gracias por preguntar. —sonreí— Iré a la cocina.

— ¿Quieres comer? —preguntó. 

— No, solo prepararé café.

— Dan, ven por favor —gritó.

— Si señor Kim. —la chica llegó sonriente.

— Por favor prepara un café para Tn y unas tostadas con mantequilla.

— Si señor. —al irse a la cocina, me miró mal.

Esto es lo que trato de hacer, no quiero causarle molestias a ella, por qué claramente me odia desde el día que llegué. Tengo una semana aquí, y eh tratado de hablarle y ayudarle en las labores de la casa, pero aún me odia, y no se el motivo.

Me hizo el café de mala gana, y lo botó en la mesa, claro todo esto sin que Nam la viera.

— Gracias.

— Solo lo hice por qué el señor Kim lo pidió, no por ti. —se fue aún más enojada.

Después de eso, subí a mi habitación, abrí la ventana del balcón que da al jardín trasero y vi a Nam en la piscina, no traía playera y ver su ancha espalda, adornada con sus marcados músculos, me hizo tener ideas no tan puras.

No sé por cuánto tiempo lo estaba admirando, es que en verdad ese hombre es un dios, es realmente guapo y atractivo.

Lo vi saludarme con su mano y en su rostro dibujaba una sonrisa tan linda acompañada de sus hoyuelos.

Por mi tonta timidez entré a mi habitación cerrando aquella gran ventana, tapando la majestuosa vista.

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Por la tarde, volví a estar en mi habitación, me llegó un mensaje a mi celular, tenía poco con el, solo un par de días, Nam lo compró para emergencias, por si algo pasaba como aquella vez que me perdí.

Kim Namjoon

> Puedes bajar por favor.

> Si, en un momento.

Así eran nuestros mensajes, solo un "puedes" o un "ya comiste" "vas a salir", nada que pasara de cinco palabras en la oración.

Al bajar vi a dos hombres que claramente ya estaba familiarizada, bueno solo con uno, el otro lo recuerdo muy poco.

— Señor Siwon —bajé rápido para darle un abrazo.

— Hola Tn, ¿cómo estás?

— Muy bien,¿ y usted?

— Bien, perdón por ya no volver a verte después de lo qué pasó, pero dime, ¿cómo te trata Namjoon?

— Muy bien, es muy agradable estar aquí.

— Creo que no nos hemos presentado, con lo sucedido, ni tiempo hubo, pero soy ShinDong.

— Mucho gusto señor ShinDong. —le sonreí.

— No me digas señor, me haces sentir viejo.

— Pero Shin, eres viejo —dijo Nam y se rio.

— Oye, niño mal educado, ¿a caso tus padres no te enseñaron a respetar a tus mayores?

Los dos empezaron a forcejear pero de una manera divertida, sin lastimarse, que al poco tiempo los cuatro estábamos riendo.

Ellos traían algo en mente, querían comer aquí, pues ambos se habían peleado con sus esposas, al parecer por cosas tontas que se pueden arreglar.

Me gusta convivir con ellos, sin tan divertidos a pesar de que son mayores que Namjoon, se llevan muy bien.

— Y cuéntanos más de ti Tn —dijo ShinDong.

— Pues soy de Mexico, tengo veinte años, vivía sola, solo estudié la prepa, pero al terminar entré en un curso de idiomas, por qué quería estudiar relaciones internacionales, y pues quería ir preparada en tanto idiomas y no se me complicara.

— ¿Y por qué vivías sola? —preguntó Siwon.

— Por qué quería independizarme, quería valerme por mi misma, estando con mis padres me impedía hacer muchas cosas, como por ejemplo trabajar y pagar mis propios gastos, mis padres no me permitían trabajar, no por qué no quisieran, si no por que no lo necesitaba realmente, pero llegué en un punto donde dije que no quería eso, por qué me gusta trabajar, ganarme mi propio dinero, a demás de que mi mamá ocupa una operación, y de alguna manera quería ayudar a pagarla, por qué es mucho dinero, dinero que ahora con sus medicamentos y cuidados, hace falta.

— ¿De que está enferma tu mamá? —volvió a hablar Siwon y los otros dos estaban atentos en mi.

— Del corazón, es una cirugía complicada y mi papá quiere que la cirugía sea en una de las mejores clínicas de mi ciudad.

— Valla ¿y eres hija única? —pregunto ShinDong y yo asentí.

— Tu mamá sabe que te —negué rápido.

— No lo sabe, Dawoon me dejó hablar con ella las dos semanas que estuve ahí, ellos piensan que estoy en otra ciudad cuidando a una persona mayor, si saben la verdad se mueren.

— Namjoon —ahora ShinDong veía a Nam— Deberías regresarla a su país.

Mi mirada se posó en él y al escuchar eso de ShinDong se quedó serio, es como si en su cara expresara negatividad, como si dijera que no me dejara ir.

— Amigo, tú dijiste que la dejarías ir a su país, ¿lo recuerdas? —cuestionó Siwon.

— Por Dios di algo —dijo ShinDong.

— Así es, eso dije, pero ¿de alguna forma es mía no?, es decir, yo la compré, pagué por ella y yo sabré el día que la dejaré ir.

El escuchar esas palabras, me dejaron helada y se que a los dos amigos también, al parecer se sorprendieron de su respuesta.

— Claro, yo no estoy pidiendo que me mande de nuevo, al final soy de su propiedad, y él decidirá si me deja ir o no, de igual forma, es como si siguiera secuestrada. —me paré de la mesa y me fui a la habitación.

No se como expresar el sentimiento que tengo, pero me dolía en el pecho, tan solo pensar que él sería una buena persona y compadecería de mi, y dejaría volver con mi familia.

Los extraño mucho, una llamada nones suficiente para sentirme bien.

VENDIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora