8. South Beach and skatepark

43 1 0
                                    

Nuestro grupo de jugadores se había convertido ahora en uno. Todo el mundo en Miami High sabía que al grupo habitual de jugadores, las tres chicas del grupo de estudio y la ayudante de cocina, se habían unido ahora también con una fuerte amistada a la hija del entrenador Cabello y Jaden, el pequeño, un entusiasta del monopatín.


Precisamente para complacer al pequeño y dar rienda suelta a su pasión, nuestro equipo había organizado unos días antes de Nochebuena una agradable jornada en South Beach, la isla nocturna de Miami, repleta de playas, discotecas, hoteles y parques de skate.


A estas alturas, desde septiembre, cuando tenían que desplazarse por la ciudad, la escuadra se había organizado de esta manera. Las cinco chicas en el coche de Dinah, los cinco chicos en el de Shawn, y Laurin como siempre en su Guzzi.


Como siempre, en Miami, incluso en época de vacaciones, el sol pegaba radiante y lleno de energía, calentando la bulliciosa península americana. No tardaron mucho los dos coches y la moto italiana, en llegar a South Beach y aparcar frente al skatepark que hay junto a la playa. Unos cuantos skaters ya estaban haciendo algunas evoluciones, y Jaden, enseguida atrajo la atención de sus amigos, haciendo que corrieran al borde de la pista llamándole con voz excitada que ya no estaba en la piel, queriendo demostrar que tenía unas habilidades poco comunes con el monopatín.


Los chicos, impresionados por sus proezas, le animaban con gritos y coros, e incluso las chicas animaban de vez en cuando mientras intercambiaban pequeñas charlas. En un momento dado, el chico negro preguntó si alguien quería intentarlo, así que Ashton y Gregg empezaron a ensayar entre las risas del grupo, sin poder sostenerse mucho sobre la tabla. Digamos que estaban mejor con los pies bien plantados en el suelo y un balón en las manos que en el aire con un monopatín bajo los pies.


"Jaden, déjame intentarlo, vamos", pide Lauren, todavía con una risa agonizante en la boca por las caídas de sus amigos. Jaden se encapricha de nuestro playmaker, y no pierde tiempo en quitarle el monopatín de debajo de los pies a Gregg y pasárselo a Lauren.


Sin duda, Lauren lo hacía mejor que sus amigas, sin ser un genio del patinaje. Camila no desaprovechó la ocasión para atizar a su capitán favorito. Después de aquel contacto, no tuvieron más momentos así en el garaje de Lauren, continuando bromeando, pasando tiempo juntas y siendo simplemente amigas. Y no pareció molestar a ninguna de las dos. Halsey tomó la palabra,


"¡Lauren déjalo ir! En baloncesto puede que nadie te gane, pero no sé si puedo decir lo mismo del skate".


Camila, rápidamente intervino, "Vamos, no es para tanto en baloncesto. ¡Apuesto a que hasta yo podría ganarte! ¿Verdad, Lauren?"


Ante esa frase dicha con ironía y descaro, Lauren se detuvo y la miró ya riendo, mientras el grupo gritaba asombrado por el desafío que la chica acababa de lanzar. Camila de vez en cuando la llamaba femenina para burlarse de ella, y aunque esto inocentemente molestaba a Lauren, por un lado encendía su competitividad. Nunca nadie se había atrevido a cuestionar la habilidad de la capitana, ni siquiera en broma.


"¿Ah, sí, señorita Cabello?", Lauren se bajó del monopatín y se acercó a Camila, que, sentada en el borde de la pista, ahora podía mirar a Lauren desde arriba. Lauren casi se coloca entre sus piernas, y por un momento incluso las separa para acercarse y pretender atacarla por la afrenta sufrida.

La hija del entrenadorWhere stories live. Discover now