Capítulo 22

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ARA

Estiro los brazos mientras vuelvo a apuntar mi objetivo y disparo.

Alzo la comisura de los labios orgullosa de mi fortuna.

El hombre a mi lado gruñe insatisfecho de mi ventaja.

Mi verdadera ventaja es su propia carencia de estilo y habilidad.

Bufa cuando vuelvo a disparar la flecha en el lado correcto de la ruleta rusa.

Termina por herir su orgullo cuando falla una vez más dejándome a mí todo el dinero que apostó.

Se rinde guardando sus flechas dándole paso al segundo que teme enfrentarme.

Todos los hombres que hoy están aquí cumplen la bonita y relajante función de competir por un lugar en las filas de mi ejercito.

Cartel fue quien se encargó de traer a varios que antes alardeaban de poder vencerme, y ganarse un puesto entre los miembros de mi organización.

Lastima que muchos de ellos, solo sean músculos y nada de cerebro ni destrezas.

Si al menos fueran capaces de hacer algo más útil que no sea fanfarronear sobre peleas callejeras, quizás y solo quizás, me alegraría usarlos mínimo como carnada para algún trato con algún capo.

Siendo imbéciles egocéntricos no me sirven para nada.

Vuelvo a lanzar mi flecha y doy en el blanco.

Esta vez mi competidor se rinde antes de lanzar su flecha y se va cabizbajo.

Al menos sabe que no podrá ganarme y se va de forma tranquila.

En realidad, estar aquí me sirve para distraerme de lo que pasó hace unas horas.

Suspiro volviendo a ver las ligeras marcas en mis muñecas y brazos.

En cuanto Nikolái las vea...

No lo he visto desde anoche y creo que es lo mejor antes de que vea mi estado y vaya directo a su hermano.

Y una parte de mí no lo detendría de no ser porque creo que Nilak es inocente.

Le tendieron una trampa.

Si algo sé de Nilak, es que aunque toma decisiones apresuradas y equivocadas, no es un drogadicto.

Y eso fue lo que le encontraron en la sangre esta mañana cuando analizaron su sangre.

Le pedí discretamente a Cartel que analizara su sangre luego de lo acontecido conmigo.

Aunque quiso desterrar a Nilak al instante que le dije lo que pasó, conseguí convencerlo que no fue su culpa y que claramente alguien había puesto algo en su bebida o comida.

Se tranquilizo un poco al ver que no llego demasiado lejos y que logré noquearlo antes de que pasara algo peor.

Y es que Nilak intentó propasarse conmigo cuando perdió el control de sus sentidos.

Lo noté mareado, distraído en cuando entramos a la biblioteca, sin embargo, no fue hasta que empecé a llamarlo por su nombre que noté las pupilas dilatas y enrojecidas, por una sustancia que adivinaba, era una fuerte droga.

Logré estabilizarlo luego de que se me lanzara encima e intentara arrancarme la ropa con desesperación y rabia contenida.

Nilak nunca fue un villano para mí.

Hasta hace poco tampoco era un riesgo.

Confiaba en él. Y él en mí.

Algo cambió sí. Pero reconozco su corazón a kilómetros, él jamás me haría daño así.

MI DIAMANTE CODICIADO ♤ LIBRO 2 ♤Onde histórias criam vida. Descubra agora