MI DIAMANTE CODICIADO ♤ LIBRO 2 ♤

Capítulo 21

ARA

Cierro la puerta de mi habitación buscando alejarme de los problemas por unos minutos.

El viaje a Alemania ya está siendo planeado.

Tenemos los pasajes, visas y papeles en orden.

Solo debo pensar como convencer a otra familia y donde y con quien dejar a Ilías.

Se ha mantenido tranquilo estos días.

Casi ni he notado su presencia.

Excepto por una o otra vez que lo observo en la biblioteca de la mansión leyendo algún libro o ordenando algo que encuentra para distraerse.

Es inofensivo.

En sí, ahora solo me queda por concluir que pasará con Hades y mi tía Darya.

Aún no le digo nada sobre el tema.

Esperaba mantenerlo así.

No sé bien si decirle a Hades quien en su madre, lo perjudique de alguna manera.

Lo que menos quiero es que salga lastimado.

Debe saber la verdad, pero aún no asimilo como decírselo.

Ni las consecuencias que lo llevarían al reconocer su puesto en nuestra dinastía.

Suelto un suspiro quitándome la chaqueta azul, resignándome a la comodidad de mi sofá.

Unos toques en la puerta me quitan la paz.

- Pasen.

Un empleado de servicio me avisa que alguien ha llegado, presentándome como un invitado de la familia de mi prometido.

Frunzo el ceño incómoda.

Le digo que bajo enseguida, por lo que se aleja y me deja confundida.

Me levanto maldiciendo mi poca paz, cuando de repente Nikolái aparece con el cabello mojado queriendo entrar por la maldita ventana de la mansión.

Que demonios.

- ¿Qué crees que haces? - pregunto viendo como maniobra para alcanzar el seguro de la ventana.

- No me juzgues y ayúdame Diamante.

Ruedo los ojos yendo hacia él.

- ¿Me quieres decir que estabas haciendo? - pregunto mientras lo ayudo a entrar.

- Los perros de tu tía son encantadores Diamante. - suspira acomodándome el cabello.

Entrecierro los ojos.

- No me digas que...

- Les rocié agua intentando escapar, no sirvió de nada, me siguieron como carne apunto de cocerse para devorar. 

Hago una mueca pizcándome el inicio de la nariz.

- Lo bueno es que sé escalar...

- Tarado.

Se ríe sonrojándose levemente haciéndome reír.

- Déjate el cabello en paz, alguien vino diciendo ser tu familiar, debemos bajar.

- ¿Mi familiar? - Nikolái frunce el ceño.

- Sí, también quiero saber eso.

- Bien, vamos.

Me sigue hasta bajar las escaleras y escuchar algunas risas y murmuros.

Miro confundida al hombre de traje azul que ríe acarameladamente con las sirvientas de mi mansión.