MI DIAMANTE CODICIADO ♤ LIBRO 2 ♤

Capítulo 30

ARA

- "Queridos amigos aquí presentes, nos hemos reunido hoy  para unir a este hombre y a esta mujer en sagrado matrimonio."

Nikolái alza el pecho sin dejar de sonreír.

Mi corazón palpita en todo momento.

Mis manos tiemblan mientras todo parece un sueño.

Mi respiración es pausada a la vez que asimilo donde estoy parada y con quien estoy al lado.

Mi boda con Nikolái Martinelli ha dado comienzo.

Las palabras del cura se pierden a los segundos cuando solo tengo la mirada de mi futuro esposo en frente a mí.

No miramos a nadie más, sin sentir que existe nada más. Ningún otro corazón latiente en la sala.

 Solo él, solo yo. Solo nosotros.

Lo que somos juntos. Somos todo.

Hasta una constelación de así soñarlo. Un universo llenos de versos. Un sueño hecho fantasía.

- Dicten sus votos por favor. - pide el padre primero hacia Nikolái.

Este se gira y yo con el pulso alterado me preparo para escucharlo.

- Quiero testificar ante el cielo y el infierno, ante los ángeles, arcángeles y demonios, que hoy yo te amo y me declaro completamente tuyo por el resto de nuestras incontenibles vidas.

Ante Dios y el Diablo mismo, juro protegerte y atesorarte sin olvidar por un solo minuto que te amo y vivo ardiendo en llamas solo por ti.

Completaste mi alma y me hiciste dichoso con cada toque tuyo sobre mi piel quemada.

Tanto tus caricias como susurros provocaron revoluciones de mareas entre tanta tormenta que habitaba mi alma. Mi mente.

Eres el relámpago que querré por toda mi vida. 

Y ante el tiempo que el destino escoja para nosotros, velaré por ti, mataré por ti, moriré por ti, y soñaré a lo grande cada día solo por ti.

Si quieres tomar alguna parte de mi alma, recuerda que ya posees cada fracción de ella.

Y te lo pido, no vayas a sedar nuestro amor, porque volveré a hacerlo renacer incluso cuando ya no quede más de mí.

Porque colisionamos entre tantos mundos con el propósito de amarnos intensamente sin limites ni fronteras para vivir entre melodías, leyes y paraísos.

Y se que dicen que los mortales olvidamos y superamos rápido, pero amor, te juro que, en mil y un vidas, en una y trecientas dimensiones diferentes, tú serías el único amor que buscaría para que viviera por siempre a mi lado.

Las reglas y los prejuicios pueden arder en llamas si se atreven a señalarnos, la única crítica que siempre escucharé será la tuya.

Y si me fallas, ten por acertado que con solo llamar mi nombre una vez más con tu voz, correré hacia ti y perdonaré hasta el más grande pecado, tomaré mi dolor y lo convertiré en amor solo para vivir más tiempo a tu lado.

Nunca dudes que buscaré conquistar cada fracción tuya y explicarte cada sentimiento desconocido que me nazca de nuevo hacia ti.

La noche la declaro el núcleo de nuestro amor, y el día lo demando como inicio y comienzo de nuestra pasión.

Tus abrazos siempre serán mi lugar seguro y tus besos siempre serán el funcionamiento correcto de los latidos de mi corazón.

Firmo ante el mundo, ante estas personas, mis promesas por proteger tu alma, corazón y cuerpo. Por alcanzar a tu lado tus sueños, anhelos y deseos. Por sopesar tormentas, turbulencias, pesadillas, miedos y sueños rotos. Por ser tu hogar cálido y seguro y quien te guie a la luz cuando todo se oscurezca en tu mundo. Por sostenerte de la mano cuando se te dificulte caminar. Por ayudarte a respirar cuando no puedas nadar. Por luchar a espada y espada contra nuestros enemigos. Por sacar a relucir cada parte valiente extraordinaria que llevas en el alma.  Por dedicarte mis más grandes versos y anhelos. Por acompañarte cuando sientas duda y por hacerte sonreír cada día de mi ahora perfecta vida.