El Tritón arribó a Barcelona

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Habían pasado algunos años, 3 para ser exactos, desde que habían capturado a Guillermo y su tribu no lo volvió a ver nunca más, había visto y visitado lugares que jamás abría imaginado ver, realizando uno de sus sueños cuando era niño, viajar por el mundo.

Aunque no era como lo imaginaba, sus días eran doloroso entre golpizas y labores forzados, aquel día el tritón se encontraba durmiendo en una pequeña pecera de su tamaño apenas, encadenado de sus manos, cuello y cola.

Dormía, el lugar era estrecho y bastante incómodo por estar tan estrecho, cuando un balde de pescados cayó sobre su cabeza haciendo que despertara con dolor de cabeza.

— Ugh...

— Despierta pescado de mierda - le lanzo el bote a la cabeza provocando que Guillermo gruñera - Si sigues así no nos pagarán nada por ti.

Guillermo gruño molesto, emitió un gran chillido demasiado agudo que rompió la pecera, los vidrios cayeron al suelo asustando al marinero que retrocedió aterrado, Memo se movía intentando romper las cadenas, eran demasiado pesadas y el estaba cansado.

Llevaba tres años de prisionero en ese lugar, intento recuperar sus fuerzas todo ese tiempo pero era casi imposible por los tratos recibidos y la poca comida que le daban.

Pero aún así logro recuperar sus fuerzas, llevaba planeando su escape desde hace tiempo y estaba listo para ser libre una vez más, su aspecto cambio drásticamente, el hermoso hombre con mirar tierno que destilaba amabilidad hacia honor a su raza siendo ahora un criatura terrorífica ante los ojos del marinero que temblaba de miedo.

Sus pupilas se afilaron cuál gato obteniendo un mirar más determinado y tosco como si quesería despedazarlo vivo, sus escamas se volvieron ásperas y afiladas capaces de cortar el cuello de un humano, su aleta se volvio afilada moviendo la de arriba a bajo en un ritmo lento y siniestro, sus uñas se volvieron largas y filosas, manchas de color negro ensombrecieron sus manos, pequeños colmillos se asomaron de su boca listo para atacar mientras gruñía a aquel desconocido, lo único que no cambio fueron sus hermosos rizos.

Una fuerza sobrenatural salió a flote espantando aún más al marinero, el joven tritón logro romper las cadenas que lo mantenían cautivo de un solo tirón, estás cayeron al piso provocando un ruido hueco que helo la sangre del marinero al ver el mirar furioso de Guillermo.

¡SE ESCAPO EL TRITÓN! - grito aterrado el hombre mientras corría fuera del lugar a todo lo que daba sus piernas.

Guillermo miro un par de minutos por dónde se fue el marinero antes de caer al suelo, comenzó a arrastrarse por el piso importandole poco los pequeños fragmentos del vidrio se incrustaran en su cuerpo haciéndolo sangrar, parecía una serpiente mientras se arrastraba por el piso en busca de sus presas.

Llegó hasta la cubierta, viendo cómo el resto de marineros le apuntaban con armas, pero poco le importo, levanto su torso del piso mirando a los marineros con hambre de venganza, de un coletazo golpe a un hombre que se acercaba a el con la intención de atraparlo, tiro su arma al piso, el hombre quiso huir lo único que consiguió fue caer al agua, dónde solo se escucho los gritos del hombre al ser devorado por alguna criatura marina, lo que helo la sangre del resto.

Tomo con rapidez el arma del piso y mato a tres marineros con la bala expansoras que llevaba dicho artilugio. Luego con su cola golpeó a los hombres restantes intentando acabar con ellos, los golpes que proporcionaba con su cola eran certeros y dañaban a los marineros dejándoles heridas de gravedad.

El último hombre que quiso atacarlo fue el que más sufrió pues de un solo movimiento le cortó el cuello con unas de sus escamas.

— quieto - menciono un hombre detrás de el.

Ochoa dejo de moverse al verse acorralado, gruño un poco cuando sintió la boca del arma sobre su nuca, se quedó lo más quieto que pudo pero intentaba idear un plan.

— has algo más y te vuelo la cabeza, de una u otra forma me sirves.

Guillermo gruño más fuerte pero dejo de moverse, aventó el arma lejos cuando el hombre disparo contra el suelo en una advertencia de que no intentara nada estupido, se dió la vuelta lentamente mientras se tranquilizaba, su aspecto cambio al de siempre relajando su mente nuevamente.

— eso es...- golpeó la cabeza del tritón con la culata del arma - andando - bajaron al tritón del navío.

Ochoa simplemente esperaba que su destino no fuera morir o que al menos no fuera peor que todo lo ya ha le habia ocurrido.

•••

Ochoa miraba a aquellas dos personas que lo habían comprado, le tenían miedo aquellas dos sujetos y lo disfrutaba en demasía, no podía evitar gruñir para espantarlos.

— Deja de temblar Giovanni - dijo aterrado mientras intentaba acercarse al tritón para darle de comer.

— ¿Yo?, tu deja de temblar Jonathan - dijo el primero aún más aterrado.

Guillermo les gruño causando que estos brincaran para atrás demasiado asustados como para moverse, rio por lo bajo al verlos tan aterrados ante su sola presencia podrían ser un buen almuerzo si tan solo aquellos rumores tan raros fueran reales, las creencias de los humanos hacían quedar mal a su raza, aunque sea cierto que era normal en los tritones comerse a los humanos, al menos en su tribu no se llevaba acabo esas prácticas, lo que si hacían con sus restos eran collares.

Guillermo rio al recordar lo primero que dijieron aquellos chicos cuando les mostró una de sus largas uñas, contrario a los humanos el respetaba mucho a otras razas y sería incapaz de hacer collares con los huesos, prefería hacer rituales con sus cráneos.

— Los dos al mismo tiempo - dijo Giovanni demasiado aterrado.

Ambos le aventaron un pescado lo más alejados que podían, Ochoa los atrapó en el aire con su boca y se los comió en un abrir y cerrar de ojos asustando a los hermanos Dos santos, Giovanni casi se desmaya del susto cuando Ochoa lo señalo con una mirada hambrienta.

— ustedes dos - ambos brincaron asustados - oh ya trajeron al tritón.

Era Eder su hermano mayor, los apartó de su camino llegando delante del tritón que ya se encontraba mejor con una mirada curiosa y sin esa faceta que solo producía terror a los otros dos, tomo a Ochoa en brazos para amarrarlo en una bolsa de la forma más delicada que pudo.

— debemos de irnos al mercado, la jefecita se enojara si no llegamos a tiempo - dijo con una sonrisa Eder llevando al tritón en su hombro, molestando al mismo que le gruño molesto - shh, no te mataremos.

El solo resoplo, se sentía tan cansado de todo el esfuerzo que hizo así que se dejó llevar mientras asustaba a los otros dos hermanos, haciéndolo reír a el y a Eder por la reacción de los otros Dos Santos.

E N T R E   C A N T O S   D E   S I R E N A S ★Where stories live. Discover now