La noche ya no es paz.

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Guillermo era un Tritón como cualquier otro, luchaba por sobrevivir desde el momento en que nacio, su vida fue catastrófica desde su nacimiento se vieron obligados a huir de región en región.

Debido a los marineros, en la mente tierna e inocente de un Guillermo de seis años, no podía comprender porque eran cazados si no habían echo nada malo, solo eran personas queriendo vivir como otros en paz y tranquilidad, todo eso mientras escapaba de España por un nuevo ataque a su ya muy reducida tribu.

Ese era el problema, los humanos no los veían como iguales si no como mercancía.

Cuando Guillermo siguió creciendo, comenzó a atender lo valioso que era para la gente por sus propiedades curativas, aún así agradecía que aquel día cuando tenía once años los lugareños del pequeño poblado al que llegaron los ayudaron, jamás tuvieron esa intencion de matarlos y venderlos, nada de eso, al contrario los protegieron, ocultaron por años dónde estaban escondidos y les proporcionaban comida.

Pero entonces una noche antes de cumplir 19 años ocurrió la tragedia.

Era una noche tranquila, la luna no alumbrará nada y el mar se encontraba demasiado tranquilo para el gusto de todos.

— Oye Memo - Javier se acercó hasta el - Soy yo o la noche es demasiado tranquila...

Guillermo golpeó el agua con su aleta descubriendo que ni con toda su fuerza el mar se estremecía.

— demasiado... - corroboro para sentir un escalofrío surcar su cuerpo - avisa a todos, tenemos que irnos.

— ¿Qué sentiste?

— no es bueno Javier - el tritón asíntio y nado lo más rápido que pudo hasta su sociedad submarina.

Guillermo se quedó haciendo guardia junto a los otros, sabia que sus padres aborrecían que el quisiera ser el siguiente líder por todo lo que conllevaba ser, su padre había sido uno, pero quería proteger a la gente y que no pasaron lo que el sufrió.

¡AHORA VENGO! - anunció a sus compañeros y se sumergió en el agua nadando hasta el límite del territorio a toda velocidad.

El ruido de un trueno lo alerto y salió del agua viendo cómo imponentes barcos se acercaban a el, estaba preocupado.

¡AHI ESTAN! - escucho el grito de un pirata seguido de los birotes del resto ante el logro.

Luego accionaron los cañones.

•••

Natalia movía a la mujeres para que la siguieran, mientras que Guillermo movía a sus "Tropas" para atacar cuando escucharon un gran disparo que movió las aguas.

¡MEMO! - grito Javier al recordar a su amigo y nado rápido hacia donde sabía que se encontraba seguido de Andrés.

La batalla era sorprendente a ojos del líder Ochoa, que veía como Andrés, Javier y Memo, golpeaban con su cola los barcos ocasionando grandes destrozas, algunas mujeres cantaban de forma angelical ocasionando que varios marineros se tirarán al agua dónde los sumergían para ahogarlos.

Otro muchos producían un chillido demasiado agudo aturdiendo a los marineros lo que le daba tiempo a otros de usar las lanzas que los lugareños les proporcionaron.

Era un caos inmenso, Guillermo retrocedió cuando la mano de su padre lo jalo.

— Hay que irnos ya - jalo al joven tritón que se soltó de su agarre - Francisco.

— No padre, ya no podemos seguir huyendo es hora de pelear por nuestra libertad, ¿no estás harto de tener que huir?

— No es momento Francisco

— Jamás a sido momento para ustedes padre - miro con determinación al adulto - estoy seguro que quiero esto.

— puedes morirte aquí...

— y será por una buena causa - sonrió con tranquilidad - lo hago por un bien mayor, déjame demostrarte que estoy listo.

¡GUILLERMO! - ambos voltearon a ver a los barcos.

Una bengala se dirigía a ellos a toda velocidad, se separaron el uno del otro, esa bengala significó el rompimiento de su relación, el como sus caminos se separarían.

Guillermo miro a su padre una última vez antes de volver a combatir, el patriarca Ochoa solo veía conmovido el como su hijo se volvió en aquello que el aborrecía.

Iba a nadar hacia allá para llevárselo cuando una bengala lanzada al cielo deslumbró su vista haciendo que aparte la mirada de ahí.

Al volver a mirar vio como derrumban el último barco.

— ¡VAMONOS! - anuncio su hijo guiando a todos.

Estaba aliviado cuando se escuchó el grito de un niño.

¡MEMO MI MAMA! - grito Diego nadando hacia el cadáver de la mujer.

Ochoa vio todo en cámara lenta un navío pesquero se acercó al pequeño tritón que no se movió de su lugar ante la amenaza inminente.

¡DIEGO!

¡GUILLERMO!

El cuerpo de ambos se sumergió en el agua junto con la red de pescar.

Fue un momento de incertidumbre cuando la red volvió a salir del agua.

¡GUILLERMO!

Memo había sido capturado por la red reemplazando el lugar del pequeño que lloro aferrándose a la red en un intento de liberar a Ochoa, por desgracia no fue suficiente y cayó al mar impactando su espalda contra este.

¡MEMO!

No había nada que hacer el navío se puso en marcha, Javier y Andrés nadaron detrás de este por mucho tiempo intentando derribarlo, pero sin la ayuda de Guillermo era imposible.

Pronto el cielo se inundó en nubes de color gris, una pequeña lluvia cayó sobre ellos que pronto se convirtió en una tormenta.

¡GUILLERMO! - chillo Andrés alterado intentando con todas sus fuerzas aferrarse al navio pero era imposible.

La marea los jalaba hacia atrás pero ellos se aferraba como podían, pronto Javier se quedó atrás intentando alcanzar al navio pero era casi imposible.

¡GUILLERMO! - grito desesperado Javier mientras nadaba más rápido si es que eso era posible.

Al pobre tritón lo había dormido para que no diera más problemas y no intentara escapar o matarlos.

— Andy - Javier se quedó atrás y por mucho.

El otro se aferró al navio como podía gritando el nombre de su amigo, quería seguir aferrándose e intentaba derribar el navío como podía cuando un disparo sorpresivo en su brazo hizo que tuviera que soltarse.

¡RESISTE MEMO!.

El navío se perdió entre la neblina y la tormenta dejando a los dos ahí varados, preocupados, cansados y heridos emocional y físicamente por tanto esfuerzo.

Ambos golpearon el agua con sus colas a un ritmo constante pero lleno de melancolia, dando un anuncio silencio para el resto de su tribu.

Habían perdido a Guillermo...

E N T R E   C A N T O S   D E   S I R E N A S ★Where stories live. Discover now