11. Stupid Americans!

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Ya había pasado la mitad de enero, las escuelas estaban a punto de reabrir hasta el verano, y Miami High no era una excepción. Lo que la calurosa ciudad de Florida vio, durante las vacaciones de Navidad, fue a un par de amigos que, de ser meros simpatizantes entre sí, habían estrechado lazos, soltando confesiones y cuentos de sus infancias, alguna anécdota divertida o vergonzosa de sus vidas, casi al punto de soñar con unas vacaciones juntos. Camila se había prometido a sí misma que tarde o temprano llevaría a nuestro capitán a Cuba, para sumergirlo por primera vez de verdad en sus orígenes, y tras una divertida negativa inicial por parte del jugador, que intentó declinar el proyecto varias veces, temiendo que semejante inmersión en el mundo latinoamericano le trajera recuerdos de su madre, se dejó convencer, no tanto porque estuviera realmente entusiasmado, como por lo mucho que insistía en ello la joven cubana.


El escuadrón mientras tanto, ajeno a lo que ocurría entre ambos en Miami, pasaba sus vacaciones, unos en familia, otros con amigos de la familia, sin imaginar en lo más mínimo que el capitán del MR y la hija del entrenador se habían hecho, como se dice en argot, 'chummy', o 'culo y camiseta' si se prefiere.


El instituto hoy estaba invadido por zombis. Al menos eso les parecía a todos los alumnos que estaban dentro, que cansados y nostálgicos de las vacaciones, el último lugar donde querían estar era levantados desde las 7 de la mañana para encontrarse en los pasillos del instituto, arrastrando los pies, algo desganados. El grupo ya se había reunido en las taquillas, todos estaban allí, chicos y chicas por igual, y todos se preguntaban qué había pasado con Lauren y Camila, ya que la primera siempre es extremadamente puntual, y la otra hasta ahora nunca ha demostrado ser una impuntual cuando se trata de la escuela.


"¿Pero has oído eso? ¿No tiene como fiebre? O lo que sea", le pregunta Ashton a Shawn.


"Le oí hace dos días, ¡estaba bien! Qué raro", responde Halsey entrometiéndose.


Las diversas suposiciones de los compañeros son inmediatamente cerradas y descartadas. Los ojos de Dinah se abren de par en par, despertando la curiosidad de todos, que se giran hacia lo que está viendo la polinesia. Lauren y Camila, una al lado de la otra, entraron por las cristaleras al final del pasillo al entrar en la escuela. Hablaban entre ellas, bromeando como siempre, pero con una luz diferente en sus ojos, estaban más seguras de sí mismas y eso se notaba incluso a distancia. Por no hablar de su ropa. Lauren llevaba un sencillo mono jordan negro como pantalón, y una camiseta blanca con su cazadora vaquera clara. Su amiga, a su lado, llevaba unos vaqueros ajustados de color claro, una camiseta blanca a juego con la de Lauren y una cazadora de cuero negra.


"¿Qué han hecho?", Shawn rompe el silencio mientras las dos siguen en el fondo y no lo oyen.


"Han hecho los conjuntos a juego.", Ashton parece poner cara de asco.


"Dios mío, qué asco", bromea Matthew.


"¿Dices que tenemos que hablar con ellos? Creo que hay que advertirles", aventura Gregg.


"Advertidos de qué, bobo, esos tíos son muy conscientes de que están mal de la cabeza", corea Halsey a Gregg.


"¡Pero qué! Estos dos no se han dado cuenta de que se quieren. Yo se lo digo desde aquí", concluye Dinah.


La hija del entrenadorWhere stories live. Discover now